Qué ver en Budapest
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Budapest: 20 lugares imprescindibles y otros consejos

Budapest. Hungría.
Budapest. Hungría.
Budapest. Hungría.

Imperial, apasionante e imponente. Así es La Perla del Danubio, una de las sorpresas más gratas y más bellas del centro de Europa. Budapest no tiene nada que envidiar a capitales como Berlín, París o Roma, que durante años se han ganado la medalla de oro en el pedestal de las más visitadas, y a menudo deseadas. 

Bañada por el Danubio, el segundo río más largo de Europa, y con obras arquitectónicas más espléndidas a lo largo de las dos orillas, recuerda inevitablemente a París con los edificios imponentes que se disponen por el río Sena. Pero en Budapest se respira más autenticidad.

Con una arquitectura sobrecogedora, mirar al cielo se convierte en un lujo vayas donde vayas, unos edificios que soportan un gran peso de la historia en sus pilares. 

Una ciudad para perfecta para pasear en primavera y otoño con temperaturas más suaves y que en Navidad presume de albergar algunos de los mercadillos más bonitos de toda Europa. 

Superando todas las expectativas, sigue siendo una de nuestras capitales europeas favoritas.

¿Qué ver y qué hacer en Budapest?

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Budapest. Hungría.

1. BREVE HISTORIA DE BUDAPEST

Budapest es una metrópoli elegante que mantiene un toque de esplendor y sobriedad, heredado de su agitado pasado bélico, como dejan entrever sus múltiples cicatrices en las fachadas de unos edificios que asombran sin pretenderlo. El termalismo es una de sus mejores bazas turísticas, con algunos de los baños de aguas medicinales más antiguos de toda Europa.

Historia por los cuatro costados que se refleja en su red museística, además los vestigios y recuerdos de un pasado bélico que no quieren olvidar. Es la ciudad más poblada de su zona y se sitúa entre las diez primeras de Europa. Su gastronomía no es para echar cohetes pero puede ofrecer alguna grata sorpresa. Visita obligada a los ‘bares ruina’.

Dentro de sus ‘bandas distintivas’ destaca su sistema de cuevas de aguas termales, el más grande del mundo, o su Parlamento, el tercero más grande en todo el globo. La sinagoga del barrio judío presume de ser la segunda más grande del mundo después de la de Jerusalén.

Budapest. Hungría.

Buda y Pest eran dos ciudades separadas antaño por el Danubio, que se unieron hace unos 150 años dando lugar a la aclamada Budapest. En Buda estaba la sede real y los barrios residenciales más prestigiosos, mientras Pest se conformó como centro económico y comercial. Más de dos millones de personas habitan hoy la zona metropolitana. Pero los primeros que pisaron estas tierras para crear un asentamiento fueron los celtas, que sería después capital romana.

Los húngaros no llegarían hasta el siglo IX cinco siglos más tarde se presentaba como uno de los centros culturales del Renacimiento. Los otomanos asumirían la dirección de la ciudad durante unos 150 años, hasta brillar de nuevo en los siglos XVIII y XIX. No en vano fue la capital del Imperio Austrohúngaro hasta 1918.

Una tierra que sería a lo largo de la historia, el epicentro de un sinfín de revoluciones: 1848, 1919, 1944 y la gran Revolución de 1956, que todavía se celebra hoy en día.

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Bastión de los Pescadores. Budapest.

2. LA COLINA DE BUDA Y EL BASTIÓN DE LOS PESCADORES

La Colina de Buda se presenta ante el viajero como el espacio con mayor concentración de monumentos históricos por metro cuadrado. Pero lo que más gusta es su función de mirador excepcional que le ha otorgado la naturaleza. Las panorámicas sobre la ciudad bañada por el danubio son espectaculares. Una forma estupenda de hacerte una idea de la arquitectura de la ciudad sobre el mapa, localizando los símbolos más importantes desde la cima.

Aquí se aposentan algunos de las edificaciones más conocidas como el Castillo de Buda, que acoge varios de los museos y galerías más reconocidos de la ciudad, el Bastión de los Pescadores, que parece sacado de un cuento, o la Iglesia de San Matías, con una cubierta en el tejado que también podría haberse escapado de cualquier historia infantil. Pero en este barrio también se abre un entramado de calles con encanto muy atractivas para pasear y dejarse llevar.

CÓMO SUBIR A LA COLINA DE BUDA

  • Se toman las escaleras que parten cerca del Puente de las Cadenas o una cuesta que sale del lado izquierdo del funicular.
  • Puedes subir en funicular y descender a pie mientras disfrutas de otra perspectiva fantástica de Budapest.
  • Los tickets para el funicular se compran allí mismo en una taquilla. Ida y vuelta sale más económico.
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Bastión de los Pescadores. Budapest.

3. EL BASTIÓN DE LOS PESCADORES 

El Bastión de los Pescadores, conocido como Halászbástya, está pegado al Castillo de Buda y a la Iglesia de Matías, por lo que se visitan en el mismo itinerario. Es una terraza de estilo neogótico y neorrománico que ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad al paso del Danubio. Sobre todo del Parlamento, del Puente de las Cadenas y de la Isla Margarita. Forma parte del plan de reconstrucción y ampliación del Castillo de Buda que se inició en el siglo XIX.

Las siete torres del Bastión de Pescadores representan las siete tribus magiares que se aposentaron en la cuenca carpatiana cercano sobre el año 900. En la Edad Media aquí se encontraba el mercado de pescadores, y era el gremio encargado de defender esta parte de la muralla en el medievo. En la fortaleza se encuentra una estatua homenaje de Esteban I montado a caballo. Tallada en bronce, se construyó a principios del siglo XX y en su pedestal se pueden encontrar ilustraciones sobre su vida. Un lugar imprescindible de visita en la ciudad.

