Desgraciadamente esta iglesia románica de Santo Estevo se ha convertido en un amalgama de ruinas debido al total abandono de las autoridades implicadas en su conservación. Vecinos y organizaciones sociales intentan darle los cuidados mínimos para evitar el colapso. Pero con sus escasos medios, no será suficiente.
En Galicia la lluvia es muy persistente y, sin un techo ni cubierta provisional, lo poco que queda de esta joya románica se quedará hecho trizas. Una pendiente de unos 150 metros con fuerte desnivel la separa de la aldea, y solo se puede llegar a pie. Pero eso no es excusa para la administración.
Ese mismo camino lo subían antes los fieles para acudir a misa y a entierros, para visitar el cementerio, o incluso para festejos religiosos como bodas y comuniones. Si ellos podían, las instituciones también.