Los guerreros nómadas de Kenia y Tanzania
La tribu de los masai es uno de los pueblos africanos más conocidos en Occidente al compartir su territorio con la sabana de fauna salvaje más importante del planeta. Su continuo contacto con los turistas que se van de safari, los ha hecho famosos y cercanos. Su colorida vestimenta, sus abalorios y armas se han ganado el hueco estético en las revistas de viajes.
Tienen la reputación de ser bravos guerreros que mantuvieron a raya a los tratantes de esclavos y retaron a los primeros exploradores.
Un pueblo de pastores orgullosos que se ha negado a abandonar su tradicional forma de vida, pero que hoy se ve obligado a luchar para conservar su identidad y lo que queda de sus tierras. Te lo contamos todo en este artículo por uno de nuestros viajes étnicos favoritos.
La tribu de los masai es uno de los pueblos africanos más conocidos en Occidente al compartir su territorio con la sabana de fauna salvaje más importante del planeta. Su continuo contacto con los turistas que se van de safari, los ha hecho famosos. Y con su colorida vestimenta, sus abalorios y armas se han ganado el hueco estético en las revistas de viajes.
Tienen la reputación de ser bravos guerreros que mantuvieron a raya a los tratantes de esclavos y retaron a los primeros exploradores.
Un pueblo de pastores orgullosos que se ha negado a abandonar su tradicional forma de vida, pero que hoy se ve obligado a luchar para conservar su identidad y lo que queda de sus tierras. Te lo contamos todo en este artículo por uno de nuestros viajes étnicos favoritos.
Historia de los masai
Se cree que los Masai llegaron a África Oriental desde el norte del continente, cobrando fuerza la teoría que apunta al Valle del Nilo en el siglo XV a.c. Hasta el siglo XIX dominaron con rotundidad las verdes llanuras que se extienden desde el Lago Victoria casi hasta el océano Índico, y desde las tierras altas de Nairobi hasta la estepa de Tanzania.
A finales del siglo XIX, el cólera y otras epidemias que afectaban a su ganado causaron estragos mermando su pobación drásticamente. En medio de ese drama, la parte septentrional de su tierra fue ocupada por colonos europeos tras firmar tratados con la administración colonial británica.
Un pueblo ganadero
Los masai son esencialmente un pueblo ganadero con sus rebaños de vacas, cabras y ovejas como epicentro de la vida familiar. La leche es su alimento vital, y en tiempos de escasez también extraen sangre del cuello de una vaca o buey siguiendo un procedimiento que permite al animal recuperarse pronto.
Trasladan a sus rebaños de un lugar a otro para encontrar fuentes de agua fresca y para permitir que la hierba crezca de nuevo. Esto ha sido posible gracias a un sistema de tenencia de tierras en el que todos los masai de una localidad comparten el acceso al agua y los pastos. Sin embargo, cada individuo debe respetar las fuentes privadas de agua y los pastos de cada unidad familiar.
Son un pueblo nómada que sigue subsistiendo del pastoreo, aunque alguna de sus tribus como los arusha (o masai lumbwa) se dedican a la agricultura para mejorar su economía y su progreso. En tiempos de sequía los masai de una localidad concreta permiten a otros entrar en sus tierras, ya que saben que la tortilla se puede voltear en cualquier momento.
La supervivencia depende de la salud del ganado porque de ellos obtienen su alimentación y su material de construcción principal. Rara vez matan al ganado para comer, puntualmente alguna oveja o cabra, y no desperdician nada. Los cuernos los emplean como recipientes, con las pezuñas y los huesos hacen adornos, y curten la piel para confeccionar calzado, ropa, coberturas para dormir y cuerdas.
Las vacas son sagradas porque los provee de todas las necesidades: leche, sangre y carne para su dieta (producen una especie de yogur fermentando la leche con sangre de animal), cuero y pieles para su ropa.
Las vacas son sagradas porque los provee de todas las necesidades: leche, sangre y carne para su dieta (producen una especie de yogur fermentando la leche con sangre de animal), cuero y pieles para su ropa.
La vida cotidiana
En otros tiempos, los masai estaban a menudo en guerra pero en la actualidad se dedican a cuidar del ganado y ayudan en tareas de vigilancia en lodges y campamentos dentro de los parques naturales. Algunos incluso han montado su propio alojamiento como Oldarpoi Camp en Kenia, del que os hablamos en Qué ver y hacer en Kenia.