Hay diferentes escaleras y pasadizos de alturas distintas para aburrise buscando la mejor toma de la estampa del centro de Budapest. Se pagan unos 800 HUF, unos 2,5 euros por el acceso.

Una buena opción es visitarlo al atardeecer porque las vistas desde la colina merecen la pena con la mejor luz del día. Sea la hora que sea, ofrece las mejores panorámicas de Pest.

Castillo de Buda. Budapest.

4. EL CASTILLO DE BUDA Y SU LABERINTO BAJO TIERRA

El Castillo de Buda es uno de los protagonistas de esta colina. Su vista con el puente de las Cadenas de fondo es espectacular tanto de día como de noche. Actualmente acoge la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. El palacio pasa bastante desapercibido pero lo más interesante está bajo tierra, como os contamos a continuación. Sólo se puede visitar los sábados y domingos de agosto y septiembre. Recorrer los jardines y alrededores es gratis, para entrar a los museos hay que pagar una entrada

Una de las partes más interesantes es el Laberinto del Castillo de Buda con una larga historia bajo tierra. Fue una sala de tortura, un búnker, una cárcel, una caja fuerte, un hospital militar, una bodega de vino, una instalación secreta y sin olvidar que hace medio millón de años fue hogar del hombre prehistórico. Hace varias décadas que se le dio un uso cultural con una primera exhibición de figuras de cera en las cuevas. Sus 1.200 metros de longitud son una visita interesante y diferente para conocer los bajos fondos de la ciudad.

Pinturas rupestres, esculturas y elementos arquitectónicos como fuentes, cúpulas y columnas discurren bajo el subsuelo. El toque más misterioso lo infunde la visita al caer la noche, cuando la ruta se hace sólo una lámpara de aceite. La entrada está en la calle Uri Utca número 9. Descuentos para estudiantes, docentes y jubilados y precios especiales para familias o grupos.

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Budapest. Hungría.

Un clásico del mundo guiri es esperar al cambio de guardia real delante de la residencia oficial del presidente húngaro. Cada hora los dos guardias que lo escoltan hacen el típico teatrillo para el turista que se mata en hacer unas fotos durante el escaso tiempo que lles lleva realizar el paripé de turno.

El Castillo de Buda alberga el Museo de Historia de Budapest dispone de tres plantas y un sótano que se presume como lo más interesante con estancias y caminos que tras ser recubiertas, se reconstruyeron y hoy en día son un reclamo turístico. Son las salas del antiguo castillo, muy anterior al que visitamos ahora los viajeros. Las otras plantas no son muy interesantes y gran parte de la información estaba en húngaro cuando fuimos. Quizás ahora lo presenten en más lenguas, cuestión de preguntar. Cierra los lunes. Gratis para niños y mayores de 70 años y descuentos del 50% para estudiantes y jubilados.

El mismo Castillo de Buda acoge también la Galería Nacional Húngara, dedicado casi en exclusiva a la pintura, y una pequeña parte a escultura. Son obras nacionales de todas las épocas, desde la Edad Media al siglo XX, además de una colección de arte contemporáneo. A nuestro entender es totalmente prescindible, a no ser que tengas un especial interés en la pintura local húngara. Cierra los lunes.

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Iglesia de San Matías. Budapest.

5. LA IGLESIA DE SAN MATÍAS EN LA COLINA DE BUDA

La Iglesia de Matías, para los locales Mátyás Templom, ostenta el título de ser la iglesia católica más famosa de la ciudad y ocupa el epicentro del distrito del Castillo de Buda. De estilo neogótico, sufrió varias reformas y en su interior han discurrido bodas y celebraciones reales. Una de las más sonadas la coronación de Carlos IV, último rey de la dinastía de los Habsburgo, a principios del siglo XX. 

Los eclesiásticos sostienen que aquí construyó un templo el primer rey húngaro San Esteban I, alrededor del año 1000 que estuvo en constante transformación por los sucesivos reinados. Mudó a estilo gótico, más tarde a renacentista y con la invasión otomana se renovó como mezquita. Hasta que los alemanes expulsaron a los turcos no volvió a ser honrada por el cristianismo. A finales del S.XIX se le dio su aspecto actual.

Una larga historia que hoy da como resultado una de las edificaciones arquitectónicas más eclécticas y originales de toda la ciudad. Su magnífica acústica la hace ideal como espacio para conciertos de órgano y de música clásica. Sus frescos y vidrieras son espectaculares, elaborados por los mejores artistas de la época.

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Puente de las Cadenas. Budapest.

6. EL PUENTE DE LAS CADENAS, EL MÁS ANTIGUO DE BUDAPEST

El Puente de las Cadenas, otro de los símbolos de la capital húngara, y presume de ser el más antiguo de Budapest y uno de los más admirados a lo largo de todo el discurrir del Danubio. El mérito es justo si pensamos que hasta su edificación a mediados del siglo XIX, el río sólo se podía salvar en barco. En invierno con las aguas congeladas permitía también caminar sobre él durante unos meses o incluso cruzarlo en carro de caballos.

Después de varias reconstrucciones, una de ellas debida a su destrucción por los bombardeos en la II G.M. Realmente fue dinamitado junto con otros cuatro puentes de la ciudad en su retirada ante el asedio de Budapest por las tropas soviéticas. El puente reconstruido se inauguró el 21 de noviembre de 1949, festejando el primer centenario de su levantamiento.

