1. PALESTINA, UNA HISTORIA DE OCUPACIÓN Y OPRESIÓN
Palestina aparece en nuestra web como destino de país, porque es así como lo consideramos. Si bien es cierto, que la única forma de llegar a su menguado territorio es a través de Israel o Jordania. Y sólo algunos pueblos tienen acceso ‘abierto’ al viajero. Otros requieren de un sinfín de trámites burocráticos y administrativos desesperantes.
Lo cierto es que no se conoce mucho acerca de las bondades, humanas y monumentales del país, pero Palestina tiene mucho que ofrecer. Posee lugares únicos en el mundo, además de paisajes singulares y una gastronomía excelente. El Monte de la Tentación, las ciudades de Belén y Jericó, unido a un baño en las aguas del Mar Muerto, conforman un buen itinerario para adentrarse en Palestina por primera vez.
Imposible hablar de Palestina sin mencionar la opresión y ocupación que sufre por parte del Estado de Israel, que sigue expandiendo asentamientos a sus anchas por un territorio palestino que no para de menguar. Lamentable. Más aún con el beneplácito del llamado mundo de ‘Occidente’.
Ese que cada anivesario celebra la caída del Muro de Berlín y que, sin embargo, mira para otro lado cuando se levanta otra en Oriente Medio. Y es que poderoso caballero es Don Dinero. Y de eso sabe mucho el señor Benjamin Netanyahu y sus secuaces.
Soy consciente de que esto es una web de viajes, pero me resulta muy complicado pasar por alto la cuestión más importante que afecta a la vida de los palestinos. No quiero hablar de política, solamente de humanidad. O cuando menos, de moralidad.