Desde Marrakech hasta el desierto de Merzouga
- 1. Adéntrate en Marruecos
- 2. La plaza Jemaa el-Fna
- 3. El zoco de Marrakech
- 4. La Medina de Marrakech
- 5. Otros puntos de interés
- 6. El Atlas, las montañas
- 7. Las kasbahs: de cuento
- 8. Oasis y palmerales
- 9. El cine y Ouarzazate
- 10. Gargantas Dades
- 11. Gargantas del Todra
- 12. Rissani y su mercado
- 13. Los pueblos nómadas
- 14. Desierto de Erg Chebbi
- 15. Noche en las haimas
Consejos y lugares imprescindibles
1. MARRUECOS: MARRAKECH Y MUCHO MÁS
Marruecos presume de ser el baluarte turístico de África con 10 millones de turistas por año, gracias a una estabilidad política de la que no gozan muchos de sus vecinos países. Marrakech pervive en el tiempo como un gran zoco gigante y laberíntico. Te perderás más de una vez para llegar a tu ‘riad’ pero será divertido dejarse llevar por el entramado de callejuelas mientras esquivas a los insistentes vendedores que asaltan a cada paso.
Su multiculturalidad, fruto de los numerosos pueblos que han pasado por esta parte del oeste africano, es uno de sus atractivos. Estudios de ADN han confirmado que la mezcla de genes de los marroquíes incluye a beréberes, árabes, fenicios, judíos sefardíes y un montón de etnias.
Eso se palpa en el ambiente y también en su deliciosa y variada gastronomía con influencias culinarias mediterráneas, árabes, africanas y subsaharianas. El resultado de esta combinación es una explosión tremenda en tus papilas gustativas.
Nuestro itinerario nos llevará por Marrakech, por las cimas nevadas del Atlas, por los pueblos nómadas de camino al desierto de Merzouga, mientras recorremos las kasbahs de cuento que se cruzarán por el camino, como la de Ait Ben Haddou.
Tan de película que muchas escenas de la gran pantalla se han rodado allí. Y no muy lejos pasaremos por los estudios de cine de Ouarzazate, terceros en importancia mundial. No es para menos porque Marruecos ofrece un montón de escenarios y paisajes naturales dignos de vestir una obra maestra.
La telaraña de callejuelas que teje el zoco de Marrakech te transportará no sólo a otro lugar, si no a otra época distinta. Como si hubieses cogido anoche el –Delorean- para regresar al pasado.
Marrakech recibe el apodo de ‘La Ciudad Roja’ que le otorga el color rojizo de la tierra, y por tanto, de sus casas. La legislación marca que cualquier construcción nueva ha de mantener ese color en su fachada exterior, creando una identidad colectiva.
Fuera de la medina se abre un gran país de grandes contrastes. Limitar el viaje a los grandes núcleos es un grave error. Los paisajes y la autenticidad que encontrarás de ruta por el país con auténticos pueblos nómadas entre zocos tradicionales y donde podrás sentir la verdadera hospitalidad marroquí.
La opción de alquilar un todoterreno con conductor/guía para recorrer el país durante varios días es buena. Las ventajas indiscutibles son despreocuparte de conducir, beneficiarte de una mayor interacción con las gentes del camino, y adaptar la ruta a tus intereses particulares. Algo que no podrás hacer contratando un viaje de grupo aunque hacer la ruta por libre es totalmente factible.
Si queréis contratar un tour privado con coche, conductor y guía os recomendamos a Hassan y su empresa Marruecos 4×4 con una valoración de sobresaliente. Una empresa familiar con diversos reconocimientos del sector turístico, y que ha supuesto un avance importante en la vida de estos bereberes. Más detalles en el artículo de PRE-VIAJE A MARRUECOS.
En la costa compensa acercarse a Essaouira para comer un pescado fresco a la brasa y conocer un sitio pintoresco. Un país con múltiples rutas que nos sorprende con su diversidad de paisajes y enclaves por descubrir. Y sin más espera vamos a comenzar este viaje en la ciudad de Marrakech.
2. MARRAKECH Y LA PLAZA JEMAA EL-FNA
Marrakech huele a menta, cuero y especias. Se ha ganado ser la ciudad más visitada de Marruecos, atractiva por su condición de capital cultural y por un paisaje que le confiere como telón de fondo, la majestuosa cordillera del Atlas, a pocas horas del inmenso desierto.
Su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y su cercanía a Europa, dan como resultado un continuo crecimiento de viajeros cada año. Conocida como la «Ciudad Roja» por el color rojo-ocre de sus edificios, su Medina ofrece un caótico entramado de callejuelas con interminables zocos y un sinfín de rincones con encanto.
Marrakech también brinda al viajero palacios, mezquitas, tumbas ancestrales, mercados y jardines, algo que la convierte en un destino imprescindible de África para cualquier viajero.
Si lo tuyo es buscar contrastes, en pocos sitios tan cercanos a la Península lo podrás encontrar un choque tan brutal de culturas. Un mundo casi opuesto al nuestro, donde uno parece desplazarse no sólo en el espacio, si no también en el tiempo.
El laberinto de calles del zoco es el máximo exponente de la locura comercial, un sitio para perderse. Literalmente. Aunque no lo pretendas, te pasará. Déjate llevar porque al final es de lo que se trata. Cuanto más alejado de la parte turística, más auténtico se vuelve el zoco.
La ciudad es manejable, apenas es necesario transporte si quieres visitar la zona de la Medina, la mezquita de Koutoubia, el parque y los alrededores más cercanos. En cualquier caso los taxis no son caros para algún trayecto que requiera más distancia, o cuando el calor se vuelva sofocante. Más información sobre transporte en el artículo de PRE-VIAJE A MARRUECOS.