La vida cotidiana de los masai se desarrolla en el poblado protegido por un fuerte y espinoso vallado con unas viviendas fabricadas con estiércol de vaca seco. Viven en asentamientos llamados manyattas, círculos rodeados por empalizadas para encerrar el ganado.
Las chozas se construyen con unos ladrillos preparados a base de excrementos de animales, paja y barro a fin de que puedan ser impermeables y más duros. Las paredes interiores son alisadas y posteriormente ahumadas con pequeños tragaluces, pero no ventanas.
¿SABÍAS QUE…?
La leche es el único alimento acompañado a veces de mantequilla (aunque nosotros los hemos visto comer otras cosas). A los guerreros se les permite comer carne pero nunca junto con leche. Cuando un masai cae enfermo, ha sufrido la circuncisión o está agotado, se le da a beber sangre de buey.
¿SABÍAS QUE…?
La leche es el único alimento acompañado a veces de mantequilla (aunque nosotros los hemos visto comer otras cosas). A los guerreros se les permite comer carne pero nunca junto con leche. Cuando un masai cae enfermo, ha sufrido la circuncisión o está agotado, se le da a beber sangre de buey.
La sociedad masai
Los masai están jerárquicamente organizados en clanes que se dividen en guerreros, jefes de familia y ancianos o responsables políticos y religiosos. Cada una de estas clases posee derechos y deberes específicos, que en el caso de los guerreros varían según la edad de los jóvenes.
La sociedad masai se organiza en grupos de edad cuyos miembros pasan juntos de ser guerreros a ser ancianos. Todos los niños varones de la misma generación son circuncidados en la misma localidad y, más adelante, se convierten en guerreros a la vez.
Durante en el ritual Olng’eherr se convierten en ancianos. Se afeita su larga cabellera y se les dice «ahora que eres un anciano, deja tus armas y usa tu cabeza y tu sabiduría en su lugar«.
Los masai no tienen jefes tradicionales aunque cada sección tiene un laibon o líder espiritual que la conduce. Se cree que estos hombres poseen poderes espirituales, pueden dar bendiciones, curar enfermedades y predecir el futuro. El liderazgo político en cada sección lo ejercen los portavoces, elegidos por los grupos de edad de guerreros, y otros con cierto estatus como pueden ser los ancianos, llamados Padres de la Vara de Fuego.
Los masai están divididos en unas diferentes regiones llamadas oloshon que son políticamente independientes y culturalmente diferentes. Por ejemplo, la sección de Kisongo se encuentra mayoritariamente en los distritos de sur de la región de Arusha en Tanzania, y la sección de Loita en el distrito Narok de Kenia.
Los masai están divididos en unas diferentes regiones llamadas oloshon que son políticamente independientes y culturalmente diferentes. Por ejemplo, la sección de Kisongo se encuentra mayoritariamente en los distritos de sur de la región de Arusha en Tanzania, y la sección de Loita en el distrito Narok de Kenia.
Las mujeres masai
Aunque la sociedad masai está dominada por hombres, las mujeres desempeñan un papel relevante en la economía cuidando del ganado. También actúan como guardianas de importantes aspectos del sistema de grados de edad y proporcionan un equilibrio de autoridad en las relaciones entre los hombres jóvenes y viejos.
Pero desgraciadamente cuando son niñas masai pasan por una ceremonia de iniciación que incluye la atroz circuncisión femenina. Lo normal es que su matrimonio esté pactado por sus padres desde pequeñas. Los matrimonios que son polígamos y a menudo con grandes diferencias de edad, hombres de sesenta con niñas de doce a cambio una dote de reses.
Las mujeres masai
Aunque la sociedad masai está dominada por hombres, las mujeres desempeñan un papel relevante en la economía cuidando del ganado. También actúan como guardianas de importantes aspectos del sistema de grados de edad y proporcionan un equilibrio de autoridad en las relaciones entre los hombres jóvenes y viejos.
Pero desgraciadamente cuando son niñas masai pasan por una ceremonia de iniciación que incluye la atroz circuncisión femenina. Lo normal es que su matrimonio esté pactado por sus padres desde pequeñas. Los matrimonios que son polígamos y a menudo con grandes diferencias de edad, hombres de sesenta con niñas de doce a cambio una dote de reses.