Desde su construcción, ha sido uno de los iconos más representativos de Budapest. Su foto es un elemento imprescindible en las presentaciones sobre Hungría y Budapest. Ha sido representado en muchos sellos, billetes y monedas húngaros, como por ejemplo en 2009 en que apareció en la moneda de doscientos florines. Desde el punto de vista estructural es un puente colgante que une las ciudades de Buda y Pest con un vano central que supera los 200 metros, uno de los más largos del mundo cuando fue inaugurado.

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7. PARLAMENTO DE BUDAPEST, UN ICONO A ORILLAS DEL DANUBIO

Probablemente sea el edificio más fotografiado de toda la ciudad, el Parlamento de Budapest, uno de los más grandes del mundo con 700 estancias. Sólo lo supera su tocayo de Rumanía. Se puede hacer una visita guiada y recorrer sus salas más imponentes como la Sala de la cúpula, donde se muestran diversas esculturas de la realeza, la antigua Cámara o la escalera principal.

Ha logrado imponerse a sus competidores arquitectónicos a lo largo de la ciudad, y hoy por hoy es el símbolo con el que se identifica Budapest. De día es elegante y majestuoso pero oluminado por la noche es una auténtica maravilla para los ojos, con sus luces reflejadas sobre las aguas del Danubio.

Es un edificio bastante reciente, que se inauguró recién comenzado el siglo XX como una obra faraónica para aquellos tiempos. Un símbolo también del poder del imperio húngaro que quedaba patente con esta nueva construcción. Como toda edificación que se precie, los andamios no faltaban, en aquel entonces por el lateral izquierdo del Parlamento. Para evitar colas infernales, se recomienda reservar online la entrada para acceder a la visita interior.

Budapest. Hungría.

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 PARLAMENTO DE BUDAPEST

Iglesia de Santa Ana. Budapest.

8. LA IGLESIA DE SANTA ANA, LA SINAGOGA Y LA ÓPERA DE BUDAPEST

En la ciudad hay innumerables iglesias y santuarios, unos de mayor importancia como la Basílica de San Esteban, la iglesia de San Matías o la iglesia Rupestre. Pero no hay que desmerecer otras menos visitadas como la iglesia de Santa Ana o la iglesia Parroquial del Centro si pasas cerca de su ubicación.

Para los amantes de la música clásica y los conciertos de órgano, quizás sea bueno saber que muchas iglesias de la ciudad celebran conciertos de forma habitual. El más impresionante es el concierto en la Basílica de San Esteban.

LA IGLESIA DE SANTA ANA

No muy lejos del Parlamento, a unos 500 metros, podéis ver la Iglesia de Santa Ana, que se lleva el premio a la arquitectura barroca italiana en la capital. Se levantó en el siglo XVIII y no ha tenido mucha suerte a lo largo de su historia, sufriendo siglos de guerras y catástrofes naturales como numerosas inundaciones e incluso terremotos durante más de dos siglos.

Debido a su lamentable estado, pensaron en derribarla en varias ocasiones, especialmente cuando se construyó el metro. Finalmente, la Iglesia de Santa Ana se reconstruyó entre 1970 y 1984. En el interior de la iglesia se pueden admirar algunos frescos del siglo XX además de pinturas pertenecientes al siglo XVIII. En su parte exterior destacan las dos torres.

La Iglesia de Santa Ana no ofrece visitas turísticas y sólo abre durante los oficios. También es una de las iglesias en las que se celebran conciertos. Sus torres se divisan desde multitud de puntos de la ciudad, asomando entre nubes amenazantes y cargadas de lluvia.

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LA SINAGOGA DOHÁNY DEL BARRIO JUDÍO

La sinagoga del barrio judío, de nombre Dohány, es de mediados del siglo XIX con elementos bizantinos, románticos y góticos y en ella caben casi 3.000 personas. Pero lo más interesante no está en su ficha monumental, si no en la estremecedora historia que han soportado sus paredes a lo largo del pasado siglo.

Los nazis la convirtieron primero en un ghetto judío y después en un campo de concentración desde el que partían muchos húngaros al resto de campos de exterminio europeos. Hay un cementerio donde están enterrados los varios miles de judíos que murieron durante estos años que se conoce como Memorial Park. Hay varias entradas diferentes para visitar la Sinagoga, una incluye también el acceso al cementerio y otra con un segundo acceso al Museo Judío.

No hay que olvidar que Hungría fue uno de los países europeos que más sufrió la II G.M. Muchos judíos fueron encerrados en guettos amurallados justo a espaldas de esta sinagoga. Algunos de estos barrios se han mantenido como reflejo de aquella horrible época y se erigen hoy en las zonas más underground de Budapest.
 
Allí podéis encontrar muchos de los llamados ‘bares ruina’. Locales abandonados, que se han remodelado con mateirales reciclados, y que son lo más alternativo que puedes ecnontrar en el ciudad, inmersos en un ambiente juvenil, artístico y multicultural. 
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A cinco minutos se encuentra el Museo Nacional de Hungría (Magyar Nemzeti Múzeum. El edificio es imponente y evoca a los templos romanos, aunque fue inaugurado a mediados del siglo XIX.

