Los pazos gallegos han vuelto a la vida convertidos en hoteles rurales con mucho encanto para el viajero que busca empaparse de historia y etnografía.
Edificios majestuosos por fuera pero acogedores por dentro, restaurados con el fin de empezar una nueva etapa. Salones elegantes donde olvidarse del reloj leyendo un libro o soñar mirando el fuego de chimeneas y lareiras.
Los pazos se enmarcan en enclaves de naturaleza ideales para desconectar del presente y trasladarse al pasado. Seleccionamos algunos de los mejores para pernoctar en Galicia.
El Pazo da Pena se ubica en Manzaneda en la comarca de Terra de Trives y es uno de nuestros favoritos de la lista. Esta gran casa señorial del siglo XVI ha sido restaurado manteniendo las características originales.
El entorno es ideal para practicar senderismo, ciclismo y deportes de aventura. También hay rutas vinícolas al situarse en plena Ribeira Sacra.
Recomendamos realizar la visita guiada por el pazo para visitar su capilla con un magnífico retablo, el telar, la bodega, el museo de objetos antiguos e incluso las catacumbas.Conviene preguntar los horarios en el momento del viaje.
Tiene un salón amplio con suelo de madera, sofás y chimenea. Las habitaciones tienen TV de pantalla plana, minibar y caja fuerte. Algunas habitaciones tienen bañera de hidromasaje.
El establecimiento se encuentra a 10 minutos en coche de la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda y a un salto del Souto de Rozabales, un espacio natural precioso lleno de castaños con alguno de los ejemplares más antiguos de Galicia como el llamado Castiñeiro de Pumbariños.
Declarado Patrimonio Histórico y Bien de Interés Cultural, el Pazo da Touza es una edificación del siglo XVI reformado en el siglo XVIII y situado a unos 20 kilómetros de Vigo.
Cuenta con su propia torre y balconada, además de unos jardines que son muestras de la arquitectura típica gallega. En el siglo XX se transformó para uso agrícola, con gran parte de la finca dedicada al cultivo de manzanas. En la actualidad se celebran eventos y es un enclave ideal para pernoctar envuelto en historia.
Cuenta con terraza amplia, jardines grandes, bar, zona de comedor y salón. Hay conexión WiFi gratuita y aparcamiento privado. Las habitaciones disponen de calefacción, TV vía satélite y baños de mármol.
Se encuentra a solo 2,5 km de las playas de la costa oeste de Galicia y muy cerca de la ciudad de Vigo. Recomendamos visitar el castro de Santa Tecla o la villa monumental de Tui, una de las 7 provincias que formaron el antiguo reino de Galicia.
Esta casa señorial del siglo XVI se ubica en la codiciada Ribeira Sacra a sólo 10 minutos de la localidad de Monforte de Lemos. Al borde de los cañones Del Río Sil, se ha restaurado conservando la arquitectura tradicional y los muebles de la época.
La finca posee unos 10.000 metros cuadrados de jardines y viñedos, una capilla y bodegas. Alberga una biblioteca con juegos de mesa y un salón con una gran chimenea para el invierno.
Las habitaciones incluyen baño privado, TV y conexión Wi-Fi gratuita. Se sirve un desayuno casero y su restaurante elabora comida tradicional gallega.
En los alrededores se puede practicar piragüismo y senderismo. Dispone de un servicio de alquiler de bicicletas y se ubica a 10 minutos en coche del campo de golf de Aguas Santas.
Este hotel spa del siglo XVII está ubicado en O Castro con unas magníficas vistas al Valle del Sil. Está rodeado de jardines y cuenta con restaurante, piscina cubierta, pista de pádel, bar, biblioteca y una zona de juegos infantiles.
A unos 3 km de O Barco de Valdeorras presume de una ubicación ideal para descubrir la Ribeira Sacra o la región del Bierzo y Las Médulas.
En los alrededores se puede practicar senderismo y ciclismo, con posibilidad de alquiler de bicicletas. Y en el río Sil uno puede disfrutar del piragüismo, rutas en catamarán o sobrevolarlo en parapente. También se puede hacer espeolología y rutas con quads.
