Pontedeume ha estado siempre ligado a la actividad marisquera, a la que también se dedicó mi abuela faenando en la desembocadura del río Eume. El pueblo lo fundó el rey Alfonso X el Sabio en 1270, y su historia está vinculada a la familia Andrade, una de las más poderosas de Galicia.
Se rodea de calas y playas que salpican las rías de Ares y Betanzos en un entorno idílico y tranquilo. Las Fragas del Eume es uno de los Parques Naturales de Galicia que resulta imprescindible, uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa. Los monasterios de Caveiro y Monfero son dos paradas monumentales relevantes junto a la iglesia de Breamo.
Naturaleza aparte, el puente que une las localidades de Pontedeume y Cabañas es todo un símbolo de la villa marinera y fue imprescindible para conectar A Coruña y Ferrol. La madera primitiva se cambió piedra bajo orden de Fernán Pérez de Andrade ‘O Boo’ y cuyo sepulcro se puede visitar en Betanzos.
La arquitectura esconde numerosas joyas: capillas, iglesias, torreones o pazos, sin olvidar sus casas marineras o su mercado de pescado. Déjate llevar por sus calles para descubrir todo su encanto.