VESTIMENTA Y JOYAS
Por norma general, los masai tienen una fisonomía esbelta y facciones finas. Su holgada indumentaria es de colores llamativos con telas teñidas de vivos tonos rojizos, naranjas y azules. Las mujeres portan cintas del pelo multicolores, grandes collares de cuentas y pulseras.
En ocasiones se ciñen los brazos y los tobillos con gruesos filamentos de cobre y ambos sexos se alargan los lóbulos de las orejas de los que cuelgan enormes pendientes. También es habitual que decoren artísticamente sus cuerpos con una mezcla de sebo de vaca y ocre, un mineral rojo que trituran hasta convertirlo en polvo fino.
Los guerreros masai
Cuando los grupos de guerreros Masai va cumpliendo años sube en el estrato social desplazando a su vez a los del grupo de edad precedente hacia un estatus mayor. Cada aumento de status otorga más derechos como poder fumar o casarse y sus opiniones van tomando peso en la comunidad. El último eslabón de la cadena son los ancianos, los encargados de tomar las decisiones importantes de forma igualitaria y reunidos siempre en el Consejo.
En la actualidad, muchos jóvenes masai trabajan vigilando campamentos, parque naturales y otras áreas turísticas donde puede haber presencia de fauna salvaje. Algunos, pero no muchos, se han convertido en gestores de campamentos o incluso propietarios como es el caso de Oldarpoi Mara Camp donde nos alojamos durante el safari en el Parque Nacional de Masai Mara de Kenia.
Lucha por sus tierras
Durante el período colonial desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del XX, la tierra masai estaba dividida entre dos países, Kenia y Tanganika (después Tanzania).
Desde la independencia en los años 60, la mayor parte de su tierra ha sido usurpada por granjas y ranchos privados para proyectos gubernamentales o parques naturales. Se han realizado intentos por parte de los gobiernos de modernizar a los masai intentando argumentar que tienen demasiado ganado para el espacio disponible.
En esta línea se han puesto a prueba distintos planes para hacerles vender más ganado y reducir sus cabañas, pero los estudios han demostrado que son unos productores muy eficientes y rara vez poseen más animales de los que necesitan o que la tierra puede sustentar.
Esta situación sólo ha beneficiado a los extranjeros y a un puñado de masai empresarios que han podido adquirir tierra para quedársela o para volver a venderla. Y así poco a poco, han ido perdiendo sus tierras que además suelen ser las peores.
Para proteger el terreno que les queda han formado diversas organizaciones comunitarias locales. En el Área de Conservación del Ngorongoro están intentando obtener derecho a la tierra que han habitado durante siglos, y vigilan que la proporción de ingresos que reciben en el marco de esta atracción turística, sea la justa para su comunidad.
Religión y cultura
Su religión se centra en torno a creencias místicas que veneran al dios Engai que vive en todas las cosas. Puede enviar prosperidad y alegría, en cuyo caso se llama Engai Norok, el Dios Negro. Cuando está enfadado y envía hambruna y muerte es conocido como Engai Na-nokie, el Dios Rojo.
Determinados lugares son sagrados para los masai como Entim e Naimina Enkiyio («bosque del niño perdido»), Oldoinyo le Engai («montaña de Dios») y Endoinyo Ormoruwak («montaña de los ancianos») donde se lleva a cabo la ceremonia Olng’eherr.
La religión de los masai es monoteísta y austera siendo su principal manifestación de bondad la lluvia. La mayoría de la tribu mantiene su religión tradicional aunque algunos han adoptado alguna forma de fe cristiana.
¿SABÍAS QUE…?
Para los masai el color negro representa la vida y la felicidad porque es el color de las nubes oscuras que traen la lluvia. De ella depende toda su economía centrada en la ganadería y parte en la agricultura.
¿SABÍAS QUE…?
Para los masai el color negro representa la vida y la felicidad porque es el color de las nubes oscuras que traen la lluvia. De ella depende toda su economía centrada en la ganadería y parte en la agricultura.