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LA ÓPERA DE BUDAPEST

La ópera de Budapest, con el nombre de Magyar Állami Operaház, tiene una curiosa historia en sus cimientos. La financió el emperador de Austria con la condición de que no superase en tamaño a su homóloga en Viena. Y así fue. Se puede hacer también una visita guiada de una hora aproximada, que va desde los palcos a la platea pra conocer los entresijos y curiosidades de este espacio cultural tan importante en Budapest.

además de la taquilla oficial, os asaltarán numerosos vendedores de entradas en los alrededores, sobre todo en temporada alta de turismo. Si vais con fecha cerrada al viaje podréis comparar precios y funciones con más tiempo para escoger mejores asientos. Hay entradas muy económicas incluso para asientos buenos. Se pueden consultar las funciones de ópera y ballet de cada temporada en su web oficial. Suele haber algún espectáculo casi todos los días, aunque la oferta es más generosa los festivos y el fin de semana. La ópera se ubica en la Avenida de Andrassy 22. El metro y el bus tienen parada.

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9. EL PUENTE DE LA LIBERTAD, NUESTRO FAVORITO

El Puente de la Libertad, en húngaro Szabadság híd, une Buda y Pest al sur del centro de la capital. En un extremo se abre la Colina Gellért y en el otro el Mercado Central. Pretende imitar a un puente colgante que era lo más cool a finales del siglo XIX. Paradigma arquitectónico con su color verde inconfundible y con una suerte de atardecer muy chulo sobre las cimas de las colinas.

Como curiosidad decir que se llamó en sus orígenes el puente de Francisco José, en honor al emperador austríaco. Igual que todos sus hermanos, fue destruido en gran parte en los bombardeos de la II G.M para levantarlo más tarde, aunque la reforma completa se hizo a finales de la primera década del nuevo milenio.
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Cruzando el puente desde la orilla del Parlamento o el Mercado Central, continúas ruta hacia la Ciudadela de Budapest ubicada en la Colina Gellért y donde se encuentra también el famoso balneario del mismo nombre. Os lo contamos con detalle en los siguientes apartados.

Ciudadela de Budapest. Hungría.

10. LA CIUDADELA DE BUDAPEST EN LA COLINA GELLÉRT

La Ciudadela de Budapest ofrece como estandarte la fortaleza de más de 200 metros de longitud que corona la colina Gellert, declarada Patrimonio de la UNESCO en 1987. Fue construida por los austríacos como ejemplo de su dominación y como lugar estratégico para controlar la ciudad. Para su defensa se colocaron 60 cañones y un muro de más de 200 metros de longitud.

En la cima hay una escultura que se alza como el símbolo de la liberación de la ciudad. La figura de bronce de la mujer levantando una hoja de palma sobre un pedestal de casi 30 metros, es ya un símbolo de Budapest, visible desde numerosos rincones de la ciudad. Simboliza la liberación contra los rusos. En un nivel inferior de la colina se sitúa una cruz gigante, con otro mirador. Cualquiera de los dos puntos son estupendos para ver el atardecer sobre Budapest antes de descender la colina.

Los húngaros quisieron derribar la citadella con el fin de la Gran Guerra. Por suerte no fue así y se ha convertido en uno de los vestigios de esa época. El debate sobre su futuro tuvo lugar en los años 60, donde finalmente se decidió que continuase como atracción turística. Hay exposiciones fotográficas históricas y de cera. Por una módica entrada podréis acceder al interior del búnker para viajar al pasado más bélico. Se sube a la fortaleza por los senderos que rodean el monte Gellert y tienen horario limitado hasta última hora de la tarde.

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11. A REMOJO EN LOS BAÑOS GELLÉRT DE BUDAPEST

Cuando ascindes a la colina Gellért, los baños termales van asomando la cabeza a medida que subes. Un edificio arquitectónico precioso que acoge en su interior unos de los baños más venerados. El balenario Gellért, uno de los más famosos de Europa, abrió sus puertas en el año 1918. Sufrió ciertas remodelaciones y ampliaciones con el paso del tiempo, entre ella una piscina de olas artificiales y otra con un baño espumoso, todo un hito en la Europa de los años 30. Hay infinidad de tratamientos para el disfrute y relajación. Desde masajes de piedras de lava o chocolate, a baños de hierbas o uno muy codiciano en los sueños de muchos, uno al estilo Cleopatra.

Las aguas medicinales se encontraron en el siglo XIII, de ahí que en la época medieval se crease un hospital que sería transformado durante la ocupación otomana en un baño termal. Los turcos y su querencia por los baños. Sus aguas se componen de calcio, magnesio y sulfatos. Conserva el mobiliario original, de estilo secesionista, con sus inconfundibles mosaicos de colores increíbles, las columnas imponentes de mármol, además de vidrieras y esculturas.

Para más detalles sobre su historia, tarifas y servicios, os dejamos su web oficial, también en español para que echéis un vistazo a las piscinas y salas de masaje y tratamientos termales. Presume desde el año 2013 conquistó del Gran Premio de Productos Húngaros, al igual que su competidor, el balneario 

DESCUBRE LOS BAÑOS GELLÉRT

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12. LA ISLA MARGARITA, ZONA VERDE PARA EL OCIO

La Isla Margarita se encuentra asentada sobre el río Danubio, entre Buda y Pest y es uno de los mejores parques de la ciudad con amplias zonas de ocio, ideales también para practicar deporte al aire libre. Los festivos y fines de semana es cuando supura más trasiego y movimiento.

La isla tiene un tamaño nada despreciable, con 2500 metros de longitud.  Quizás demasiado grande para recorrerla caminando si además no queréis invertir un día entero en la zona. La bicicleta es una buena opción para disfrutar de sus senderos sin mucho esfuerzo. En otoño los árboles estaban preciosos.