La Plaza Jema el Fna es el epicentro de Marrakech, para lo bueno y para lo malo. Es el cruce de caminos al que derivan todas las calles como si de afluentes de un río se trataran, pero también es el lugar con más turistas por metro cuadrado. Vaso medio lleno, vaso medio vacío.
Encantadores de serpientes, vendedores incansables, puestos de dulces y un sinfín de escenas que te harán pasar un rato entretenido. El tema del maltrato animal para espectáculos turísticos nos rompe el alma por lo que pedimos que no colabores con estas prácticas, sé un viajero responsable.
Alrededor de la plaza, las azoteas de restaurantes y cafeterías, se vuelven las protagonistas para tener las mejores vistas de este espectáculo de gentes, mientras saboreas un rico té con menta.
Poco antes de caer el sol, empiezan a montar en la plaza el típico mercado nocturno con docenas de puestos de comida, bebida y dulces, enfocados hacia el turista. Te contamos más en los mejores lugares y planes para tu visita a Marrakech.
3. EL ZOCO LABERÍNTICO DE MARRAKECH
Zoco de las especias. Se ubica en la plaza Rahba Kedima y podrás encontrar casi cualquier aderezo. La nuez moscada, el azafrán o el cilantro picante son algunos de los más vendidos.
Zocos de pieles. Hay varios zocos según se busquen pieles tratadas u otras para trabajarlas. Zoco el Batna, zoco El Maazi y zoco El Kebir son algunos de ellos.
Zoco Siyyaghin. Joyeros a mansalva donde podrás incluso verlos trabajar, pidiendo acceso al taller. También hay algunos que trabajan de cara al público y los podrás observar a simple vista.
Zoco de las Alcaicerías. Antiguamente era uno de los más valiosos, hoy se dedica a la parte textil donde se amontonan piezas de ropa entre las que resulta casi imposible discernir.
Zoco Chouari. Carpinteros y cesteros, estos últimos trabajan en mayor medida con mimbre al modo tradicional, elaborando cestas, bolsos y otros objetos de transporte o decoración.
Zoco de los tintoreros. Es uno de es de los más vistosos por sus telas y tejidos de colores.
El laberinto de calles del zoco es el máximo exponente de la locura comercial, un sitio para perderse. Literalmente. Aunque no lo pretendas, te pasará. Déjate llevar porque al final es de lo que se trata.
No te hace falta ningún guía para recorrer el zoco ni mucho menos. Sólo hay que ir predispuesto y tomarlo como parte de su idiosincrasia y de su forma de ganarse la vida. No es posible conocer esta cultura sin pasar por este entramado que forma parte de su ADN. Así que paciencia y al lío!
4. LA MEDINA, LA PARTE MÁS ANTIGUA
La Medina está reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conformada por una telaraña de callejuelas tan estrechas que deberás que esquivar motos, bicis, carros y burros continuamente. Los sílbidos o palabras a voz en grito serán tu mejor alarma para sortearlas.
Fundada por los almorávides en torno a 1070 se convirtió en la capital y en el centro económico-político y cultural de estos nómadas. En los siguientes dos siglos se fue desarrollando desde el trazado original almorávide.
De la medina o ciudad fortificada original se conservan las murallas edificadas en el siglo XII y los palmerales del este de la ciudad. Más tarde, los almohades bereberes conquistaron la ciudad destruyendo la mayor parte de los edificios y reedificando de nuevo la medina.
El atardecer es la mejor hora para realizar un recorrido por la medina, el calor afloja y la luz es magnífica. La puerta de Bab Agnaou es la entrada más famosa pero hay otras muchas.
5. OTROS PUNTOS DE INTERÉS EN MARRAKECH
La Mezquita de Koutoubia es la que marca el skyline de Marrakech, además de ser uno de los sitios más visitados. Su minarete mide más de 65 metros y se ve desde la plaza de Jemma el Fna. A su alrededor hay unos jardines muy acogedores que cobran mucha vida al caer el sol.
Los Jardines Majorelle fueron construidos por el pintor francés Jacques Majorelle pero su mayor fama le llegó con la compra del estilista Yves Saint Laurent. Su jardín posee una arquitectura cautivadora donde reina el color azul que lo ha hecho tan distinguido.
En las Tumbas Saadís de finales del siglo XVI, se pueden ver más de 100 tumbas decoradas con mosaicos que guardan los cuerpos de los sirvientes y guerreros de la dinastía saadí. La Sala de las Doce Columnas, donde están enterrados sus hijos, está construida en mármol blanco de Carrara.
La escuela musulmana Medersa Ben Youssef es la más grande del país y data del siglo XIV. El patio central es maravilloso con una estructura artesanal donde destaca el trabajo de los azulejos.
El barrio de la curtidoría se trabaja la piel y el cuero y se ha convertido en toda una atracción turística. El proceso del tratamiento tiene cuatro partes: limpieza, curtido, recurtimiento y acabado. Actualmente se suele hacer con químicos, pero aquí se elabora de forma tradicional.
Para el tinte de color se cubren con materias primas naturales: la henna para el marrón, la menta para el verde y algunas flores para los rojos. En la puerta suelen dar manojos de hierbas de menta para soportar mejor el olor. Pero hay más paradas interesantes en la ciudad que te desglosamos en la guía para viajar por libre a Marrakech.
6. EL ATLAS, LA MONTAÑA MÁS ALTA DE MARRUECOS
La majestuosa cordillera del Atlas parece proteger la ciudad de Marrakech, siendo el mejor puesto de vigilancia con su título de punto más alto del país. Ejerce de frontera natural separando el norte y el sur de Marruecos. Al norte se extiende un paisaje húmedo y verde, mientras que al sur se abre un desierto de dunas y palmerales que nos regalan oasis de película. Una ruta con panorámicas sorprendentes entre montañas y desfiladeros.