Visita un poblado masai
Cada vez resulta más difícil visitar una de sus aldeas tradicional sin pasar por taquilla, que corren el riesgo de terminar en circos turísticos. Muchos jefes masai permiten el paso de extranjeros pagando una entrada que oscila entre 10 y 20 € por persona.
Eso si, no se trata de un decorado y todas las aldeas son auténticas, es decir que la gente vive realmente en ellas al estilo tradicional. Las mujeres construyen sus casas con tierra y excrementos de vaca y van a por leña, los hombres llevan a pastar al ganado y los jóvenes siguen su adiestramiento como «moran» o guerrero.
Algunos reciben a los visitantes con bailes y canciones de miembros de la tribu engalanados con todas sus joyas para que los turistas tomen a gusto sus fotos. Suelen disponer de una visita comentada por algún joven que hable inglés. No falta la oportunidad para comprar objetos de artesanía local hechos por la tribu, mejor dejar ahí el dinero que en un bazar cualquiera.
En el archipiélago de Zanzíbar te sorprenderás al ver masais paseando por sus playas convirtiéndose en un elemento turístico más de la escena. La mayoría son vendedores de artesanía y otros colaboran con agencias locales orientadas a vender los safaris en el continente y excursiones a las propias aldeas masai del interior de Tanzania. Si vas a pasar unos días en las islas te recomendamos leer 10 alojamientos y villas con encanto en Zanzíbar.
ACTIVIDADES MASAI EN KENIA
Se celebran bodas por el rito tradicional masai donde incluso puedes ir en globo a la ceremonia. Más información y reservas en este enlace.
También puedes contratar un paseo en globo por Masai Mara en una experiencia que se presume inolvidable. Puedes sobrevolar Amboseli en globo en otra oportunidad única.
ACTIVIDADES EN MASAI MARA
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Campamentos masai
Mención aparte merece nuestra experiencia en el campamento Oldarpoi Mara Camp situado a las puertas de la Reserva Nacional de Masai Mara en Kenia. Regentado por las generaciones más jóvenes de la comunidad, es un espacio muy cuidado con cabañas y grandes tiendas de campaña, un restaurante principal y un área donde se hacen hogueras por la noche intercambiando historias con los masai. Sentarse alrededor con otros huépedes escuchando las leyendas de esta tribu nómada no tiene precio.
La cabaña era sencilla pero bonita con mosquitera, baño privado y agua caliente. Nada de lujos pero con encanto. Suficiente para calquier viajero que no necesite grandes ostentaciones.
La comida se servía en modo buffet y podías escoger entre tres primeros y tres segundos. Suficiente. El precio de la estancia era mucho más económico que en los alojamientos que ofrecen los paquetes organizados. Para repetir sin dudarlo porque además el ambiente y el staff era muy bueno.
Si tu idea es viajar a Kenia puedes reservar plaza directamente en un safari en grupo de dos o tres días o de una semana. Algunos se llevan a cabo en la Reserva Natural de Masai Mara y otros en el Parque Nacional de Amboseli o el Parque Nacional de Tsavo.
También te recomendamos leer sobre safaris en el país vecino en Qué ver en Tanzania – 20 lugares imprescindibles y otros consejos.
Puedes visitar el Área de Conservación del volcán reservando plaza en un safari de 6 días por el norte de Tanzania que incluye Tarangire, Serengeti y Ngorongoro
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Si a pesar de toda esta información no tienes ganas de organizarlo por libre puedes contratar nuestro servicio de Asesoría de Viajes y te ayudamos a prepararlo de forma personalizada. Para otras consultas envíanos un mensaje a través de nuestro contacto directo.
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Los masai creen que les pertenece todo el ganado de la Tierra.
Tal creencia nace de una leyenda que relata que en el principio Dios tenía tres hijos, a cada uno de los cuales obsequió con un regalo. El primero recibió una flecha para cazar; el segundo, una azada con la que arar, y el tercero, un cayado para guiar al rebaño. Fue este último, según la tradición, quien se convirtió en el padre de los masai.
Aunque otras tribus poseen ganado, los Masai creen que, en esencia, esos animales son suyos.
Los masai son un pueblo estimado en unos 883.000 individuos, que viven en Kenia meridional, y en Tanzania septentrional.
La creación de fronteras y de límites territoriales impuestos forzó algunos cambios en su estilo de vida, aunque no tan drástico como en el caso de otros pueblos nómadas.