La mejor opción para moverte y recorrer la isla es alquilar un coche, por no decir la única. El transporte público es muy limitado en la isla y hemos visto muy pocos autobuses fuera de la capital y de algunas localidades de tamaño medio.
Si le sumamos una orografía singular, carreteras de montañas y muchas vías secundarias, la ecuación todavía se vuelve más complicada. Los escasos buses que circulan van de pueblo a pueblo, pero en una isla donde la naturaleza es la protagonista, eso no vale de mucho. El coche te dará la libertad de llegar a cada rincón de la isla, ahorrando tiempo y ganando en disfrute.
Si no quieres o no puedes conducir, compensa hacer el recorrido mediante excursiones organizadas, o contratando un guía/conductor para realizar las salidas necesarias a las zonas más importantes.
Las carreteras nacionales están bien y las secundarias podían estar mucho peor. Aquí el clima no perdona y las tormentas hacen estragos continuos en el asfalto, y teniendo en cuenta que estamos en estas latitudes caribeñas, ni tan mal.