Las habitaciones tienen aire acondicionado, calefacción, TV vía satélite, wifi gratuito, minibar y caja fuerte. La mayoría ofrecen vistas al campo o a los jardines. Hay dos suites y dos habitaciones con bañera de hidromasaje.
El pequeño spa ofrece un circuito hidrotermal con bañera de hidromasaje, sauna finlandesa, baño de vapor y tratamientos corporales.
El pazo de Bentraces se ubica en la localidad de Barbadás, a pocos kilómetros de la ciudad de Ourense, rodeado de un entorno natural fabuloso. Fue construido en el siglo XV como residencia episcopal del Monasterio de Celanova.
Convertido en casa señorial a través de varias reformas en los siglos XVII y XVIII, está rodeado por una impresionante finca de robles, cipreses o magnolios.
La vieja lareira acompaña a los huéspedes durante el desayuno elaborado con productos naturales de la zona.
Una finca que presume de ofrecer uno de los pazos más vistosos de Galicia, con mobiliario de época y valiosos muebles y objetos que adornan este espacio que se convierte en un auténtico remanso de paz para el viajero.
El Pazo da Merced se encuentra en Neda con unas espectaculares vistas a la ría de Ferrol y un atardecer inovidable. Su historia comienza en el siglo XVI, pasando a ser fábrica de curtidos en el s. XVIII, monasterio en el siglo XIX y hogar de un doctor conocido como el médico de los pobres en el siglo XX.
Ofrece piscina exterior de temporada, aparcamiento privado gratuito, bar y jardín. En el mostrador de información turística se pueden organizar actividades. La zona es perfecta para practicar senderismo y pesca.
Cuenta la leyenda que el pazo se encuentra unido por un pasadizo submarino con el Monasterio de San Martiño de Xubia, situado al otro lado de la ría. Las habitaciones están equipadas con escritorio, TV de pantalla plana, WiFi gratuito y baño privado. Sirven un desayuno continental.
Ofrece servicio de alquiler de coches y bicicletas. El aeropuerto de A Coruña se ubica a 41 km. Recomendamos aprovechar para visitar la Ciudad de Ferrol y alrededores y algunos de las fortalezas más importantes de la comarca. Tenéis más información en el artículo sobre los 15 castillos majestuosos de Galicia.
El Pazo de Sedor es una mansión restaurada del siglo XVII situada en Sedor, a 40 km de la capital de Galicia. El embalse de Portodemouros se sitúa a sólo 10 minutos en coche, un entorno magnífico para practicar deportes acuáticos.
Se construyó en el siglo XVII y cuenta con piscina al aire libre y jardines, en los que discurre un arroyo que alimentaba un viejo molino. Tienen huerta propia, servicio de bicicletas y organizan rutas de senderismo por la zona.
El alojamiento se ubica exactamente en Castañeda y está en la ruta del Camino de Santiago.
El espacio ofrece restaurante y varios salones, alguno con chimenea. Todas las habitaciones disponen de TV de pantalla plana, conexión WiFi gratuita, calefacción y baño privado con secador de pelo. El aeropuerto de Santiago está a media hora en coche.
Este hotel está ubicado en una casa solariega gallega del siglo XIX, en la localidad ourensana de O Carballiño. El Pazo Almuzara cuenta con una piscina al aire libre rodeada de 10.000 m² de jardines.
El vino DO Ribeiro se elabora en los valles cercanos. Se pueden organizar excursiones a bodegas y viñedos, así como catas de vinos.
La zona es famosa por sus balnearios y spas como la Termas da Chavasqueira y Caldas de Partovia. Hay campos de golf en los alrededores.
El pazo fue construido a finales del s. XIX por un emigrado a Argentina, un importante mecenas que con su fortuna restauró la Cruz Procesional de la Catedral de Ourense (joya del s.XVI), a la que dotó de 243 piedras preciosas.
El establecimiento dispone de salón, zona de comedor, salas de reuniones y aparcamiento gratuito. Las habitaciones incluyen baño privado y conexión WiFi gratuita.
