Islas Eolias: volcanes, viñedos y calas turquesas
Las islas Eolias se ubican en el Mar de Tirreno frente a Sicilia en un archipiélago distinguido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Emergieron a la superficie hace unos 2 millones de años y su naturaleza volcánica marca una geología espectacular.
Volcanes, playas, viñedos, termas y pueblos marineros, pero también senderismo, buceo, gastronomía e historia la completan.
Un territorio todavía muy desconocido y con esencia que se puede visitar por libre pero también con una ruta organizada de 9 días por Sicilia y las islas Eolias.
1. ISLA DE STROMBOLI
UNO DE LOS VOLCANES MÁS ACTIVOS DE EUROPA
GINOSTRA: UN PUEBLO SÓLO ACCESIBLE POR MAR
El segundo pueblo de la isla de Stromboli se encuentra al lado opuesto de la isla y sólo es accesible por mar. Podrás contratar una excursión o alquilar un barco por horas que te acerque a conocer este enclave tan peculiar donde no hace tantos años, sus habitantes vivían casi aislados y rodeados por un volcán agitado.
Hoy apenas hay un par de restaurantes en un lugar que conserva su autenticidad y que ofrece una de las mejores panorámicas de las islas Eolias, salvando la del cráter de Vulcano que conoceremos más adelante. Vecinos sentados alrededor de una iglesia privilegiada que mira al mar de Tirreno y al resto del archipiélago, conforman esas escenas cotidianas que tanto nos gustan. Realismo dentro de un cuadro de fantasía mediterránea.
Hay numerosos hoteles ubicados en la falda del volcán cercana a la villa con vistas al gigante poderoso. Nosotros nos alojamos en el Hotel La Sciara y sin duda para repetir. Su piscina con vistas al volcán es fantástica para darse un baño de lujo. Os dejamos los 10 mejores hoteles de la isla.
No están permitidos los coches en la isla, así que sólo veréis vehículos como carromatos y motocicletas. Una isla sin contaminación acústica y con mucho encanto que nos ha recordado a la isla griega de Hydra que podéis ver en Grecia: Atenas y ruta por el Peloponeso. Otro placer para los sentidos.
2. ISLA DE SALINA
LA ISLA VERDE DEL ARCHIPIÉLAGO SICILIANO
La isla de Salina es la más verde del archipiélago y nos ha conquistado con sus paisajes salvajes y su costa turquesa. Los griegos la apodaron como Didyeme (gemela) debido a los dos volcanes inactivos que se enfrentan en los extremos de la isla: Fossa delle Felci (con 962 metros es el punto más alto de las Eolias) y Monte dei Porri, únicamente separados por el Valle de Valldichiesa.
La imagen superior deja a la vista el colapso sufrido por la isla en un corte geológico que nos recuerda enormemente al Valle del Golfo en El Hierro, uno de nuestros rincones favoritos de la isla canaria. En el caso de Salina, su nombre actual proviene de las antiguas minas de sal de Lingua.
La ascensión al cráter de la Fossa delle Felci y un viaje en barca alrededor de la isla son algunas actividades interesantes, mientras la llanura de Valldechiesa nos ofrece la visita al santuario de la Madonna de Terzito, lugar de veneración en el templo reconstruido en el siglo XVII.
Los viñedos inundan gran parte de este fértil territorio regalando algunos de los mejores vinos de la región para maridar con esa gastronomía siciliana que nunca falla. Al cruzar la isla no es extraño observar a los halcones llegados desde Madagascar que anidan en las laderas del Pizzo del Corvo.
RINELLA: PUEBLO MARINERO CON ENCANTO
Rinella es un pueblo marinero rodeado de unos paisajes excepcionales: playas volcánicas arropadas por laderas exhuberantes y adornadas por unas cuevas que inundan de misticismo la escena. Por si fuera poco, hasta aquí llegan muchos submarinistas en busca de sus afamados fondos marinos llenos de vida gracias al lecho volcánico.
Las casitas marineras, las plazas donde se reúnen los vecinos o la colorida iglesia asentada en las alturas, perfilan un paraje mediterráneo con toda la esencia que buscamos. Tomarse una cerveza en alguna de sus terrazas es casi obligado, y nuestra recomendación especial pasa por sentarse a comer en uno de los mejores restaurantes del viaje que se llama Pa.Pe.Ro.
No hemos visto que tengan espacio web pero lo encontrareis a unos metros del puerto. Un sitio de ambiente familiar con comida casera para degustar platos típicos y postres de matrícula de honor. Los mejores canolli de todo el periplo, afirmación rotunda.
