La isla de São Miguel, conocida como la isla verde, es la más grande de las Azores.
El archipiélago está compuesto por un total denueve islas en medio del océano Atlántico.
Naturaleza exhuberante adornada con volcanes, termas naturales y rutas de senderismo.
Lo completa su capital cultural, la gastronomía y otras actividades como el buceo.
Destino de turismo aventura en Europa por los World Travel Awards en 2020.
El huso horario de las islas Azores está 2 horas por detrás de España.
1. CADENA DE TRES ESTRATOVOLCANES
Maravilla geológica cubierta por un tapiz verde
Curiosamente las Azores se asientan sobre dos placas: la euroasiática y la americana brotando de las dorsales oceánicas, esas grandes elevaciones submarinas que rompen formando volcanes, como es el caso de este archipiélago o de Islandia. Las islas más occidentales (Flores y Corvo) se ubican sobre la placa americana, al estar bastante alejadas de las demás que se sitúan sobre la euroasiática.
Las islas han ido surgiendo en sucesivas erupciones a lo largo de millones de años con el empuje de la dorsal hacia las placas. Primero brotaron las más orientales como Santa María y São Miguel. Esta última regala tres estratovolcanes que configuran unos paisajes realmente espectaculares y exhuberanes para la vista.
1. SETE CIDADES: con una caldera de 5 km de diámetro y 350 metros de profundidad. Sus lagos verde y azul son preciosos.
2. FOGO: con una caldera de 3 km de diámetro. Es el más pequeño.
3. FURNAS: que ha llegado a tener dos erupciones (en los años 1440 y 1630). Cuenta con un lago magnífico.
2. CUATRO ESTACIONES EN UN SÓLO DÍA
La niebla será tu peor enemigo en las alturas
Una de las primeras cosas que sorprende es que el clima en Azores poco tiene que ver con el anticiclón que lleva su nombre. Con esta referencia, inevitablemente piensas que el clima es soleado la mayor parte del tiempo… pero nada más lejos de la realidad.
Lo primero que te dirán los lugareños es que puedes sentir las cuatro estaciones del año en un sólo día, casi podemos asegurar que lo comprobarás en tus carnes. Cambiar de una estación a otra en cuestión de minutos es intrínseco a este territorio. La tecnología nos ayuda con webcams por toda la isla para comprobar el clima en cada momento.
Eso te facilitará el ahorrar tiempo subiendo a miradores y cimas, donde la niebla suele jugar malas pasadas evitando ver las impresionantes panorámicas de São Miguel. Si está nublado o cubierto, déjalo para otro momento porque igual que vino se va. Y lo decimos por experiencia, no desesperes.
3. PLANTACIONES DE TÉ ÚNICAS EN EUROPA
Se pueden visitar diferentes fábricas
Los únicos campos de té de Europa con fines industriales están en el norte de la isla de São Miguel: la fábrica de té Gorreana y la fábrica de té Porto Formoso. Sus campos verdes se pueden desde la carretera y se extienden por las colinas creando un paisaje que nos traslada a otras latitudes de Asia. Llegó de Brasil en el siglo XVIII como planta ornamental, pero su buena adaptación al clima y al terreno la elevaron al cultivo industrial en 1874.
El fundador de la Sociedad para la Promoción de la Agricultura, perteneciente a la nobleza de Portugal, lo vio claro tras la caída de la producción y exportación de naranjas. Así empezó lo que sería una industria en auge en los años 50 del siglo XX. Llegó a haber 14 fábricas de té en Azores.
Pero tras la IIGM entró en una crisis profunda y acabaron por cerrar todas las fábricas salvo 5, sin contar las pequeñas plantaciones de té que poseen las familias. En Azores nunca faltará una tetera al fuego para una bienvenida con esencia.
Ambas plantaciones de té se encuentran en la parroquia de Maia, en Ribeira Grande. Para llegar a la plantación de té Gorreana desde Furnas, hay que ir por la carretera EN2-1A y recorrer 13 kilómetros. La fábrica de té Porto Formoso está a sólo 2 kilómetros siguiendo la carretera. En estas factorías podrás realizar diferentes actividades pagando una entrada.
Visitar los campos de té y pasear por sus avenidas.
Contemplar cómo se cosecha (hay recreaciones de la época antigua.
Visitar un pequeño espacio museológico.
Ver como empaquetan las hojas del producto.
Hacer una degustación y/o comprar tu preferido.
4. AVISTAMIENTO DE GRANDES CETÁCEOS
Uno de los mejores lugares del mundo
Las Azores son uno de los mejores lugares del mundo para ver ballenas y delfines por su situación geográfica. En medio del océano Atlántico, entre Norteamérica y Europa, es zona de migración de cetáceos. Los 24 tipos diferentes de cetáceos que se pueden ver en Azores, entre especies residentes y migratorias, representan un tercio del total de las especies existentes en el planeta.
Con la presencia de las majestuosas ballenas y de los simpáticos delfines, el azul del Atlántico se vuelve todavía más mágico alrededor de las nueve islas. Es posible observar cetáceos durante todo el año, aunque algunos se dejan ver más o menos según la época.
