10 beneficios de viajar en septiembre y octubre
- TrotandoMundos viaja siempre fuera de temporada alta.
- Conseguimos abaratar precios y evitar masificaciones.
- Disfrutamos de entornos turísticos casi en solitario.
- Ventajas obvias pero que a veces se pasan por alto.
- En este artículo explicamos estos beneficios con detalle.
- Viajar en septiembre-octubre es una gran opción.
- Sácale el mayor partido a tus vacaciones.
- TrotandoMundos viaja siempre fuera de temporada alta.
- Conseguimos abaratar precios y evitar masificaiones.
- Disfrutamos de entornos turísticos casi en solitario.
- Ventajas obvias pero que a veces se pasan por alto.
- En este artículo explicamos estos beneficios con detalle.
- Viajar en septiembre-octubre es una gran opción.
- Sácale el mayor partido a tus vacaciones.
1. Precios mucho más económicos
LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA
Abre la lista la economía porque es uno de los factores más decisivos a la hora de emprender un viaje, muchas veces determinante. Fuera de temporada alta los precios siempre bajan, considerando el 15 de septiembre como la rampa de descenso. Cuanto más nos acerquemos a octubre más pueden bajar en hoteles, alquileres de coche y alojamiento.
Los billetes de avión a destinos turísticos de verano se desploman, y sin embargo, zonas maravillosas como el Mediterráneo ofrecen jornadas de sol casi asegurado y buenas temperaturas. A lo que sumamos mejores tarifas de vuelos o de gastos básicos, para adaptarlo todo mejor a tu presupuesto.
Hay muchas ofertas tentadoras e irresistibles para los que viajan de manera organizada a través de agencias, porque los turoperadores necesitan salvar la temporada baja y tiran los precios. Pero para los que lo hacemos por libre resulta también mucho más económico. Es tan sencillo como la ley de la oferta y la demanda. En muchos casos, pagarás la mitad o menos de lo que gastarías en julio y agosto.
2. Menos masificación turística
EVITA AGLOMERACIONES
Este es el factor más importante para encajar en nuestra manera de viajar, evitar masificaciones turísticas y dosificar los viajeros en los sitios que soportan más carga de visitantes. Es una manera de colaborar con un turismo responsable.
Durante la temporada alta, los enclaves más demandados de España, de Europa y del mundo comienzan su ajetreo. Pero una vez terminadas las vacaciones, estas masificaciones desaparecen y resulta mucho más cómodo y agradecido realizar visitas y actividades. Los más playeros cambian pelear por el metro de arena y por dar paseos casi en solitario en lugares espectaculares que con una afluencia desbordada no se disfrutan ni aprecian de la misma manera.. Septiembre es el mes ideal junto a junio.
El inicio del colegio y de la vuelta al trabajo garantiza una menor alfuencia de gente en cualquier destino turístico. Ganar en tranquilidad y gozar de entornos naturales casi en exclusiva, no tiene precio. Al menos para este par de TrotaMundos.
3. Más opciones y servicios a escoger
AMPLÍA EL ABANICO DE OFERTAS
Una menor masificación turística tare consigo una mayor oferta de actividades, servicios y destinos. En la inmensa mayoría no tendrás problema para encontrar vuelos u hoteles y un gran abanico de alojamientos para escoger y adapatarlo a tus gustos y a tu presupuesto.
En julio y agosto casi resulta prohibitivo viajar ciertas zonas, como pueden ser las islas mas demandadas,. Eso ocurre en nuestro país o en el entorno del Mediterráneo. El hotel que nos gusta puede estar con precios hinflados que en septiembre comienzan a bajar progresivamente.
También podrás alquilar un coche más amplio y de gama superior, porque en los meses fuertes llegan a triplicar sus tarifas. Sin ir más lejos mucha gente se queda sin poder visitar su destino soñado porque no encuentra vehículo para recorrer la isla o el territorio en cuestión. Viajar en septiembre te ofrece muchos beneficios para poder trazar tu aventura personalizada y no en función de los sobreprecios del mercado de temporada alta.
4. Menos planificación con antelación
AJUSTA MEJOR TU PLAN DE VIAJE
Otra de las ventajas es que no hay que planificar meses antes del viaje. Al evitar la temporada alta, sube la disponibilidad de los servicios turísticos necesarios para organizar las vacaciones. Alojamiento y transporte vuelven a desahogarse ganando en variedad.
Salvo que uno tenga muy claro el destino y las fechas, tener que reservar a meses vista genera quebraderos de cabeza. A mucha gente le cambian las vacaciones por una mala planificación en su empresa o por casuísticas como bajas laborales, sin olvidar las incidencias personales o familiares que puedan surgir. Por eso conviene reservar con cancelación gratuita cuando sea posible, o adquirir cobertura de cancelación en los seguros de viaje.
Aún pudiendo cancelar servicios, lo cierto es que en mayo muchos no saben lo que les va a apetecer en agosto. Viajar en septiembre-octubre, al igual que otros meses fuera de temporada alta como mayo o junio, nos posibilita adecuar mejor el viaje a tus necesidades y gustos, sin olvidar el bolsillo del que ya hemos hablado. Tampoco tendrás que agobiarte reservando meses antes por miedo a que tus hoteles favoritos o actividades no estén disponibles.
