La ensenada de San Simón en Pontevedra esconde una reliquia histórica y etnográfica que pocos conocen cerca de Vilaboa.
Las salinas de Ulló datan del siglo XVII y se ubican en el valle que se abre hasta la playa de Larache en Santa Cristina de Cobres.
Un paraje magnífico para recorrer a pie o en bicicleta mientras observamos el antiguo sistema de obtención de sal. Este enclave sería utilizado posteriormente para la generación de energía hidráulica gracias a las corrientes de mareas.
1. Breve historia de las salinas
Durante el reinado de Felipe IV se construyeron estas salinas explotadas desde 1637 por los monjes del monasterio de Poio. Sin embargo, fueron los jesuitas de Pontevedra los que comenzaron a trabajarlas con un mayor rendimiento económico en 1694.
Hay dos áreas diferenciadas en las que se dividía la salina. La más grande de 12 hectáreas estancaba el agua y permitía la evaporación por la incidencia solar.
La segunda de 8 hectáreas se dividía en una cuadrícula de pequeños cocederos, que alcanzaban los 23 grados, donde el agua terminaba la evaporación para cristalizar.
En el siglo XIX las salinas dejaron de ser tan rentables y se construyó el primer molino de mareas de Galicia que aprovechaba las corrientes del fondo de la ría para generar energía hidráulica.
Al final de todo el terreno que ocupan las salinas, hay un muro de piedra que perimetra y cierra la zona para evitar que el agua del mar salga. La sal se recogía tras la evaporación en el terreno y se utilizaba para la conservación de los alimentos entre otras cosas.
Además de las compuertas para evitar que el agua volviese a la ría, había un molino de mareas del que apenas quedan sus ruinas.
La zona está acondicionada con un paseo que rodea la marisma ayudándose de los antiguos diques. La caminata puede continuar hasta el Paseo da Punta do Castelo con bancos para descansar y recrearse con las vistas de la zona.
Es un recorrido sin ninguna dificultad y apto para toda la familia. Las estampas que nos deja San Simón bajo la niebla son también espectaculares, un paseo ideal para cualquier época del año.
Otra posibilidad es realizar una pequeña ruta que discurre por una serie de molinos de agua dulce a lo largo del río Vinil.
Más adelante veremos otras rutas de senderismo interesantes por la zona como la Ruta de la Croa.
Consulta el calendario de mareas de la ría de Vigo para programar tu visita y observar adecuadamente el fenómeno de las mareas.
2. Antigua fábrica
La parte monumental la ponen las ruinas de la granja, de finales del siglo XVIII y principios de XIX, donde vivían los terratenientes y la servidumbre relacionados con la producción de sal.
Estos lugares que respiran historia desde hace dos siglos siempre nos cautivan. El musgo parece querer contar historias y las ventanas y puertas parecen cobrar vida con la visita.
Las enormes lareiras, los hornos de las cocinas, los pozos y otros restos de canalizaciones nos hablan del pasado de Vilaboa y del entorno de la isla de San Simón.
En el extremo norte del Dique de la Ensenada se ven los muros de la granja y la entrada se encuentra señalizada. Hay que pasearlas con cuidado porque en estos espacios abandonados siempre hay un riesgo de desplome.
3. Refugio de ecosistemas
Las antiguas salinas tenían unas dimensiones aproximadas de más de 20.000 hectáreas que se han convertido en la actualidad en una región de gran interés natural y ornitológico.
Un lugar elegido por diferentes aves migratoriasa su paso por la Península Ibérica. Sus paisajes de marismas nos dejan postales preciosas, que en primavera y otoño presumen de una mayor vistosidad.
Las salinas forman parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y del Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la ensenada de San Simón y pertenecen a la Red Natura 2000.
En esta área podemos distinguir 4 ecosistema que pasamos a ver con más detalle.
Bosque de Ribeira: acompaña al curso de los pequeños ríos que desembocan en las marismas. El ave más llamativa es el Cardenal (pyrrhula pyrrhula).
Carrizales: es la zona donde se remansa el agua dulce. El rascón común (Rallus aquaticus) anida en el medio de las densas masas de carrizos.
