Espacio reducido. Obviamente compartir un espacio reducido con desconocidos, a pesar de que os una la misma pasión de bucear, siempre puede salir mal, regular o muy bien. Pero el problema es que eso no lo vas a saber hasta conocer a tus compañeros. Lo que para unos puede ser una motivación, para otros quizás se convierta en un inconveniente y conviene remarcarlo.
Roces personales. Dependiendo de cómo te caiga el grupo, la experiencia puede ser mejor o peor porque el barco tiene una extensión reducida y menos comodidades que un hotel, a no ser que se trate de un crucero de buceo de lujo. Vivir en un espacio pequeño con roces personales o gente que no te cae en gracia, puede ser agobiante.
Traslado en lanchas neumáticas. Los desplazamientos a los puntos de buceo se realizan en pequeñas lanchas neumáticas menos cómodas para entrar y salir al agua, especialmente para los principiantes.