5. Menos colas y atascos
APARCA FÁCIL Y HAZ RESERVAS SIN FIN
Es bastante común durante los meses fuertes de turismo hacer cola para casi cualquier cosa, tanto para un museo como para sentarse a comer en una terraza de un restaurante. Absténganse los que no tengan la virtud de la paciencia durante las vacaciones.
A partir de septiembre podrás escoger donde cenar sin dar más vueltas que una peonza o decidir a qué museo quieres ir con poca antelación. En julio y agosto perderás tu valioso tiempo en esperas que puedes evitar viajando en otras épocas del año, apenas con unas semanas de diferencia. Cuantos se quedan sin poder entrar en su atracción turística favorita o sin comer en ese restaurante soñado.
Sin olvidar los espacios naturales con acceso limitado, que no paran de crecer. Si no has calculado bien las actividades y con tiempo, es posible que te lleves algún chasco. En septiembre será mucho más fácil tener disponibilidad de entradas y otras reservas de interés para el turista.
Por si fuera poco, sobre el asfalto evitas los crispantes atascos de tráfico que son continuos en los lugares de veraneo, sobre todo a la salida de las playas. Aparcar será también mucho más fácil en septiembre. Y estas ventajas se pueden aplicar a los meses de octubre y junio como otras alternativas que ganan en calidad-precio.
6. Mejor servicio para el turista
MENOS ESTRÉS Y MAYOR EFICACIA
Con la llegada de agosto, las vacaciones hacen mella en todas las empresas. Es cierto que los servicios turísticos se refuerzan con más personal para la temporada de verano, pero en demasiadas ocasiones no suele ser suficiente para atender a la gente en los lugares que sufren masificación.
Eso provoca una combinación explosiva cuando la demanda supera en gran cantidad al servicio. Y no nos engañemos, eso pasa mucho en julio y agosto. A partir de septiembre el servicio suele ser mucho mejor. En los restaurantes, los camareros están menos estresados. En las tiendas, ocurre lo mismo. Más sonrisas y una atención más personalizada además de los servicios gestionados con mayor eficacia, rigor y puntualidad.
La mayor parte de los servicios que adquiere el viajero de vacaciones se negocian de cara al público. En la recepción del hotel, el chiringuito, la oficina de alquiler de coches, los bares y cafeterías… los trabajadores están menos saturados, y su atención será más distendida y eficiente. No se trata de una crítica al sector ni mucho menos, todos somos humanos y el estrés no favorece a nadie. Elegir septiembre hará que tu estancia sea más placentera.
7. Temperaturas más suaves
VISITAS AGRADABLES A SITIOS DE CALOR
Los destinos clásicos de verano se caracterizan por las altas temperaturas que garantizan turismo de sol y playa. Escapar de los meses de calor, hará que disfrutes más de la experiencia, con termómetros moderados que garantizan un buen clima para actividades al aire libre. Sin olvidar que la radiación del sol es más baja y menos dañina.
Si tu viaje gira en torno regiones como Extremadura o Andalucía, evitar los meses de julio y agosto será todo un acierto. A las horas centrales del día no es recomendable caminar y mucho menos realizar o trekking o senderismo. Puede resultar incómodo salir a la calle después de comer, o que sea difícil conciliar el sueño. Sofocante y agobiante si sumamos masificación turística.
Esto se aplica a los destinos de montaña o a planes en entornos naturales diversos. En caso de que lo tuyo sea el asfalto, pasear capitales o grandes urbes a altas temperaturas, a realizarlo con unos cuantos grados menos, marca la diferencia. Será todo mucho más apetecible y confortable.
8. Colaboras con un turismo sostenible
EVITA LA SOBRECARGA TURÍSTICA
Si evitamos los meses de mayor masificación turística, que coincide con el verano del llamado mundo occidental, también estaremos colaborando con un tipo de turismo sostenible. Viajar al mismo lugar y sobrecargar ciertos enclaves es cavar nuestra propia tumba como viajeros.
Diversificar en lugares y en épocas, es uno de los factores que ayudan a preservar los entornos naturales. Los destinos que acogen descontroladamente turistas en los meses de julio y agosto, acaban por perder su esencia con el paso de los años. Es una pena y existen medidas de control para evitarlo, que le correponden a la administración y a las entidades y organismos que pueden proteger con el amparo de la ley. Por supuesto también tenemos nuestra parte de responsabilidad individual.
El beneficio es evidente para el medio, pero no lo es menos para el viajero, que podrá disfrutar y admirar parques nacionales y demás enclaves de gran valor con menos gente, y muchas veces casi en solitario. Eso fue lo que nos ocurrió durante nuestro viaje a La Palma y El Hierro en el mes de octubre. Temperaturas ideales para ir a la playa o realizar senderismo con el lujo de poder estar en los enclaves más espectaculares completamente solos.