Cientos de quilómetros salpicados por oasis, ciudades de barro sacadas de un cuento, y montañas con las formas imposibles. Una maravilla natural desconocida para muchos de los que solamente se asoman a las grandes ciudades del país como Marrakech o Casablanca. Pero lo mejo, está fuera de esos límites para conocer la cultura bereber en todo esplendor y como es la vida a los pies del Sáhara.
Casi 2.500 kms de macizo recorren el noroeste del continente africano pasando por Argelia, Túnez y Marruecos, lugar donde se encuentra la cima más alta de Toubkal, que llega a los 4.165 metros de altura. Aquí reina el orden bereber, al igual que en el Atlas de Argelia.
CURIOSIDADES DEL ATLAS
El mito griego de Perseo cuenta que iba a ver a las hijas del Atlas para obtener manzanas de oro. El titán de Atlas estaba condenado a sujetar el arco del firmamento pero Perseo logró petrificarlo usando la poderosa cabeza de Medusa. Se convirtió en montaña y sus cadenas formaron el cinturón del Atlas.
Los poetas e historiadores del mundo griego, con Homero como uno de los máximos exponentes, marcaban el Atlas como la frontera del mundo conocido. Y como curiosidad para los españoles, en el medievo en el Cantar del mio Cid se la denomina como ‘Montes Claros’.
Precisamente al pie de estas montañas, en el Valle de las Rosas, se cultiva la rosa damascena, una de las más demandadas para la alta perfumería. Los franceses la importan para elaborar algunas de las más famosas fragancias del sector. Fueron ellos mismos quienes la llevaron a principios del siglo XIX, momento en el que abrieron las primeras destilerías para obtener la tan venerada esencia.
En primavera celebran la Fiesta de las Rosas para extraer esencia de miles de toneladas en la ciudad de El Kelaa des Mgouna, provincia de Tinehir, a unos 90 kms de Ouarzazate. Hay hoteles para alojarse al ser un área de importancia turística y no demasiado alejada de la capital.
Los vecinos hacen el destilado con las puertas abiertas para enseñar cómo es el proceso de destilación. Una fiesta con los ingredientes habituales: comida, baile y muchas flores que inundarán de un maravilloso olor un momento que puede ser inolvidable.
7. LAS KASBAHS DE UN CUENTO DE ORIENTE
Si quieres ser por un día protagonista de Lawrence de Arabia nada como hacer la Ruta de las Mil Kasbahs. Un mundo de adobe que te hará volar a la magia del cine de antaño, donde las casas hechas con barro y paja resisten al paso del tiempo y son un orgullo para los bereberes. Mimetizadas totalmente con el paisaje, las kasbah coronan las panorámicas con sus inconfundibles torres de defensa.
La estrella es la kasbah Ait Ben Haddou, cuya importancia se remonta al pasado como uno de los puntos comerciales más relevantes de la ruta de los pueblos nómadas, que todavía habitan estas tierras, como veremos más adelante. Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1987 y se han rodado numerosas películas y series muy famosas. Hasta el punto que una de sus puertas monumentales no es original, fue construida con motivo del rodaje de La Joya del Nilo.
Se encuentra en la provincia de Ouarzazate, en la región de Draa-Tafilalet y se extiende a lo largo del río Ounila. La mayoría de los habitantes de la ciudad viven en el nuevo pueblo al otro lado del río, sin embargo, algunas familias aún viven dentro de la fortificación.
Hoy en día, sigue sorprendiendo lo bien que preservan del frío y del calor. Materiales como barro y paja, que se utilizan en diferentes partes del mundo con el mismo fin. Bajar el calor en verano, y el frío en invierno. Uno de los mejores aislantes que se ha vuelto también uno de los mayores atractivos turísticos de la mano del cine.
Aparecen salpicadas por el sur de Marruecos, y aunque no todas tienen el mantenimiento adecuado, lo cierto es que tienen un gran atractivo. Muchas son melancólicas ruinas y otras se han transformado en originales alojamientos. Renovarse o morir, no queda otra. Estos antiguos palacios que parecen hechos de arena del desierto, eran residencia de los más poderosos, una fortaleza donde el enemigo tenía bastante complicada la entrada.
CINE EN AIT BEN HADDOU
- Lawrence de Arabia (1962)
- La joya del Nilo (1985)
- Jesús de Nazareth (1977)
- The Living Daylights (1987)
- La última tentación de Cristo (1988)
- El cielo protector (1990)
- La momia (1999)
- Gladiator (2000)
- Alejandro Magno (2004)
- El reino de los cielos (2005)
- Babel (2006)
- Hanna (2011)
- Juego de tronos (2011)
- La reina del desierto (2015)
RUTA DE LAS KASBAHS
Después de visitar la kasbah más famosa de Marruecos, Ait Ben Haddou, retomamos dirección a la ruta de las kasbahs. Dependiendo del tiempo disponible se puede hacer con más o menos paradas. Algunas de las menos conocidas y ruinosas, están ubicadas en parajes insólitos y espectaculares.
Ciudadela de Agdz. En el valle del Draa se abre un oasis de 200 kms de largo que parece desafiar esta tierra seca. Ahí se sitúa vuestro destino, pero por el camino encontraréis más kasbahs y otros pueblos y murallas antiguas.
Kasbah Amridil se sitúa a sólo unos 50 kms de Ouarzazate. Para los musulmanes es una de las más chulas del país, quizás una fama ensalzada tras estamparse en los billetes de 50 dirhams.
Kasbah Telouet. A punto de desmoronarse por su aspecto exterior, guarda dentro unos mosaicos y tapices de seda muy valiosos. La encontrarás al bajar la cima del Atlas, a una hora de coche.