Libertad de movimientos para poder transitar por los jardines y acercase a las ruinas del Convento de Santa Margarita o a una pequeña iglesia. Pero para quien prefiera recorrerla palmo a palmo, hay las opciones del tren turístico o el coche eléctrico por un precio módico y siendo un medio ideal para personas mayores, con movilidad reducida o que vayan acompañadas de niños pequeños.

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Budapest. Hungría.

Las líneas 4 y 6 del tranvía llegan a la isla y también la línea 26 de autobús la atraviesa. Pero si vais en primavera u otoño recomendamos el paseo. Desde el Parlamento son 2 kms de agradable caminata a orillas del Danubio donde podrás obtener otra perspectiva de la ciudad, un poco más alejada del centro turístico más transitado.

Al salir de la isla cruza al otro lado por el puente Margit Hid para vislumbrar la ciudad desde el lado opuesto a la mayoría de los días. El puente une las dos orillas del Danubio y se construyó en a finales del s.XIX, aunque como casi todo edificio en la ciudad, sufrió daños en la II Guerra Mundial. La última remodelación tuvo lugar alrededor de 2009. Un sitio muy agradable para descansar del bullicio de la capital húngara.

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Budapest. Hungría.

13. EL MERCADO CENTRAL: EPICENTRO GASTRONÓMICO

A unas manzanas se encuentra el Mercado Central, visita obligada, más para los amantes de estos espacios multiculturales de compraventa. Un sito para observar la cotidianidad como pocos, entre olores y colores que te atrapan. El edificio es realmente bonito y se levantó a finales del siglo XIX con el fin de establecer un mejor control de los alimentos y de su estado debido al incremento de dolencias continuas entre los ciudadanos. En la actualidad recibe unos 25.000 visitantes en un sólo día durante la temporada alta de turismo.

Criticado en su momento por subir los precios, con la II G.M. quedó muy dañado y finalmente se cerró a principios de los 90. Sólo unos años más tarde se reconstruyó con buen criterio porque sería una pena no aprovechar esta maravilla arquitectónica, socio-cultural y comercial. Como en todos los mercados, lo mejor es acudir a primeras horas de la mañana. Cierra los domingos. En unos metros os daréis cuenta de que la estrella es el pimentón, su oro rojo.

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Budapest. Hungría.

Es un buen sitio para comer. Ofrecen comidas caseras o con productos del mercado en la planta superior, donde hay mesas corridas para sentarse con otros clientes. En la onda del resto de mercados europeos que desde hace unos años, y desbordados por un interés creciente de los turistas, decidieron que no fuese sólo un lugar donde ver y curiosear ofreciendo a los visitantes comida y bebida a buen precio potenciando las materias primas de la zona.

Budapest. Hungría.
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Budapest. Hungría.

Muy próxima se encuentra una de las avenidas comerciales más paseadas de toda la ciudad, la Vaci Utca. Una vía peatonal con un sifín de firmas internacionales para ataviarte con las mejores galas y tiendas de accesorios y demás complementos del vesti y el gozar. Un área de encuentro para los residentes, con locales de esparcimiento muy apetecibles. Te seguimos contando más en el siguiente apartado.

Vaci Utca. Budapest.

14. LA CALLE VACI UTCA, EPICENTRO SOCIOCULTURAL

Muy cerca del Mercado Central de Budapest encontrarás una de las calles más paseadas, la Vaci Utca, con locales comerciales, restaurantes y cafeterías donde los húngaros pasan las horas de primavera y verano. Pero también tiene su historia. Sus primeras piedras se colocaron a comienzos del siglo XVIII, algunos de los edificios que la visten pertenecen a esa época, aunque la mayoría son posteriores. En todo caso, si queréis ver el más antiguo de toda Vaci Utca id al número 13 de la calle, esa casa se construyó en 1805.

La plaza Vörösmarty es el emplazamiento de la puerta de acceso a la muralla durante la Edad Media. La Vaci Utca ya tenía su importancia en aquel momento. A menos de 200 metros podéis visitar la Iglesia Parroquial del Centro. Es un paseo agradable para ver tiendas y cafeterías, con parada en alguno de los muchos restaurantes que se abren a su paso. Váci Utca es la calle comercial más elegante entre mansiones del siglo XVIII, XIX y XX.

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15. LA ARQUITECTURA EN BUDAPEST

Budapest posee un extraordinario patrimonio arquitectónico heredado de la época del Imperio austrohúnagaro. La ciudad es uno de los tesoros mejor guardados de la Unión Europea, se está convirtiendo en uno de los destinos con más empuje en el continente. Una de las sorpresas más agradables que me ha dado una capital cercana a casa. Quizás porque las expectativas no eran demasiado altas, se ha quedado en el podio de favorita. Y todavía continúa desde el año 2013.

A priori muchos la incluirían en el grupo de ciudades comunistas de Europa del Este, no tiene nada que ver con Eslovaquia, Sofía o Bucarest. Su variedad de estilos desde barroco, gótico o turco y esa majetuosidad de épocas pasadas, la convierten más en un París del siglo pasado. Uno sin tanto brillo y dorado como ahora. Uno donde las huellas de la metralla bélica siguen a la vista, como cicatrices de historia para no olvidar. En el desarrollo del diario de viaje os pondremos unos cuantos ejemplos de esos agujeros hijos de la guerra.

Sin embargo, no hace falta mirar hacia los monumentos más importantes de la capital húngara. Es obvia la importancia en arquitectura del Parlamento, del Bastión de los Pescadores o del Castillo de Buda, sin olvidar los puentes, o las impresionantes edificaciones de los baños termales. Simplemente con mirar al cielo a cada paso que das, te sorprenderás con un montón de fachas abrumadoramente imponentes.