¿DÓNDE DORMIR EN SALINA?
La mayor parte de los alojamientos se concentran en Santa Marina, la población principal a donde llegan los ferrys, y también hay opciones diversas en Rinella y algunas en Malfa. Hay pequeños hoteles y también apartamentos y algunas casas para alquilar. Optamos por quedarnos en Santa Marina donde hay más oferta de restauración y está más cerca para abordar el puerto con facilidad.
Nos alojamos en Mamma Santina, un pequeño hotel con habitaciones y baño amplios, sumando un balcón y una hamaca directamente enfilados a la panorámica del archipiélago. Despertarse con esas vistas fue un lujo absoluto.
Tiene una piscina estupenda, un buen restaurante y un desayuno completo. Nuestra recomendación es que elijas un alojamiento subiendo la ladera (como este) para tener unas vistas espectaculares del amanecer y el atardecer sobre otras islas próximas como Panarea.
¿CÓMO MOVERSE EN SALINA?
Para visitar Salina recomendamos alquilar un coche o un motorino en Santa Marina, para tener libertad de movimientos y llegar a rincones donde el autobús queda a desmano, como Punta Perciato y su inconfundible arco natural sobre el mar tan fotografiado. El transporte público circula entre las localidades de Santa Marina, Leni y Malfa.
Salina es una gran opción para establecerse como campamento base por la distancia pareja al resto de las islas, a nosotros nos cautivó y nos quedamos más días de lo previsto. Salina ha sido uno de lo descubrimientos de esta aventura italiana.
3. ISLA DE PANAREA
COQUETA, PINTORESCA Y REFUGIO DE FAMOSOS
Panarea es la más pequeña de las Eolias pero también una de las más coquetas y tranquilas. Pintoresca y con menos turismo, se ha convertido en refugio de famosos en los últimos años. Hecho que ha encarecido un poco el alojamiento con respecto al resto de islas, que se contrarresta con restaurantes más asequibles donde degustar sabroso pescado local y otros platos típicos.
Las tradicionales casas blancas donde hasta hace poco no había llegado la electricidad han sido restauradas para convertirse en casas de veraneo de millonarios que empiezan a convertirla en un Capri a lo siciliano. La isla tiene una magia innegable y al ser más pequeña seduce si cabe más que sus hermanas mayores.
La cima más alta de Panarea se llama Pizzo del Corvo, y desciende gradualmente hacia el oriente con terrazas cultivadas con trigo y olivos, dejando unos paisajes mediterráneos magníficos. El lado occidental es inhóspito y deshabitado. Realmente Panarea es un pequeño archipiélago de islotes como Basiluzzo, Spinazzolla, Panarelli, Lisca Blanca, Lisca Nera, Bottaro y el grupo de las Formica.
RUTAS POR TIERRA EN MAR EN PANAREA
La población de Panarea se concentra en tres puntos: San Prieto, embarcadero donde llegan los barcos de línea regular, Ditella al nordeste y Drauto al sudeste. Como decíamos, la zona oeste está deshabitada y ni siquiera existe un sendero de circunvalación. Desde San Prieto podemos alquilar una moto o un barco en alquiler para conocer el resto de Panarea.
Una ruta aconsejable nos llevará al sur hacia el cabo Milazzese donde se ubicaba el antiguo poblado prehistórico del siglo XIV a.C. que conserva la planta de 23 cabañas ovaladas y pavimentadas con piedra. Desde allí descendemos hasta el mar a Cala Junco, protegida por un manto de lava solidificada y que nos brinda una de las mejores playas.
Alquilando una embarcación, con o sin patrón, uno se puede acercar a Basiluzzo, a 3 km al norte. En este islote fruto de las últimas erupciones submarinas, los estratos de lava superpuestos adquieren tonalidades diferentes. Las piezas de cerámica encontradas y los mosaicos romanos verifican la presencia de colonos. Es posible distinguir la dársena romana sumergida a un os 20 metros tras la acción volcánica.
El abanico de calas de Brinca, Bianca y Bianca Piccola, y las cuevas de Pacià y Carbone completa la oferta de tesoros naturales en la zona de Basiluzzo.
3. ISLA DE LIPARI
POBLADA DESDE EL NEOLÍTICO Y CARGADA DE HISTORIA
QUÉ VER EN LA CIUDAD DE LÍPARI
La ciudad se compone de dos ensenadas conocidas como Marina Larga y Marina Corta, en medio de ellas se alza la acrópolis. Sobre el mismo promontorio que divide las dos Marinas el recinto amurallado contiene también la catedral y el castillo. De la primigenia catedral normanda de Lípari poco queda tras la destrucción del ataque de Barbarroja y la posterior reconstrucción a finales del siglo XVI.