Los paisajes durante toda la ruta sorprenden. Estampas desérticas y áridas, montañas con formas y colores inesperados. Postales marcianas salpicadas por palmerales o bosque bajo como respiro en medio de la nada. Que sabia es la madre naturaleza.
Ciertas montañas tienen laderas con formas fálicas, como si penes petrificados quisiesen cobrar vida. Algunas de las formaciones más peculiares que he visto hasta la fecha. Toda la ruta merece la pena de principio a fin.
CURIOSIDADES
En España hay muchas ciudades que conservan su alcazaba, que viene a ser la al-kasbah, con ciertas diferencias en materiales y estructura, pero con la misma esencia y apariencia.
Almería, Mérida, Badajoz, Sevilla, Córdoba, Valencia, Málaga o Zaragoza, conservan este tipo de construcciones que levantaban los musulmanes allá donde pisaban.
En cada una de sus conquistas, se nombraba la alcazaba como lugar para guardar el tesoro de la ciudadela. Destaca la de Granada como una de las mejor conservadas de toda la Península.
8. OASIS EXUBERANTES LLENOS DE PAMERALES
Uno de los mayores atractivos del país la conforman las panorámicas majestuosas de palmeras datileras, entre kasbahs de adobe y pueblos fortificados. Los oasis de palmeras están considerados patrimonio nacional, y se extienden sobre una superficie de 48.000 hectáreas, que corresponden a unos 5 millones de palmeras, concentrándose la mayor parte en las regiones de Tata, Draa, Figuig y Tafilalet, que se corresponde con toda la franja al sur de la cordillera del Atlas.
Pero detrás de esta imagen idílica de oasis en medio del desierto más árido e infinito, aparece la amenaza por el aumento incontrolado de nuevas construcciones, como le ocurre a todos estos enclaves verdes de la región bañada por el río Draa, en el extremo sur del país.
LA AMENAZA DEL LADRILLO
Según la ley, el arranque o corte de palmeras datileras está sometido a drásticas restricciones y sanciones, si cualquier construcción es ilegal y no dispone de las autorizaciones necesarias. Pero como siempre, el que hace la ley hace la trampa. Los habitantes de la población de Zagora han constatado el incremento de la tala de palmeras, para realizar edificaciones turísticas, algo que no nos resulta ajeno con otro tipo de vegetación.
Muchas veces se trata de terrenos o viviendas para extranjeros, que ponen fajos encima de la mesa, sin respetar la reglamentación en vigor, y aprovechándose de una corrupción al orden del día.
Zagora se sitúa a los pies del Atlas, en el valle del río Draa, y cuenta con un enorme palmeral de 200 km de longitud rodeado de árboles frutales que se pierde en las arenas del Sáhara, siendo la ciudad base para el turismo que atrae la comarca.
Desde este lugar parten casi todas las excursiones que se adentran en el desierto hacia las dunas de Erg Chigaga. Junto al desierto de Erg Chebbi en Merzouga, se cuelgan la distinción de los más vírgenes de todo Marruecos. Más tarde os contaremos toda la experiencia de TrotandoMundos en el desierto.
9. ESTUDIOS DE CINE DE OUARZAZATE
La historia puso a Ouarzazate a mitad de camino para todo aquel que hacía el trayecto desde el Sáhara a Marrakech o viceversa, o para aquel que se dirigía incluso hacia la Península Ibérica. Era conocida como la puerta del desierto. Enclave comercial, que hoy se ha pasado al sector del turismo y el cine.
Porque aquí se levanta alguno de los estudios del celuloide más grandes del mundo y donde se ha grabado incontables películas que has visto casi con seguridad, y que le ha valido el apodo del ‘Hollywood africano’.
Es el núcleo urbano más extenso al sur del macizo del Atlas y lo separan apenas 30 quilómetros de la kasbah de Ait Ben Haddou, donde precisamente se han rodado muchas de esas escenas famosas del celuloide. Estos parajes de ensueño y un rico patrimonio, han valido de escenario para rodajes desde su despunte con Lawrence de Arabia.
Ahí empezó a exprimirse todo el potencial de la zona, aunque Jacques Becker ocho años antes, había rodado en las mismas tierras ‘Alí Babá y los 40 ladrones’. Corría el año 1954.
Estudios de cine y enclaves naturales que resultan próximos y económicos comparados con otros lugares del mundo que pueden ofrecer escenarios similares. Desiertos, poblados de barro y paja, oasis en medio de la nada, montañas con texturas increíbles, manadas de camellos cruzando a través de los campamentos y carreteras.
Y varias kasbah cercanas, para aquel que haga noche en Ouarzazate y quiera ver algo más que los estudios de cine. Ya son varias las generaciones de una misma familia que se han dedicado a la fabricación de decorados y atrezzo en general, todo un oficio artesanal en el que destacan por su buena trayectoria.
Al final, raro es el vecino que no haya hecho sus pinitos como extras en el cine, más teniendo en cuenta las mega producciones que se ruedan aquí, y que necesitan un buen puñado de gente para las escenas multitudinarias. Algunos han sabido sacar tajada con su singular aspecto físico y hasta se han especializado en este tipo de papeles.
10. GARGANTAS DEL DADES
Unas montañas escarpadas que parecen esculpidas por el mejor Dios de las Cumbres, consiguen un lugar imponente. Las primeras vistas de las Gargantas del Dades fueron poco antes del atardecer, con esa luz mágica. Los paisajes son espectaculares pero subir las montañas supone toda una aventura al tener que extremar las precauciones al volante.
Desde la cima se puede ver el río Dades, el artífice del desarrollo de la vida en esta zona a lo largo de los siglos. Es una de las dos fuentes que dan lugar al nacimiento del río Draa. El marrón lo inunda todo y el verde parece extinguirse porque el clima de este valle (más frío de lo normal) evita el crecimiento de las palmeras. Podemos decir que es como su criptonita.