El río Arenteiro y sus numerosos pazos forman un conjunto monumental y natural extraordinario para visitar con calma. Tierra de viñedos y buscadores de plata donde dejó su huella la mismísima Orden de Malta.
El Pazo de Andeade se sitúa en pleno Camino de Santiago en la localidad coruñesa de Touro. Su construcción data del siglo XVIII y ha sido restaurado con materiales originales y maderas nobles en 1.995.
Se conservan elementos característicos de la arquitectura gallega como hórreos, palomares y una capilla con retablo del s. XVIII, además de una carballeira centenaria jardín.
En la zona se pueden practicar varias actividades como ciclismo y senderismo, además de rafting o piragüismo en los alrededores. Ofrece servicios e instalaciones para peregrinos como traslado de mochilas y servicio de masajes.
Cuenta con cafetería, salón de estar, biblioteca y capilla/oratorio, una terraza, un bar y un restaurante. También se realizan celebraciones y proporciona conexión WiFi gratuita y aparcamiento privado.
El Pazo de Andeade queda a 46 km de la localidad de Betanzos, a 21 km de Melide y a 13 km del aeropuerto de Santiago. En las proximidades se puede visitar el embalse Portodemouros o el Museo viviente de la Miel de Arzúa, entre otros lugares de interés.
Esta casa de estilo tradicional está situada en el corazón de la capital de Galicia, a 7 km de la ciudad de Santiago de Compostela y a unos minutos del aeropuerto de Lavacolla. El marco natural es una maravilla en pleno Camino Francés de peregrinación.
Un singular conjunto arquitectónico del siglo XVII que se presenta en una finca con el pazo rehabilitado, una capilla, un hórreo y un cruceiro. Cuenta con 64.000 m2 de finca con un río, un molino de agua en funcionamiento y un sendero para recorrerla.
Las habitaciones disponen de baño privado, televisión vía satélite y minibar. El establecimiento cuenta con una sala de reuniones, aparcamiento gratuito y conexión a internet.
Hay un servicio de autobús que sale de la puerta del hotel y que va al aeropuerto de Santiago y al centro de la ciudad.
En los alrededores se puede practicar senderismo, montar a caballo o hacer rutas en bicicleta. También hay un campo de golf a 2km.
En pleno camino de Santiago Portugués, con vistas a isla de San Simón y a la bahía de Rande, aparece este edificio de mediados del siglo XIX construido sobre las ruinas de un antiguo convento franciscano.
Ha sido hogar de personajes ilustres y sirvió como refugio durante la Guerra Civil y como hospital para el ejército alemán durante la II G.M. De hecho se dice que conserva pasadizos subterráneos de esa época.
Un conjunto de gran valor arquitectónico restaurado a finales del siglo XX y especializado en la celebración de bodas y eventos.
El edificio principal con dos torres almenadas dispone de 9 habitaciones, con baño completo, decoradas con muebles de época. En su interior destaca una espectacular escalera de castaño, además de las vidrieras policromadas que visten puertas y ventanas.
El hotel Pazo A Freiria se ubica a Puebla de Trives a 15 km de la estación de esquí de Manzaneda y ofrece unas vistas fantásticas a las montañas.
Sus primeros moradores fueron unos frailes militares en el siglo XII que provenían de la orden de San Juan de Jerusalén, y a partir del siglo XVI el pazo pasa a manos de la nobleza rural.
En los alrededores destacan los Cañones del Sil y el Parque Natural Montes do Invernadero o las Médulas, uno de los mayores yacimientos auríferos de los romanos en la Península Ibérica.
Las habitaciones son de estilo rústico y están equipadas con TV de pantalla plana, sofá, minibar y baño privado con secador de pelo. Dispone de terraza compartida, calefacción centralizada y conexión Wi-Fi gratuita.
Rodeado de una extensa finca se enmarca en medio de un paraje de bosques y riberas para realizar senderismo y otras actividades al aire libre.