Los abundantes hallazgos se exponen en el Museo Arqueológico Eoliano en las inmediaciones de la catedral custodiando una de las más grandes colecciones arqueológicas de Italia. Dentro del mismo complejo monumental, el parque arqueológico de Contrada Diana alberga numerosos sarcófagos y tumbas greco-romanas. También puedes visitar una bodega en Lipari para conocer la historia vinícola de la isla con posibilidad de hacer una cata.
Marina Corta conserva el enclave portuario casi intacto, con casas bajas de marineros de principios de siglo XX, una delicia pasearse por este enclave singular y por las callejuelas aledañas.
Aunque lo que más nos gusta es perdernos por los callejones para encontrar esos rincones mediterráneos que hacen a Italia tan especial.
PLAYAS Y OTRAS ACTIVIDADES
En la costa noreste, entre Capo Rosso y Porticello, se hallan las cavas de piedra pómez y obsidiana dejando unos paisajes de acantilados blancos muy peculiares, adornados por los viejos mulles para cargar naves de las minas.
Se pueden ver en la playa de Papesca, aunque la más espectacular es la playa Blanca (Spiagga Bianca), al norte de Canneto, una espectacular extensión de piedra pómez que termina en un mar de tonos turquesa.
Hacia Acquacalda, la carretera corta los ríos magmáticos provenientes de las Rocche Rosse y cerca del pueblo de Quattropani un camino conduce a las antiguas minas de caolín (Cave di Caolino). Es uno de los enclaves menos visitados y sin embargo sus fumarolas aún permanecen activas.
En Pianoconte se ubica nuestra panorámica favorita de la isla (y el de tantos otros) con el mirador de Quattrocchi y su postal de las islas Eolias con Vulcano coronando la excepcional vista mediterránea. Un pequeño desvío acaba en las Termas de San Calógero, un balneario restaurado que aprovecha las aguas termales para diversos tratamientos.
La isla es bonita pero tenemos que decir que las otras que hemos visitado guardan más encanto, al menos para nuestro gusto. Merece la pena darse un paseo por la ciudad fortificada y pasar por alguno de sus miradores espectaculares a Vulcano.
Pero si tenéis que sacrificar una isla o pasar de puntillas esta nos parece más prescindible al lado de Salina o Strómboli.
¿CÓMO MOVERSE Y DÓNDE DORMIR?
Como ocurre con todas las eolias, se recomienda dar la vuelta completa de la isla por las carreteras panorámicas. En este caso se puede realizar casi un círculo de unos 26 Km, ya sea en coche, en moto o en bicicleta. Las carreteras son estrechas e invita a la precaución.
También existe la posibilidad de usar el autobús que cada día conectan Lípari a las playas más hermosas: Canneto, Porticello y Acquacalda. No nos despistemos con los horarios o sólo nos quedará caminar por las cuestas de Lípari.
Otra opción es contratar los servicios de alguna de las numerosas empresas de excursiones en barco. La isla de Vulcano es todo un omnipresente desde gran parte de Lípari y allí justamente nos vamos a escalar su cima, esa donde griegos y romanos enclavaron a los dioses del fuego.
Ya 4000 años a.C. los hombres del neolítico poblaron Lípari atraídos por las canteras de obsidiana que permitían armar las lanzas y construir buriles antes de que los metales hicieran aparición. Posteriormente, los griegos provenientes de Rodas se asentaron en la isla hacia el 580 a.C fundando Lipara, amurallando la ciudad. Los romanos no menospreciaron la importancia del asentamiento, y ya en la Edad Media, los normandos erigieron la catedral de San Bartolomé.En 1544 los turcos comandados por Barbarroja arrasaron Lípari, siendo reconstruida con su actual vasto murallón defensivo por los españoles.
Via Garibaldi rodea la fortaleza, escondiendo rincones con tiendas de cerámica típica, alcaparras y vino malvasía de Salina.
La catedral de Lípari, San Bartolomeo fue construida en 1080 por el rey normando Roger I, en honor al patrono de la isla, y reconstruida varias veces después de las destrucciones. El aspecto actual es el del siglo XVIII. Entre las muchas obras, en su interior, se destaca la estatua de plata de San Bartolomeo, sobre el altar, y una hermosa tabla de comienzos del siglo XVII, la Madonna del Rosario. Destacable es el claustro normando, adosado a la iglesia y recuperado mediante un paciente trabajo de restauración.
a iglesia Addolarata de origen medieval y adornada con altares barrocos de madera tallada y la iglesia Immacolata de mediados del XVIII con frescos barrocos, completan la explendida explanada del promontorio de Lípari donde desde 1950 se llevan a cabo continuas excavaciones que ilustran el complejo panel de civilizaciones que ha regado el Mediterraneo.