Además de la parte de naturaleza que no escapa a ninguna mirada, podéis trazar una ruta de kasbahs por la región. Desde Ouarzazate hasta el Oasis de Skoura sólo hay 50 kms para contemplar uno de los pulmones más afamados del sur del país.
Un poco antes de llegar podéis parar en la kasbah de Amridil, una de las mejor conservadas, y muy cerquita otra parada frecuente por su belleza es Timahdite, con varias aldeas casi deshabitadas y más construcciones beréberes.
El valle de Skoura está plagado de pequeñas aldeas con kasbah abandonadas, y otras ocupadas por familias antes de que se desmoronasen. Todo entre frutales, campos de cultivos y palmerales que crean postales dignas de esta llamada Ruta de las Mil Kasbahs. Y así hasta llegar a las Gargantas del Dades, sin duda símbolo orográfico para los bereberes, que siguen pidiendo la independencia de lo que consideran su tierra.
El alojamiento estaba situado en plena Garganta del Dades, se llama Hotel Babylon Dades, al pie de las montañas. Hay algunos situados en la cumbre y con vistas a las gargantas. El hotel era sencillo pero auténtico, enfrente al escaso riachuelo que corría en temporada seca. Habitación con balcón, baño privado, camas grandes y buena comida tanto en la cena como en el desayuno.
No os perdáis las tiendas del pueblo para palpar el ambiente. Simplemente curiosear y conocer a los lugareños antes de que caiga la noche. Para cerrar jornada, momento culinario con broche de cachimba incluida que agasajaban en el hotel.
Por supuesto no puede faltar un paseo para ver el manto de estrellas impresionante, indispensable para compararlo con el que veréis en el desierto y que será todavía más brutal.
11. GARGANTAS DEL TODRA
La siguiente parada se sitúa en las Gargantas del Todgha otro espectáculo de la naturaleza, con formaciones rocosas similares a las Gargantes del Dades, sus hermanas mayores. Aparecen de nuevo los bosques de palmeras, imprescindibles pulmones para esta seca parte del globo. Al conocer las Gargantas del Dades, parece que esto se queda en un segundo plano.
Es un sitio bonito pero no tan espectacular aunque merece una visita rápida si estáis en ruta. Las paredes de montaña que forman estas gargantas se elevan 300 metros del suelo. Era la peor hora para visitarlo, con un sol cenital abrasador y con una luz horrible para hacer fotos. Pero a algún sitio le tenía que tocar.
Como si de un pueblo de juguete se tratase, surge a sus pies un mundo que se vuelve diminuto como en el país de Gulliver, con un mundo empequeñecido a la sombra de estos gigantes de roca. Estampas de lo más cotidiano como un rebaño sediento que se acerca al río para cargarse de hidratación ante una nueva jornada extremadamente calurosa.
El río Todgha baja de las altas montañas del Atlas a más de 4.000 metros de altura y desemboca en los mares de arena del desierto del Sáhara. Una maravilla de la naturaleza, con paisajes de lo más variopinto. Los puestos callejeros se aventuran a pescar algún euro del turista. Saben que sin algo que cubra la cabeza, el sol se vuelve un buen enemigo.
Sombreros, fulares, pañuelos y chanclas, es la mayor demanda.
La ciudad más importante de la zona es Tinehir o Tinghir, al borde de un precioso oasis. Podrás visitar las ruinas de su kasbah de Al-Gawli, un montón de huertos y plantaciones de frutas a más de 1.300 metros de altura. Así de triunfante se presenta la puerta que abre paso al Valle del Todgha.
El nombre de esta ciudad, en el idioma tamazight que hablan los nativos, significa ‘la de la montaña’, porque la ciudad está rodeada de cimas altas. En las dos últimas décadas, ha experimentado un crecimiento urbano muy rápido, y han aparecido media docena de barrios nuevos.
Tineghir es un gran oasis se extiende unos 30 km de largo y de varios kilómetros de ancho, donde hay pocos días de lluvia en todo el año. Increíble que el mar llegase antes hasta aquí, donde ahora se abre únicamente un desierto árido y seco. Los ciclos de la naturaleza nos parecen asombrosos. Esa invasión periódica del mar, ha dejado depósitos de sedimentos ricos en fósiles marinos. Y mientras seguimos ruta, los paisajes marcianos no cesan.
A veces parece que uno ha viajado a Marte o a Saturno. Y tan cerca de casa.
UN POCO DE HISTORIA
El levantamiento del Atlas, principalmente durante el Terciario, provocó la retirada del mar y la deformación de los estratos de las rocas (pliegues, fallas).
La erosión eólica y fluvial, de manera eventual, ha ido conformando el paisaje desierto de piedra caliza y arcilla con estos tonos marrones.
El río Todgha se ha ensanchado con el tiempo a través de capas de roca, dando lugar a impresionantes cañones de 300 metros de alto.
A su paso se fue desarrollando un oasis verde de palmeras y vegetación baja, contrastando duramente con los colores rojo/ocre del desierto.
Poco antes de respirar el aire cálido del desierto el viajero debe hacer una parada casi obligada en el mercado de Rissani, muy famoso por su compraventa de burros y donde se puede ver un auténtico mercado marroquí.
Llegó a ser el enclave comercial por excelencia durante el siglo XIV al ser una de las puertas del desierto por donde transitaban todos los comerciantes. Poco ha cambiado desde entonces y sigue siendo una referencia en la región del Tafilalet.
Más allá del mercado se pueden visitar en algunas kasbahs interesantes en Rissani y alrededores.