9. Opción ideal para viajar en pandemia
ESCAPA DE MUCHEDUMBRE Y AGOBIOS
Muchos de los aspectos que hemos tocado benefician el hecho de viajar en pandemia. El viajero busca escapar de aglomeraciones, evitar hoteles a reventar. La mayoría prefiere actividades al aire disfrutando de entornos naturales, que durante el verano propiamente dicho a menudo se saturan. Al viajar a partir de septiembre tendrás más espacio para ti y sobre todo, ganarás en seguridad sanitaria si es un aspecto que preocupa de manera esencial.
Por si todo esto fuera poco, los psicólogos señalan que es una buena jugada para la mente. Pasar el verano trabajando con la ilusión de afrontar las vacaciones ayuda a llevarlo mejor, no digamos si es un mal verano en cuanto a clima. Y al parecer, volver en octubre/noviembre resulta más llevadero para la psiqué, observando el final de año con más proximidad y energía. Esto dicen los estudios, y en nuestro caso, podemos decir que se cumple.
10. Nuestras recomendaciones
IDEAS PARA SEPTIEMBRE Y OCTUBRE
Estas son las propuestas para viajar en septiembre y octubre, que también valdrían para mayo o primera quincena de junio, donde los precios se mantienen mucho más bajos. A partir de ahí suben tarifas y baja disponibilidad como venimos comentando. Estas ideas se basan en nuestra experiencia ya que son los meses en los que siempre viajamos, concretamente la aventura más larga del año que suele ser como mínimo un mes entero, la realizamos en septiembre-octubre.
- Islas Azores (Portugal). El tiempo en este archipiélago es completamente impredecible, puedes tener las cuatro estaciones en un día. Pero en septiembre se garantiza la luz suficiente y se evita la masificación de julio y agosto. La estación otoñal asoma y viste de gala los paisajes.
- Islas Eolias (Italia). Recorrimos en junio el archipiélago casi solos, con hoteles a un 40% menos y upgrade a menudo. Al ser islas pequeñas resulta un lujo visitarlas fuera de temporada alta. Septiembre es un mes parecido porque se elimina el turismo de verano del mediterráneo.
- Croacia. A finales de septiembre hubo tiempo de playa y abaratas mucho los costes en alojamiento y alquiler de coche. Pasear ciudades y pueblos famosos es un desahogo a partir de este mes y con temperaturas más que agradables.
- Galicia (España). Septiembre es un buen mes para visitar Galicia donde el sol no está garantizado ni en julio y agosto. Ver los lugares más turísticos de las Rías Baixas sin agobios y disfrutar de rutas costeras con muy poca afluencia. Los precios pegan un bajón en alojamiento y alquiler de coche.
- España. Tanto el mes de septiembre como el de junio se presentan estupendos para desplazase a Baleares, Andalucía, Extremadura, Castilla o Levante, sin olvidar Canarias por su estabilidad climatológica durante todo el año. La Palma y El Hierro son dos joyas para visitar en septiembre.
- Madeira (Portugal). Con un clima similar a territorios canarios, es una opción más que excelente para septiembre y octubre, aunque durante todo el año se garantizan suaves temperaturas. Eso anima a buscar los rayos de sol una vez pasado el límite del verano en España.
- Bulgaria. Balcanes. Será nuestro ejemplo de visita en torno al este de Europa, que con la llegada del otoño a los Balcanes se presenta como una buena época para viajar. Menos turismo en los puntos clave del país y unos termómetros idóneos para pasear o realizar senderismo en la zona de los lagos.
- Mediterráneo. Resulta interesante lanzarse al Mediterráneo donde las temperaturas son perfectas para recorrer el sur de Italia, Sicilia, Croacia o Grecia sin olvidar diversas áreas de Turquía, un país fascinante con Estambul como parada obligada.
CONCLUSIONES
Viajar en septiembre te hacer ganar dinero y tiempo. Y ganar tiempo es ganar dinero… así que el único que ganas eres tú. Olvídate de pagar tarifas de hotel tres veces más caras, de tener problemas para alquilar un coche en las islas, de quedarte con el peor alojamiento o de pelearte por un metro cuadrado de arena. Tendrás más abanico de opciones, servicio y disponibilidad.
Poder admirar una Sicilia en febrero tan verde que recuerda a Escocia, o nadar en las playas de Croacia solos a finales de septiembre, han sido lujos viajeros que hemos disfrutado gracias a viajar fuera de temporada alta. Lo mismo al recorrer Madeira en noviembre solos por la carretera o Sao Miguel en Azores durante el mes de octubre con los miradores todos para nosotros.
Perdernos por la isla de El Hierro sin ver a nadie en los lugares más espectaculares y señalados de su geografía, o realizar la ruta de los Volcanes de La Palma cruzándonos a diez personas en más de 20 kms, son otros momentazos. Suma y sigue. Y que el ritmo no pare!
Porque para nosotros uno de los verdaderos lujos de viajar es poder hacerlo sin masas y respetando el entorno, natural y cultural, que pisamos.
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