El Museo Arqueológico Eoliano está ubicado en varios edificios, todos en la fortaleza y subdividido en cinco secciones, que ilustran la milenaria historia del archipiélago Eoliano. Desde la prehistoria a la época romana, con una sección especial sobre el estudio de los volcanes. Entre las muchas piezas fuertes del museo se encuentra una rica colección de terracotas y modelos de máscaras de la comedia griega.
Afuera del museo, se puede visitar el parque arqueológico de Contrada Diana, que alberga numerosos sarcófagos y tumbas greco-romanas (siglos IV-II a.C.).
4. ISLA DE VULCANO
ASCENSO AL CRÁTER IMPRESIONANTE DE VULCANO
Es la más cercana a la ciudad de Milazzo, desde donde parten los transbordadores hacia las islas. Según la mitología griega el dios del fuego Vulcano tenía aquí su fragua, por eso este pedazo de tierra fue llamada Thermessa la caliente, Terásia, tierra caliente, y Hiera, la sagrada fragua de Efesto donde los cíclopes forjaban los rayos para Júpiter.
Posteriormente serían los romanos quienes le dieron su nombre definitivo.
Los cristales amarillos de azufre tiñen la ladera del volcán que escupe vapor por sus bocas humeantes. Se debe respetar las alertas de peligro por toxicidad de las piedras de azufre. Los parajes son alucinantes, de otro planeta, con mucha vegetación en la parte baja y una geología fascinante en la cima.
Hay un sendero para dar toda la vuelta al cráter que recomendamos realizar al completo porque la perspectiva y las vistas hacia Lípari, hacia el océano y el resto de islas son realmente cambiantes.
PLAYAS Y OTRAS VISITAS EN VULCANO
Al sur de la isla de Vulcano, Gelso regala una playa tranquila conocida como Spiaggia dell’Asino, a la que se accede por una carretera panorámica. En la bahía de Poniente encontramos la playa de Sabbie Nera es una de las más bonitas de la isla aunque muy concurrida en verano.
La península de Vulcanello, generada en el 183 a.C. por raíz de una erupción submarina, es una sucesión de oladas de lava que han producido formas rocosas extrañas y visibles desde el mar. Se le conoce como el Valle de los Monstruos.
Además de sus playas de aguas tibias (incluso en invierno) calentadas por las fumarolas, otro punto muy demandado corresponde a los baños terapeúticos de lodo caliente en el farallón de Levante, en las proximidades del desembarcadero.
Se accede a la isla a través del Porto Levante, bajo el Gran Cratere o Fossa di Vulcano de 386 metros. Para desplazarnos podremos alquilar una moto, lanchas neumáticas, canoas, motos de agua, bicicletas o incluso un minibús, pero en un par de horas se puede hacer a pie.
6. ISLA DE FILICUDI
Finalmente, no hay que olvidarse de Filicudi y Alcudi, aunque no podemos hablar de primera mano porque para nuestra desgracia no hemos tenido tanto tiempo como para abarcarlas. Pero si queremos mencionarlas para quien pueda hacer el recorrido completo.
Son las menos turísticas por carecer de infraestructura del sector. Los que llegan a Filicudo acostumbran a explorar sus cuevas submarinas y el cementerio de barcos antiguos que se acumulan bajo los escollos de Capo Graziano.
El buceo es su mayor atractivo y cientos de submarinistas acuden aquí cada año para admirar estas joyas bajo el agua. Si te interesa el mundo underwater te recomendamos nuestra sección de BUCEO.
7. ISLA DE ALCUDI
Su prima Alicudi ofrece al viajero un entorno de relax absoluto donde disfrutar del puro estilo de vida marinero tradicional. La excursión más destacada de la isla es Filo dell’Arpa, el cono dormido que se alza sobre la solitaria aldea pesquera de Alicudi.
Formado por siete islas, el archipiélago de las Islas Eolias sorprende por su naturaleza volcánica. Impresionantes paisajes naturales donde disfrutar de rutas, baños en el mar y conocer sus impresionantes restos arqueológicos.