Este mercado de Rissani es el centro de la vida comercial de unos cuantos quilómetros a la redonda, muy frecuentado para los que quieren comprar animales. Pero también para proveerse de cualquier producto alimentario y de infinitas especias. Esto es lo fundamental, aunque como en cualquier zoco, se puede encontrar absolutamente de todo.
Es el mercado que abastece a gran parte de los pueblos nómadas de las cercanías. El burro se resiste a perder el galón de principal medio de transporte del país, y resiste al tiempo y casi al espacio. En marroquí se le llama ‘hmar’. Uno de sus lugares de reunión es el aparcamiento de burros de este concurrido mercado, donde por supuesto también se mercadea.
Montados en ellos con la carga recorren los quilómetros para poder ganarse la vida en este mercado, dividido en diferentes compartimentos, alberga el resto de comercio animal.
Las kasbahs destacan como monumento arquitectónico pero el mayor tesoro de una cultura es su propio pueblo, los que forman el patrimonio inmaterial. Su gente, sus mercados, sus tiendas, sus costumbres, sus celebraciones, sus intereses. Rissani es un lugar de encuentro que todavía respira la esencia de tiempos pasados y que hará que el viajero se transporte a ellos con un sólo paseo.
La mayoría de los tours pasan de puntillas por este mercado, una parada más en ruta hacia el desierto. Desde TrotandoMundos recomendamos reservar media mañana si quieres conocer el pueblo sin apuros ni estrés. Las prisas en los submundos lentos nunca son buenas.
MONUMENTOS DE INTERÉS EN RISSANI
Rissani tiene monumentos de interés, vestigios de la importancia histórica de este enclave. El más importante a nivel arquitectónico lo conforman los ksars, las construcciones surgidas al amparo del comercio, supeditadas a la gestión y control de rutas o al alojamiento de familias pudientes. Más información sobre estas construcciones en la Ruta de las mil kasbahs de Marruecos.
Uno de los ejemplos es el Ksar Oulad Abdelhalim, la residencia del representante del sultán con fecha de creación en el siglo XIV. De generosas dimensiones, albergaba un barrio rico y otro de esclavos. Entre los restos ruinosos se perfila el patio ajardinado del barrio noble y un hammam público para el barrio de los esclavos.
El Ksar El Fida goza de mejor apariencia gracias a la inversión pública que ha integrado un museo para explotarlo turísticamente. Fue concebido como palacio y mecanismo de control de las caravanas comerciales y data del siglo XVII. Se pueden visitar el patio de entrada, la vivienda, el hammam y los espacios ajardinados.
13. PUEBLOS NÓMADAS CAMINO AL DESIERTO
La ausencia de vegetación marca el camino hacia el Desierto de Merzouga, tras recorrer las Gargantas del Dades y del Todgha. Y también la ausencia de curvas. Una llanura se abre al paso del todoterreno con ansias de ser infinita.
Allí emergen las famosas dunas de Erg Chebbi que forman un verdadero mar de arena con olas que pueden llegar a medir más de 150 metros de altura. Sus colores, cambiantes con el sol, son un continuo arco iris en pleno desierto. Sin agua, pero con la ayuda de la diosa naturaleza, todo es posible.
El Erg Chebbi es una pequeña parte del desierto del Sáhara, 22 kilómetros de largo por unos 6 de ancho ganándose el título de las dunas más altas de Marruecos. Pero antes de llegar, siguen los originales y cambiantes panorámicas, pero a un ritmo más movido. Sin curvas, por fin un roadtrip de verdad.
Durante el camino aparecen pueblos nómadas salpicados por las laderas de las escasas montañas, o extendidos sobre las tierras áridas previas al desierto. Los niños suelen acercarse corriendo sin perder ni un minuto, pero como siempre, para pedir dinero.
Por mucho que lamentemos su precaria situación, el consejo siempre pasa por no darles dinero porque es la manera más cómoda que tienen las familias de obtener ingresos para las familias. Al darles dinero, estamos reafirmando que el mejor futuro para las generaciones venideras pasa por localizar turistas y mendigar unos euros/dólares. De este modo, la educación la ven secundaria.
Otra buena alternativa es obsequiar con algunos objetos útiles y didácticos como libros, cuadernos, rotuladores, ropa o jabón. Nada sobra en este desolador paraje que trae consigo unas condiciones muy complicadas de vida, ya no sólo por el clima si no por una red educativa y sanitaria deficitaria.
Y hablando de carencias, aparece también el agua. Sin ella no hay vida y esta atmósfera puede llegar a ser mortífera. Para evitarlo, hay pozos de agua esparcidos por esta zona desértica, donde las familias nómadas cargan a cuestas un elemento imprescindible para sobrevivir en estas condiciones.
El polvo se mete hasta las entrañas y no es capaz de salir por la nula humedad. Los mocos y los ataques de tos son continuos, al igual que sufrimos durante nuestro viaje a Senegal.
Toda una red de ingeniería para que la canalización llegue a ciertos puntos, donde pueden abastecerse los pueblos y aldeas. Las mujeres se acercan a cargar tinajas y bidones para poder beber, lavar y cocinar.
Algunos pozos están secos y se puede bajar a ver la red de túneles subterráneos. Darte cuenta en vivo y en directo, de lo que tienen que hacer muchos para poder hidratarse o lavarse… da mucho que pensar. Lo sabes desde tu sofá de casa, pero vivirlo es otra historia.
Y a las puertas de Merzouga aparece otro paisaje espectacular. El negro con el dorado se funden antes de llegar al azul del cielo. Sigo asombrada por la diversidad natural que ofrece Marruecos, y a pocos metros de las majestuosas dunas de Erg Chebbi.
Desierto, montañas, palmerales, gargantas, cañones y empedrados. Con los colores más extraños y formaciones rocosas imposibles. Y aquí en medio de la nada, otra panorámica para el recuerdo viajero.
