La página del ayuntamiento de Viana do Bolo recoge una cita del escritor gallego Ramón Otero Pedrayo muy acertada: “Viana no se parece a otras villas gallegas que eclipsaron el núcleo antiguo. Conserva su estructura en torno a la plaza; tiene aspecto de ciudad. El antiguo puente, los hondos caminos ribereños del Camba y Bibei, las aldeas próximas, como San Mamede, ofrecen paseos y paisajes de sugestiva belleza”.
No creo que lo podamos describir mejor que esta eminencia de las letras. Lo cierto es que el pueblo mantiene, todavía hoy, un extraordinario casco antiguo con mucho encanto y con su estructura tradicional. Se vuelve más vistoso si cabe durante el Entroido, el carnaval tradicional de Galicia.
La villa de Viana do Bolo ocupa un pequeño promontorio, rodeado por el embalse de O Vao en el río Bibei. En torno a la Plaza Mayor hay edificios barrocos con soportales, un frontón semicircular, pináculos, gárgolas y balconadas que sobresalen de las típicas galerías acristaladas.
Su famosa Fuente del Pilón guarda un acontecimiento histórico: se construyó para conmemorar el alzamiento liberal que tuvo lugar en la villa en octubre de 1830. Este casco antiguo se llama O Cabo da Vila con un montón de rincones pintorescos que os enseñaremos en este artículo.
Históricamente, el condado de O Bolo (cuya sede era Viana) era el principal centro urbano de la comarca que se extendía más allá de los límites actuales. Los cambios económicos y de accesibilidad, modificaron la organización del territorio hasta nuestros días. Ese pasado esplendoroso de Viana do Bolo queda patente al darse un paseo por sus calles.