Siguiendo la línea de costa hacia el pueblo de Ares, poco más delante de la playa de la Barrosa, aparece el arenal de Estacas. Protegido del viento, con oleaje moderado y bastante concurrida en los días más calurosos del verano por su limitado espacio.
De nuevo vemos aguas cristalinas con colores entre verdes y azulados que invitan al baño, a pesar de saber que su temperatura no sea tropical. Esta parte de la costa sigue presumiendo de ser un enclave marino ideal para bucear. Se accede por unas escaleras de madera. No cuenta con servicios de salvamento ni de equipación de duchas o aseos, pero si papeleras.
No hay aparcamiento como tal así que el vehículo hay que dejarlo en un lateral del camino. Dando un paseo desde el puerto de Ares apenas se tarda quince minutos y las vistas durante el camino merecen la pena. Otras calas próximas, de similar corte aunque con acceso más complicado, son Ribada y Centeas.