Con detalles increíbles y decoradas y labradas como si un grupo de escultores fuesen cincelando toda la ciudad con el paso del tiempo. Es una ciudad decadente por momentos pero imponente siempre. Grandes avenidas y edificios brutales que nos recuerdan que aquí, cualquier pasado fue mejor.

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Budapest. Hungría.
Budapest. Hungría.
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Fachadas con esculturas tremendas en sus paredes, con retorneados muy bien conservados, del tamaño real de una persona. No sólo pequeñas figuras, que también las verás, si no auténticas esculturas que le infunden a Budapest un caracter museístico al aire libre. Fue de lo que más me sorprendió, quizás porque desconocía el valor arquitectonico a este nivel. Cada cornisa, cada tejado, cada fachada, cada material, cada ventana… abre bien los ojos porque merece la pena. 

Su arquitectura modernista está inspirada por la arquitectura tradicional húngara pero también por las tradiciones transilvanas, indias y persas. Algunos de los mejores exponentes son el Museo de Artes Aplicadas o la casa Lindenbaum, entre muchos otros. Pero la ciudad también cuenta con un buen puñado de inmuebles de arquitectura contemporánea como el Palacio de las Artes o el centro de la Memoria del Holocausto.

Pero volviendo a la esencia de este apartado, no hace falta ser ningún entendido en arquitectura para maravillarte con un montón de fachadas por cualquier rincón del corazón de la capital. 

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16. EL PARQUE DE VAROSLIGET Y EL CASTILLO DE VAJDAHUNYAD

El Parque de Varosliget es el parque más frecuentado de la ciudad y el más grande, también conocido como Parque de la Ciudad o City Park. Dentro de sus márgenes se construyó para la EXPO de finales del s.XIX el Castillo de Vajdahunyad. El fin de semana es frecuente ver a muchas familias húngaras paseando por la zona y comiendo de picnic en el parque.

Al igual que el Parque Prater de Viena, y muchos otros, antaño fue un recinto de caza para la nobleza y realeza y parece ser, que es uno de los primeros parques públicos que se abrió en el mundo. Dato que no sabemos si es 100% real, pero nos quedamos con que es uno de los que guarda más historia y así lo ejemplifican dos de sus grandes abanderados: el Balneario Széchenyi y el Castillo Vajdahunyad, ya mencionado anteriormente.

El Castillo Vajdahunyad tuvo un primer esqueleto de madera para la Expo de 1896 pero cuando se decidió que fuese permanente, con el fin del evento internacional, se reconstruyó con piedra. Alberga un museo de agricultura y una iglesia con encanto. En parte, se trata de una copia del castillo de Hunyad (Transilvania), aunque mezcla diferentes estilos arquitectónicos.
 
Pero dentro del Parque de Varosliget, también hay un pequeño parque de atracciones, un zoo, un lago con alquiler de barcas y otras zonas de juego, además de restaurantes o cafeterías. En invierno el lago se transforma en una gran pista de hielo que frecuentan mucho los locales, tanto niños como adultos.
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17. LOS MAJESTUOSOS BAÑOS SZÉCHENYI EN BUDAPEST

Los baños de Széchenyi conforman uno de los conjuntos termales más grandes de Europa, construido a principios del s. XX en estilo renacentista moderno. El agua termal brota a la superficie desde el segundo pozo más profundo de Budapest, a casi 1300 metros y con 76°C de temperatura. En el precio de la entrada se incluyen, además de los tradicionales servicios terapéuticos, derecho al uso del gimnasio, de las saunas, o de la práctica de disciplinas como el aerobic o la gimnasia acuática.

Quince piscinas, tres de ellas muy grandes al aire libre, y otras muchas en salas interiores más pequeñas, harán que tu cuerpo quede como nuevo. Desde el año 2012 cuelga su banda del Gran Premio de Productos Húngaros. Su competidor, el balneario Gellért, lo conseguiría un año más tarde.

La ventaja de venir hasta aquí es que la visita se completa con el paseo por el parque y los alrededores pudiendo hacer del tirón más una parada obligada en las atracciones turísticas más famosas de la ciudad, como la Avenida Andrassy o la Plaza de los Heroes que pasamos a comentar en el siguiente apartado del diario de viaje.

DESCUBRE LOS BAÑOS SZÉCHENYI

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Budapest. Hungría.

18. LA PLAZA DE LOS HÉROES EN HOMENAJE A LAS TRIBUS

La Plaza de los Héroes, conocida para ellos como Hosök Tere, es una de las áreas influyentes de Budapest dedicada a homenajear a los líderes de las siete tribus fundadoras de Hungría. Se abre en uno de los extremos de la Avenida Andrássy, la arteria más concurrida de toda la ciudad. El conjunto que forman los dos elementos le ha valido ganarse la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El conjunto arquitectónico formado por la Plaza de los Héroes, la Galería de Arte Mücsarnok y el Museo de Bellas Artes es uno de los más espectaculares de Budapest. El museo es de estilo neoclásico con un aire grecorromano evidente que también queda patente en su interior. Picasso, Cézanne o el Greco son algunos de sus mejores fondos pictóricos. Hay colecciones también de la época griega, romana y egipcia. Cierra los lunes. La entrada no llega a los 2.000 HUF y hay decuentos del 50% para jóvenes y jubilados. Menores de 6 años y mayores de 70 gratis.

