Adentrarse en Os Grobos es reconectar con la naturaleza más pura. El tiempo parece haberse detenido en este enclave de lo más atractivo e insólito para los amantes de las rutas en verde. Un paseo sencillo que invita a perderse y con un acceso cómodo y fácil de encontrar. Os damos los detalles de localización al final del artículo.
No hace falta caminar demasiado para sentir la humedad del ambiente en la piel, visible para el ojo en forma de gotas de agua en las hojas, musgo húmedo o rocas resbaladizas. La fascinación por las formaciones geológicas que nos brinda este maravilloso espacio tampoco tardará en llegar.
El musgo invade cada centímetro del bosque, como si su misión fuese ocultar las gigantescas rocas calizas, que recuerdan a seres pétreos de otros mundos. Sombras descomunales que asoman vigilantes al paso de los caminantes.