El paisaje que se extiende desde aquí bajo nuestros pies tiene su génesis en al menos 490 millones de años. Fue entonces, en la etapa conocida como Cámbrico Superior, cuando se formó el océano Reico. En ese momento comenzaron a separarse Laurasia y Gondwana. que acabarían uniéndose de nuevo en la formación del supercontinente Pangea. Aquella colisión tectónica formó cordilleras de miles de kilómetros de extensión, con cumbres más altas que el Himalaya actual.
La envergadura de aquel choque fue tal que, a pesar de lo que se han movido las placas tectónicas desde entonces, lo que vemos en Vixía Herbeira son los restos de aquella cordillera. La colisión empujó hasta la superficie a materiales que estaban la gran profundidad, lo que convierte a estos acantilados en uno de los mayores afloramentos mundiales de eclogitas y piroxenitas.
Son las responsables de que exista en la base uno de los pocos ejemplos en el mundo de playa de arena negra no volcánica, la de Teixidelo. Pero todavía hay más, porque es posible ver los restos de un antiguo valle glaciar, que se vislumbra en la forma en U de la zona, los restos de morenas y las estrías en las rocas.
Por fin la geología ha salido de los laboratorios para darnos una visión del paisaje que muchos no valorábamos hasta hace poco. Geólogos más jóvenes han conseguido establecer rutas a lo largo de nuestra comunidad. Cada vez más, los colegios buscan llevar de excursión a sus alumnos, para motivar inquietudes que muchas veces sólo están dormidas.
La orografía tiene su explicación y además en este campo, Galicia tiene mucho que decir porque tenemos varios ‘títulos geológicos mundiales’. Galicia es un destino top en materia geológica y geomorfológica. Los paisajes son espectaculares y abrumadores a simple vista.
Observar y admirar está bien, pero comprender es mucho mejor. Si a unas panorámicas de lujo, le sumas el conocimiento del origen y su composición única, la recompensa interior es mayor.