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19. VIVIMOS EN LA FIESTA DE LA REVOLUCIÓN HÚNGARA

Salir a la calle y ver ordas de gente gritando y agitando banderas. Será una manifestación. Pero aquello era demasiado extenso como para ser una concentración reinvindicativa de algún sector de la sociedad. Pronto el señor Google explicaría que se trataba de la conmemoración de la Revolución húngara de 1956.

Un movimiento revolucionario espontáneo de alcance nacional contra el gobierno de la República Popular de Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética que duró desde el 23 de octubre hasta el 10 de noviembre de 1956. Y ese era el día, 23 de octubre pero del año 2013. Resumiendo, los húngaros se echaron a la calle para derrotar al estalinismo húngaro y buscar la libertad hacia un socialismo democrático.

El pueblo húngaro había solicitado en reiteradas ocasiones elegir su propio sistema político y como no pudo ser por las buenas, lo consiguieron por las malas. Pero lo lograron, y eso merece una celebración anual de estas características donde elos húngaros recuerdan que, gracias al poder del pueblo, hoy son un poco más libres.

Toda una experiencia poder haber vivido una jornada diferente y original, que además te exige adentrarte un poco más en la historia de Hungría. Aprendizajes en la calle y aprendizajes en lectura.

UN POCO DE HISTORIA

En octubre de 1956 comenzaron a aparecer movimientos para frenar ciertas acciones de la policía secreta. El día 23 se manifestaron en las calles, y lo que empezó como una protesta estudiantil, atrajo a miles de personas por el centro de Budapest hacia el Parlamento.  

Una delegación estudiantil fue detenida cuando entraba al edificio de la radio estatal con la intención de transmitir en directo sus demandas y reinvindicaciones. Desde la calle, los manifestantes exigían la liberación de la delegación.

Pero la respuesta de la policía húngara fue disparar. A partir de ahí, fuegos cruzados y un estallido de desórdenes y violencia en la capital. La revolución se expandió rápidamente y el gobierno de András Hegedüs fue derrocado.

Después de un proceso complejo, hacia finales de octubre los combates habían cesado casi en su totalidad  y comenzó una sensación de normalidad.El 23 de octubre quedaría para siempre como una fecha marcada a fuego en el calendario del pueblo húngaro.

Budapest
Budapest. Hungría.

20. LA CASA DEL TERROR EN EL CENTRO DE BUDAPEST

Durante el seguimiento de la manifestación, parada obligada en la Casa del Terror, un museo localizado en la Avenida Andrássy que se convierte además, en todo un símbolo de la celebración de la Revolución Húngara. Desde su arranque en 2002, alberga exposiciones relacionadas con los regímenes dictatoriales fascista y comunista de Hungría en el siglo XX y sirve también una conmemoración a sus víctimas, incluyendo aquellos detenidos, interrogados, torturados o ejecutados en el edificio. 

En su exterior, un montón de retratos de las víctimas en las paredes recuerdan el trágico pasado. En el día ceremonial, los húngaros se acercaban a poner velas y limpiar esas imágenes en honor a sus seres queridos. Fue muy especial empaparse de toda esa atmósfera de emoción y melancolía. Las escenas familiares se sucedían una detrás de otra. Unos lloraban, otros reían, otros limpiaban los cristales de las fotos, otros encendían velas. Pero el sentimiento imperante era el mismo, que todas esas muertes no caigan en el olvido. Ese es el objetivo real del espacio museístico.

Budapest. Hungría.

Su creación se inició en el año 2000, durante el Gobierno de Viktor Orbán, incluyendo una renovación completa del edificio por dentro y por fuera. Tras la restauración, el edificio se convirtió en una especie de monumento. Su revestimiento exterior de color negro llama la atención respecto a los otros edificios elegantes en la Avenida Andrássy.

La exposición trata sobre las relaciones del país con la Alemania nazi y la Unión Soviética. También contiene material sobre las organizaciones fascistas y comunistas del país, como el Partido de la cruz flechada, similar al Partido nazi alemán, o el ÁVH, parecido a la KGB soviética. Se puede visitar también los sótanos del edificio y ver ejemplos de las celdas donde se encerraba a los prisioneros.

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Budapest. Hungría.

21. LOS PUENTES DE BUDAPEST A LO LARGO DEL DANUBIO

Ya hemos hablado de los dos puentes más importantes, o por lo menos más simbólicos de la ciudad, como son el puente de las Cadenas y el puente de la Libertad. Pero hay otros muchos a lo largo del Danubio para unir las poblaciones y barrios entre las dos orillas.

Uno de ellos es el Puente Erszebet híd, que ha soportado una serie de adversidades que acabaron inevitablemente en varias reformas de su estructura, la más importante tras la II G.M. cuando quedó totalmente destrozado. El original databa de principios del siglo XX con los pies de la colina Gellert en un extremo, con un giro arquitectónico para poder sortearla. 

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Budapest. Hungría.

Se rediseñó con bajo presupuesto, puesto que el Estado no podía hacerse cargo de tantas reconstrucciones en la posguerra, y se finalizó en los años 60. Se aprovecharon los cimientos del original, pero se ve que no le prestó la debida atención y unos años más tarde salieron grietas con el paso del tranvía, que pasó a eliminar esa ruta por precaución y como medida de seguridad.

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Budapest. Hungría.

22. TRANSPORTES Y CÓMO MOVERSE POR BUDAPEST

Recorres la capital húngara a pie resulta cómodo y fácil porque es una ciudad que merece la pena admirar sin perder detalle. Si viajas en invierno, la nieve puede complicar las rutas, y en esa situación los transportes serán aliados para un rápido y cómodo desplazamiento. Pero si la visitas en primavera o verano, el  consejo principal es salir a trotar porque es muy manejable, tanto andando como en bicicleta.