Pero antes de montar sobre jorobas para emprender ruta al campamento de haimas, tocaba reponer energías a las puertas del desierto de Erg Chebbi. Hay algunos hoteles que sirven de base para los turistas que se aventuran a pasar la noche entre dunas. Si contratas una excursión con guía, seguramente esté incluido el precio de una habitación para ducharte o descansar un rato antes de montarte a lomos de un camello.
Piscina y un té de menta en pleno desierto es un lujo asiático en África. Tras una jornada de horas sobre ruedas envuelta en un ambiente seco y de polvo, sienta de maravilla.
14. EL DESIERTO DE MERZOUGA SOBRE DUNAS DORADAS
El pueblo de Merzouga es la base de operaciones para las rutas y pernoctaciones al desierto. Hay hoteles con cierta categoría pero lo realmente interesante es pasar una noche en haimas bajo las estrellas.
Cena con velas y sobremesa con timbales, pondrán lo necesario para que sea algo inolvidable. Una sensación de libertad en el medio de la nada. La arena se vuelve un manto aterciopelado, sacando la seda para los últimos coletazos de luz del día. Algo tan sencillo y delicado, como brutal.
Muchos hoteles ofrecen un paseo por las dunas para ver el atardecer, pero recomendamos quedarse una noche en las haimas, en el desierto es lo suyo. Merece la pena sólo por ver la Vía Láctea con esa claridad y un manto de estrellas impresionante.
La experiencia compensa, sobre todo si es la primera vez que te adentras en el desierto, como era el caso. Los alojamientos cercanos ofrecen la posibilidad de dejar el equipaje para ir con una mochila ligera al campamento, además de poder darte un baño, tomarte un té o comer algo.
Para más información sobre estos campamentos del desierto os recomendamos leer el artículo del PRE-VIAJE A MARRUECOS.
Montar en el mundo de la joroba parece más encantador de lo que realmente es. El culo no será el mismo después del paseo y corres serios riesgos de terminar con unas buenas agujetas como te pongas más tenso de lo debido. Suelo evitar cualquier modo animal de transporte, pero era la única forma de llegar a las haimas.
De repente aparecen siluetas que brotan de las dunas. Individuos caminando con rumbo por muy extraño que parezca. Piensas que aquí no hay nada, sólo un océano de arena. Pero los bereberes tienen la brújula marcada en el ADN y conocen esta zona como la palma de su mano. Escenas cotidianas del desierto, que nos parecen estrafalarias por desconocimiento.
Y mientras tanto, la luz se va tornando de amarillo a naranja. Cada vez más rápido, pero de manera sutil.
Procurad realizar el trayecto al atardecer, cuando la luz es magnífica creando sobre la arena diferentes tonalidades anaranjadas y amarillas. Este oleaje dorado cambia de color según la posición del sol. Amarillos, ocres, dorados, naranjas, rojizos y púrpuras. Todo un arco iris en pleno desierto, de la mano de la diosa naturaleza.
Los colores se van transformando al paso del camello mientras observas la escena natural desde las alturas. El horizonte lo forman cordilleras de arena, con algunas cimas despuntando, y en constante movimiento. Ese día no sopla el viento, la temperatura es ideal y el paseo muy agradable mientras empieza a caer el sol.
Un espectáculo natural de luces y sombras.
CURIOSIDADES
Durante la parte más calurosa del año, los marroquíes vienen al desierto de Erg Chebbi a tomar baños en la arena caliente.
Son enterrados hasta el cuello durante unos minutos cada vez. Esto se considera que es un tratamiento para el reumatismo.
Cuando vislumbras el campamento sonríes como si hubieses vuelto de una dura caravana de largos días por el desierto. Sólo habían pasado dos horas, pero el culo pedía descanso y ver las tiendas era un gusto.
No sin antes parar en las dunas para deleitarse con este espectáculo de la naturaleza. Ver como los últimos rayos de sol se filtran entre las dunas que parecen cordilleras de oro. Espectacular verlos con tanto detalle en el horizonte. Atardeceres de lujo.
15. CAMPAMENTO DE HAIMAS EN EL DESIERTO DE ERG CHEBBI
El silencio cobra aquí un protagonismo encantador donde casi puedes escuchar las estelas de las estrellas fugaces. Inmensidad del desierto, inmensidad del universo. Y tú diminuto, insignificante. El misterio de la vida entre un mar de granos de arena y puntos de luz en el cielo. Para quedarse a reflexionar horas. Para conectar con la madre naturaleza. Y para los menos místicos, para dormir como nunca.
El silencio lo envuelve todo durante la noche. Sólo roto por algunos timbales lejanos de otros campamentos que animan la velada a los visitantes después de la cena. Las dunas de Erg Chebbi son un verdadero mar de arena con olas que pueden llegar a medir más de 150 metros de altura.
El campamento de haimas es sencillo pero con mucho encanto. Grandes tiendas de campaña elaboradas principalmente con cuero, albergan varias camas con buenos colchones y mantas de sobra para paliar el contraste de temperatura que trae el crepúsculo. Fuera un suelo de alfombras con mucha magia.
Más información sobre el campamento en el PRE-VIAJE A MARRUECOS.
Cena tradicional marroquí a la luz de las velas, para los más románticos. Y música de timbales y danzas, para los más animados al final de la velada. El té con menta que no falte. Es lo que te queda, porque cerveza no había, por lo menos hace una década. En las haimas olor a cuero y a lámpara de aceite, impregnando de rojo la noche del desierto de Merzouga.
Recuerdo mirar fijamente las llamas de la hoguera, que parecían cuchichear secretos. Fuego en el desierto. Con la retina pegada al movimiento de las manos sobre los timbales. Música en el desierto. Recuerdo escuchar los cánticos de los bereberes.