Marisma: se dejan ver garzas, garcetas y hasta espátulas, aunque el ave mas frecuente es la garza real permanece inmóvil entre las altas matas de juncos marinos.
Ensenada: esta importante zona intermareal permanece en gran parte cubierta por la Zostera marina, asociada a las migraciones invernales destaca el ánade silbón con cerca de 3.000 individuos.
4. Senderismo en las salinas
Las salinas son el punto de inicio de varios senderos homologados que recorren el municipio de Vilaboa y sus alrededores.
RUTA DE LA CROA
Se inicia en las salinas y recorre las parroquias de Acuña y Larache con unas imponentes vistas de la ría de Vigo, la ensenada de San Simón y las islas Alvedosas. Unos 8 kilómetros de sendero que transita además por las ruinas de la Granja de Ulló.
MOLINOS DE VILABOA
De las salinas parte el Sendeiro de los Muiños de Vilaboa y Suelo del Vilar, que asciende el lago Castiñeiras a lo largo del río Trasmil. Verás unos 15 molinos, unos restaurados y otros en estado ruinoso. Algunos se esparcen por la costa hasta Larache en un tramo sencillo y sin pendiente.
5. ¿Cómo llegar a las salinas?
Estas salinas del municipio deVilaboa, perteneciente a la mancomunidad de Terras de Pontevedra, se sitúan al fondo de la ría de Vigo frente a la isla de San Simón.
Hay que tomar eldesvío en la carretera que une Pontevedra con Vigo a la altura de Paredes. El lugar está señalizado y hay un pequeño aparcamiento para estacionar los vehículos.
Castillo de Soutomaior
El Castillo de Soutomaior es una visita monumental imprescidible de la zona. Esta fortaleza se ocultaba de los invasores al fondo de la ría, en un enclave estratégico para controlar la frontera entre Galicia y el norte de Portugal.
Conjuga de forma majestuosa el patrimonio histórico y la belleza paisajística, y su prestigioso Jardín de Excelencia Internacional brinda una valiosa colección de camelias y árboles centenarios.
Un símbolo del patrimonio fortificado de la provincia de Pontevedra, que va camino de convertirse en un referente internacional.
Si hay un olor que impregna la fortaleza es el de las camelias, absolutas protagonistas del Jardín de Excelencia Internacional, enmarcado en la Ruta de la Camelia.
Varios senderos permiten conocer a fondo su riqueza botánica, esplendorosa con la primavera, tras el reinado invernal de las camelias.
Los lagartos comienzan a salir de las murallas del castillo y las aves migratorias vuelven tras un largo viaje para criar. Si quieres conocer más sobre la visita a este castillo espectacular puedes leer el siguiente artículo.
Os recomendamos acercaros a varios puntos de la costa para completar una jornada con más salitre. La península de O Grove es un paraíso de playas y calas turquesa con numerosos restaurantes para degustar marisco de la ría y con un ambiente familiar. Se ubica a 40 minutos de las salinas.
Cruzando un puente decimonónico en O Grove saltamos a la illa de A Toxa, famosa por sus balnearios y aguas termales desde el siglo pasado. Si viajáis en familia podéis sorprender a los más pequeños con la aldea de los grobbits.
Tres localizaciones ideales para el verano y que en invierno aparecen como una opción estupenda para conocer la verdadera vida de estos enclaves fuera de la época estival.
La fortaleza de Soutomaior acoge en su interior una posada que puede convertir tu estancia en inolvidable. Despertarse en una habitación de época con vistas a esta joya monumental no suena nada mal.
Os proponemos algunas visitas guiadas que pueden resultar interesantes en las Rías Baixas. Algunas son aptas para realizar en familia como el tren turístico por la isla de A Toxa o por O Grove, además de un paseo en barco por la ría de Arousa.
No pueden faltar las visitas a bodegas de la D.O. Rías Baixas como Martín Codax, o una excursión por Vigo y Baiona.
Visitas didácticas, cómodas como la que nos lleva por Combarro, uno de los pueblos más pintorescos de Galicia con su colección de hórreos mirando al mar, o la visita al Pazo de Rubianes.