La red de transporte urbano y metropolitano de Budapest la conforman los tranvías, los autobuses, los trolebuses y el metro principalmente. No faltan los trenes de cercanías, los cruceros por el Danubio y algún funicular para suerte de los visitantes, como el que sube hasta el Castillo de Buda.

Los taxis que se distinguen por su color amarillo y negro. Las tarifas suelen estar indicadas en la parte trasera para consultar los precios antes de subir. En el año 2013 no existían las apps de transporte pero hoy en día son las más recomendables en cualquier gran ciudad o capital.

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Budapest. Hungría.

METRO Y BICICLETA EN BUDAPEST

El metro es de los más antiguos de Europa, sólo por eso merece la pena darse una vuelta por las estaciones más antiguas. Son preciosas, construidas de madera y con olor a melancolía. La mayor extensión de kms pertenece a la parte de Pest, con un terreno mucho más llano, facilitando las obras.

La bicicleta se presenta como una buena alternativa al pateo, sobre todo en primavera y verano. Llegaréis cómodamente a todos los puntos de interés a lo largo de la orilla del Danubio con la misma libertad de movimientos. Es el medio ideal para visitar también la Isla Margarita.

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Budapest. Hungría.

TRANVÍA Y AUTOBUSES EN BUDAPEST

El tranvía es toda una tradición en Budapest que comenzó en 1866 cuando la ciudad de Pest inauguró un sistema de tranvías a caballo. En 20 años tenían funcionando 15 líneas y a finales del siglo XIX se instalaron vías para coches eléctricos. En la actualidad, unas 40 líneas discurren por el casco histórico para gusto de los locales, y deleite de los foráneos. Un transporte que nunca pierde su encanto.

En cuanto a los buses, hay casi 300 rutas incluyendo muchas líneas que circulan también en horario nocturno. En las paradas tenéis la guía para trazar el itinerario con el número de bus adecuado. La red de trolebuses tiene unos 70 años y la forman unas 15 líneas que realizan la ruta más lenta que los atubuese al circular por calles más pequeñas y complicadas.

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Budapest. Hungría.

Los billetes sencillos los podrás comprar en estancos o quioscos, además de en las estaciones. También hay máquinas expendedoras en las paradas de tranvía y autobús. El horario suele abarcar desde las 5:00am a las 23:00pm, aunque es mejor informarse en el momento del viaje, porque en ocasiones varían dependiendo de la época del año. 

La ventaja de los abonos es que no tendrás que pararte en cada estación a comprar uno, y a veces hay colas, así que ahorrarás tiempo. También evitarás tener que validarlo continuamente, con los billetes sencillos tendrás que hacerlo en cada ocasión en las máquinas colocadas cerca de las puertas.

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Budapest. Hungría.

23. GASTRONOMÍA HÚNGARA: CALÓRICA Y PICANTE

Hablar de comida casi es sinónimo de paprika, más que un condimento un verdadero símbolo de su gastronomía. Picante para el frío, picante para el calor. Pero picante que no falte en una dieta que se puede calificar de calórica como en toda esta zona centroeuropea. Los fríos inviernos y los pocos cultivos que se desarrollan en las tierras congeladas durante meses, limitan en parte la cocina.

Son típicas las sopas, los guisos y los pucheros, con salsas consistentes y picantes. La estrella es por supuesto el goulash, una sopa de carne le llaman aunque para nosotros se trata de una especie de estofado, aderezado con zanahorias, patatas, cebollas, tomate y otras verduras, con el pimentón como estandarte. El grosor del caldo se consigue guisando partes de la ternera que sueltan unos jugos que se convierten en esa capa gelatinosa que ayuda a engordar la sopa.

Otro primo es el pörkölt, un guiso de carne también con paprika. Como véis la carne es la protagonista absoluta del menú. Pescado poco, lo más destacado es una sopa llamada Halászlé, que lleva el pescado de agua dulce, cebolla, pimentón, tomate y vino blanco. Tranquilos si la carne no es vuestra amiga. Las sopas vegetales y las pizzas de todo tipo, y muy logradas, pueden ser vuestras aliadas. Masa fina y crujiente, dejando entrever las huellas de un pasado con tintes italianos

Budapest. Hungría.

Las salchichas son otras de las más veneradas por los húngaros. Inevitablemente recuerdos de Berlín, de Viena pero sobre todo de Polonia, donde casi se podrían intercambiar los menús de algunos restaurantes sin darnos cuenta. El kolbász es uno de los platos salchicheros más típicos, incluye una morcilla y una especie de arroz de hígado aliñado con una buena mezcla de especias. Sabe más a chorizo que a salchicha por su fuerte picante. Para los de carne blanca, el pollo paprika será lo suyo. Cocinado con manteca de cerdo, cebolla, pimientos, calabacín y tomate, suele acompañarse de gñochis o patatas.

Como en cualquier capital europea encontraréis un montón de restaurantes vegetarianos, veganos y puestos de take away con bocadillos, sandwiches y otros bocados, elaborados con verduras, salmón y otros productos exentos de carne. También hay una buena colección de restaurantes internacionales para los que busquen deleitarse con sabores exóticos aprovechando la estancia en una capital europea.

Hambre no pasaréis, si no siempre queda lanzarse al mundo dulce, que es otro que sacia con sólo mirar. 

Budapest. Hungría.

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