Alma en el desierto. Y esos ojos y esas sonrisas sinceras, de esos que con poco viven mucho. Menos dinero pero más ricos. En occidente más ricos, pero más empobrecidos de espíritu. Cuanto más viajamos, más nos damos cuenta. Intensidad en el desierto. Primeros pasos en la percusión, primeras palabras en jerga nómada y muchas risas. Alegría en el desierto.
No hay mejor cierre a un viaje por Marruecos que vivir el desierto en tus carnes, una de las esencias más puras de la naturaleza. Frente a eso, somos diminutos e ignorantes en grado superlativo. Un crepúsculo de ensueño donde el tiempo y el espacio parecen derretirse y una noche de estrellas que te sumergirán en preguntas. Esas agotadoras incógnitas del cosmos.
Un paraje que conserva ese misterio sacado de otra dimensión.
Hoteles en la ciudad de Merzouga
RIAD SUERTELOCA MERZOUGA. Un hotel espectacular con una terraza solárium con piscina, restaurante y salón de uso común. Este albergue de 5 estrellas tiene centro de negocios, parking privado gratis, wifi gratis y servicio de traslado al aeropuerto.
HOTEL RIADL ALI. A poca distancia del lago Dayet Srij este hotel tiene un restaurante, una azotea con vistas a las dunas de arena, aire acondicionado y wifi gratis. Sirve un desayuno buffet a diario, tiene servicio de alquiler de coches y organiza excursiones por el desierto.
KASBAH ERG CHEBBI. Un hotel con vistas a las dunas de arena y con restaurante, piscina al aire libre, habitaciones con patio, aparcamiento gratis y WiFi gratuita. Se puede desayunar en la habitación o en la terraza. Organizan excursiones por el desierto y los alrededores.
KANZ ERREMAL. El hotel está situado a poca distancia de las dunas con fantásticas vistas. Más de 20 habitaciones con decoración típica y artesanal. Tiene restaurante y organiza tours y actividades.
BERBER PALACE MERZOUGA. Un hotel con piscina al aire libre, restaurante, jardín, terraza y bar además de aire acondicionado, wifi gratis y parking privado gratis. Dispone de traslado de pago al aeropuerto, alquiler de equipamiento de esquí y alquiler de coches eneste hotel.
Breve historia de Marruecos
Tras la revuelta beréber de mediados del siglo VII, la región se separó del Califato. Por poco tiempo porque medio siglo después la absorbería el estado marroquí.
Bajo las dinastías almorávide y almohade, el poder de Marruecos dominó el Magreb y la España musulmana. La dinastía saudí y posteriormente la dinastía alauí han gobernado estas tierras hasta el Tratado de Fez. Corría el año 1912 tras la Crisis de Agadir, y el documento cortó el territorio en dos: protectorado español y francés. El resto ya es historia. En el 1956 Marruecos lograba su independencia.
Resumimos todos los consejos para planificar tu aventura a Marruecos de manera más sencilla y eficaz para exprimirla al máximo. Desde el visado a las vacunas, pasando por la seguridad, sus costumbres y su religión. El transporte, el alojamiento y la gastronomía también serán objeto de análisis en este pre-viaje a Marruecos. Saborea el viaje desde el primer minuto.
Si no quieres viajar por libre al país te recomendamos hacer un tour de varios días con Viajes Marruecos 4×4. Un empresa familiar de confianza que lleva más de 15 años en el sector. Servicios de calidad y excepcionales guías. Si estás interesado en contratar sus servicios escribe un comentario y te proporcionamos un bono descuento del 10% en cada tour.
Esperamos que esta guía de miradores sea de ayuda para organizar vuestro viaje por Marruecos, un destino cercano que nos lleva a otros mundos y que consideramos todo un imprescindible del continente africano.
Si tenéis alguna duda o consulta podéis escribir un comentario al final del artículo.
Y no olvides echar un ojo a los DESCUENTOS DE VIAJE para nuestros lectores.
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Muchísimas gracias por tu comentario, NADIA!!! Nos hace muy felices saber que habéis disfrutado de estos días con nosotros!!! Ojalá muchos más viajes juntos y ya sabes dónde estamos para lo que necesites!!! 🙂
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Estamos deseando volver a visitaros Hassan! Y hacer otra ruta distinta por el desierto. Nos vemos pronto! cuidaros mucho mientras. Un abrazo
Morocco or Al Maghrib which is the Arabic name is a country that is rich by its cultures, Hospitality, religious diversity, intellectual and its ancient history of (indigenous Berbers and Arabs) dynasties and empires that reached Northern Africa and Spain and Also middle Africa by the Great Sahara. Today, Morocco offers everyone: from delicious Food, gorgeous historic land sites, Beaches to have an amazing summer holiday . Morocco also has a great desert and mountain landscapes which allows its visitors to make mellion pictures and live such great moments by exploring and discovering the magic of the desert. Morocco also has a diversity of cultures and traditions which allow you to full in such a great love with the country and its landscapes. One of the most things which makes Morocco a best touristic destinations is its diversity and hospitality, If you head to North you will find such a great cities of Tangier, Saadia and Nador which are located in the edge of Medeteranean Sea, those cities are reach by its great weather and spanish aspects due to the spanish colonizer in the past. By the atlantic Ocean Morocco Has hundred of beaches which deserve to be visit especially during the summer such as small cities of Asilah, El Oualidya, Essaouira and Agadir which has a summer weather for more than 6 months per year. If you are a Tourist looking for a best travel plans and information about Morocco, so you are in the right place.
It is a wonderful country that we love. As you say, for its culture, its people, its landscapes and for each of the moments it offers. Thank you for reading us.
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