En la provincia de Mesina y frente a las costas de Milazzo se sitúa este archipiélago de las Islas Eolias, también conocidas como Eólicas, formado por siete islas principales: Lipari –la capital-, Alicudi, Filicudi, Panarea, Salina, Estrómboli y Vulcano. Todas ellas están marcadas por un ferviente pasado volcánico y algunos de sus cráteres todavía siguen en activo, como es el caso del famoso Estrómboli y Vulcano.
Con poco más de 10.000 habitantes repartidos por todo el archipiélago, la actividad principal aparte de la pesca es el turismo, principalmente de italianos. Aunque el turismo sea una de las bazas más importantes de la economía isleña, la dificultad para llegar a ellas es lo que permite que un viaje a las Islas Eolias sea un viaje a la naturaleza salvaje y a los principios básicos del hombre. La sencillez y la tranquilidad son los rasgos principales de la vida en islas. El principal medio de transporte es el ferry, desde puertos como Nápoles, Regio Calabria o desde la vecina Sicilia.
Las Islas Eolias son una especie de parque arqueológico en constante evolución. Los vestigios del pasado se pueden ver gracias a la perfecta conservación de las cenizas, la lava y los materiales de erupción. Este archipiélago es uno de los visualmente más espectaculares y de los más fascinantes en cuanto a historia en Europa. Cada una de sus principales siete islas tiene su propia identidad, lo que se traduce en una amplia variedad de actividades.
Sin duda, el volcán más activo de las Eolias es el Estrómboli. Los más aventureros se podrán adentrar en una ascensión guiada a la cima de 900 metros durante la puesta de sol para admirar los chorros de fuego rojo y anaranjado. Estas vistas también se pueden contemplar a bordo de un crucero vespertino por la costa de la isla.
La isla más exuberante es la Salina, con sus conos volcánicos envueltos en bosques, viñedos y pintorescos pueblos costeros. Destaca la campiña que rodea Malfa, donde se puede catar el famoso malvasía local, su vino blanco dulce. También sorprende Signum Spa, un spa donde bañarse en leche de almendra o agua de manantial y disfrutar de tratamientos corporales; el Monte Fossa delle Felci para disfrutar de las mejores vistas desde las alturas; o pasear por el paseo marítimo de Lingua, en Da Alfredo.
En Vulcano hay que subir hasta el cráter de la mole montañosa de color gris rojizo que erupciona azufre y no deja a ningún turista indiferente al llegar al puerto. Desde Fossa di Vulcano se podrá disfrutar de un paisaje surrealista de rocas yermas y fumarolas humeantes, además de poder apreciar a lo lejos las otras seis islas Eolias. En la costa de Vulcano también se distribuyen calas remotas y buenas rutas de senderismo para adentrarse en el potencial natural de la isla.
La más poblada de las islas es Lipari, donde también se encuentra la capital. Es en esta isla donde se debe explorar la antigua ciudadela y la agreste costa. La ciudad de Lipari cuenta con un laberinto de callejuelas que guardan importantes elementos para conocer su historia: en el 4.000 a.C., los habitantes neolíticos descubrieron grandes reservas de obsidiana, lo que permitió situar a Lipari como un punto importante en la red comercial. En el Museo Arqueológico de Lipari se pueden ver herramientas de obsidiana y colecciones de ánforas rescatadas de naufragios para aprender sobre los seis milenios de historia, así como una gran colección de máscaras de teatro griego en miniatura.
Desde el mirador Quattrocchi se ofrecen unas impresionantes vistas de los paisajes de las costas escarpadas que se extienden 5 kilómetros al sur. Continuando por un sendero hasta el Valle I Muria se llega a un tramo de playa de guijarros, resguardada por los acantilados que supone un buen escenario para disfrutar de un baño.
Panarea destaca por sus playas y su historia de la Edad de Bronce. En el paseo costero a Punta Milazzese se encuentran los espectrales cimientos de piedra del Villaggio Preistorico, un asentamiento de la Edad de Bronce. En cuanto a su oferta playera destaca la Cala Junco o la Spiaggetta Zimmari.
¿DÓNDE DORMIR EN STROMBOLI ?
En una isla volcánica y mediterránea como Strómboli, la elección de un buen alojamiento marcará una estancia para el recuerdo. Hoteles con panorámicas extraordinarias cercanos a las playas de arena negra y decorados con un gusto sublime. Seleccionamos 10 alojamientos magníficos de la isla de Strómboli.
ACTIVIDADES EN LAS ISLAS EOLIAS
¿Te ha gustado el artículo? ¡COMPARTE!
ARTÍCULOS ISLAS EOLIAS
PLANIFICA TUS VIAJES