El pazo da Trave es un palacio fundado por la antigua nobleza gallega y asturiana hace más de 500 años, enmarcado en plena Mariña Lucense.
Este establecimiento data del siglo XV y se encuentra en Viveiro, cerca del estuario y en un entorno rural magnífico. Perfectamente restaurado posee además una interesante colección de pintura.
Cuenta con jardines magníficos, una biblioteca con chimenea y una piscina exterior de temporada. También dispone de restaurante, bodega, sauna, gimnasio y salas de reuniones.
Este pazo, que perteneció durante casi toda su historia a los Marqueses de Montenegro, fue construido en el siglo XVII por Juan Antonio Posse de Soto, inquisidor de Santiago de Compostela, en las tierras que habían albergado un castro celta. Años después, con motivo del casamiento de su hija con los Montenegro, realiza la primera renovación del edificio. Fue residencia de los marqueses los siglos siguientes para, ya con la decadencia feudal del s. XX que llevó al abandono del lugar, acabar albergando la escuela del pueblo. Fue precisamente uno de sus estudiantes, vecino del pueblo y emigrante en Suiza, quien se decidió a comprarlo y restaurarlo a su vuelta a la tierra.
Situado en plena Costa da Morte, el pazo cuenta con 13 habitaciones disponibles, piscinas, pista de tenis, parque infantil, barbacoa, merendero, cafetería y un restaurante que ofrece productos frescos de la zona y de su propia huerta ecológica.
La Torre y el pazo de Terrafeita fueron construidos en el s. XVI por D. Juan Pardo de Aguiar, hidalgo gallego perteneciente a una de las familias más influyentes de la antigua provincia de Mondoñedo, que decidió situar su fortaleza en una estratégica posición en el valle de Trabada, en plena mariña lucense y rodeado por una extensa propiedad de prados y bosques.
El pazo tiene hoy 10 habitaciones dobles, piscina y una finca salpicada por vacas y caballos en libertad. Si no te llega, también puedes perderte por los bellos y salvajes ríos, valles y montañas de los alrededores –muy recomendable es la Fraga de Villapena o la Sierra de la Caldeira- que podrás explorar a tu aire o bien mediante rutas planeadas para hacer a pie o en bicicleta.
Este pazo, que desde su construcción en el s. XVI hasta la actualidad ha pertenecido al linaje de los Varela, es uno de los más destacados de la geografía gallega. Equipado históricamente para ser tanto casa de labranza como fortín, se abre con un portón de entrada sobre el que campea un escudo familiar tallado en piedra durante en siglo XVIII. Su entorno, rodeado de muralla, comprende la casa, el palomar, la capilla y dos hórreos. A lo largo de su historia, este pazo presume de haber sido hogar de mujeres y hombres sensibles al arte como doña María Antonia de Boceta, Juana Sarmiento o Teresa Novoa.
El pazo ofrece hoy en día 13 habitaciones y la posibilidad de descansar en sus instalaciones, animarse a conocer los alrededores a caballo o jugar una partida de pinball en un recinto cercano. Y una nota para los amantes del vino: desde el pazo se ofrecen a ayudar para organizar visitas a las bodegas de la zona.
Los pazos son pequeños palacios diseminados a lo largo y ancho del territorio y bien anclados en el imaginario colectivo de la Galicia rural. Admirados de lejos por la majestuosidad y por las vidas pletóricas que llevaban sus ricos inquilinos.
Casas inalcanzables para la mayoría rodeadas de intrigas, misterio y secretos. Un puñado de privilegiados paseaban por sus jardines botánicos, cultivaban las artes y letras, las relaciones políticas y sociales.
Estos edificios nacieron de manos de las principales familias de la nobleza gallega a partir del siglo XVI. Muchos fueron abandonados en torno al siglo XX por diferentes motivos como su costoso mantenimiento. Muchas de estas propiedades han vuelto a la vida gracias a los eventos y grandes celebraciones como las bodas.
Esos pazos restaurados ofrecen también habitaciones para vivir una estancia de ensueño que nos teletransportará a tiempos pasados por unos días.
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