Los delfines pintados son más frecuentes en verano, la ballena azul se puede ver con facilidad a finales de invierno. Cachalotes, rorcuales norteños y ballenas barbadas son frecuentes en verano. Cada salida al mar tiene una duración de unas tres horas. Es tan fácil verlos que algunos operadores se comprometen a devolver el dinero del billete si la salida es infructuosa. En Azores no lo hemos intentado pero si hemos visto ballenas en Panamá y podemos decir que merece la pena.
5. AS FURNAS: EN EBULLICIÓN
22 manantiales de agua caliente sulfurosa
Un pueblo en ebullición convertido en el centro de termalismo por excelencia de la isla: As Furnas. Un río envuelto en vapor que atraviesa este Valle de Furnas, salpicado de arroyos de agua caliente, fuentes termales y géiseres de lodos, agua y azufrehirviendo. Un halo de nebulosa y un fuerte olor a sulfuro son las señas de identidad de este peculiar rincón de São Miguel.
Ese calor que llega de las entrañas del suelo no impide que la vegetación vuelva a dejar claro que São Miguel es la isla verde de las Azores. Más de 20 manantiales de agua caliente sulfurosa con grandes fumarolas que desprenden esa atmósfera de sulfuro dominante. La estampa resulta cautivadora con el vapor brotando de la naturaleza más pura.
El paisaje nos sigue recordando que estamos en Azores, con un marco de verdes y tupidas colinas que contrastan con las casitas blancas y tonos pastel del pueblo. Aquí las entrañas de La Tierra rugen recordando el origen volcánico de este archipiélago, varado en pleno Atlántico.
El agua de las fuentes puede superarlos 60º Celsius y se aprovecha para hacer té, café o limonada, impregnándolo de un curioso sabor. Los lugareños también cuecen huevos y hacen pan con ella, sin olvidar el clásico cocido de As Furnas, uno de los platos típicos de São Miguel del que os hablaremos más a fondo al final de este artículo.
6. TERMAS NATURALES ENTRE PARAJES EXÓTICOS
Caldeira Velha, Dona Beija y Terra Nostra
La Caldeira Velha se ubica en la ladera del volcán Água de Pau que lleva inactivo desde el siglo XVI. Su energía todavía patente, nos recuerda que quizás sólo esté adormecido. Si no fuese por él, no habría pozas termales naturales que alcanzan altas temperaturas, transformando el entorno en uno de los puntos más turísticos.
En cuanto accedes a las termas, los senderos te teletransportan a parajes tropicales de Panamá o de Colombia, o al menos esa fue la primera sensación. Todo tipo de palmeras, helechos gigantes y bosques de laurisilva cubren de frondosidad las paredes volcánicas que rodean a las piscinas. Exótico y motivador, uno de los rincones favoritos de São Miguel.
El intenso olor a azufre y las aguas ferruginosas nos vuelven a situar en terreno volcánico. Las temperaturas de las diferentes piscinas oscilan entre 29 y 40 grados. Aconsejamos visitarlas a deshora: cuando abren por la mañana o durante la hora de la comida, evitando la tarde en la medida de lo posible. El entorno de Caldeira Velha es mucho más espectacular para nuestro gusto. Para cambiarse de ropa hay habilitadosvestuarios en ambas termas.
TERMAS DONA BEIJA
Estas termas son ahora uno de los reclamos turísticos de la isla y han sido remodeladas el siglo pasado para disfrutar de las aguas terapeúticas con mayor comodidad y seguridad. Reciben su nombre de una telenovela brasileña que se veía en Portugal, donde la protagonista dona Beija acostumbraba a bañarse en una cascada. Se ve que la historia dejó huella porque así bautizaron a estas pozas naturales.
El proyecto de arquitectura hizo accesible el recorrido, llevando a cabo una integración respetuosa con el medio ambiente. Se ubican en pleno corazón rural de São Miguel dentro de un entorno idílico. Por la noche, la tenue iluminación unida al vaho constante generan una atmósfera de lo más relajante.
PARQUE TERRA NOSTRA
En Sao Miguel se encuentra uno de los jardines más bellos de Europa. Se trata del Parque Terra Nostra, y tiene más de dos mil especies de árboles y una piscina termal. Se encuentra en Furnas.
7. UN AUTÉNTICO JARDÍN AL AIRE LIBRE
La isla está repleta de grandes flores por todas partes, especialmente en los bordes de las carreteras como es el caso de la fotografía superior con esas hortensias, un símbolo de la naturaleza de la isla de Sao Miguel. Todo un espectáculo visual con una escala de verdes infinita, de ahí su sobrenombre de ‘la isla verde’.
La vegetación está por todas partes, y la isla está muy cuidada con praderas y jardines perfectamente recortados y vistosos. En las áreas próximas al volcán todavía se vuelve más exhuberante rodeando los lagos como si se tratase de un bordado hecho a mano. Los bosques que rodean las lagunas esconden verdaderas maravillas, por lo que recomendamos realizar alguna de las rutas de senderismo con la calma que merece un paisaje de este calibre.
La niebla y las nubes terminan por componer un paisaje de lo más cambiante y que no dejará ninguna postal homogénea, facilitando el entretenimiento al caminante y al viajero en general.
8. HOTEL ABANDONADO COMO ATRACCIÓN
Se ubica a unos metros del mirador do Rei
En el mismo Miradouro da Vista do Rei hay un antiguo hotel de 5 estrellas abandonado: el Monte Palace. Se construyó en los 80 en uno de los lugares privilegiados de la isla para gozar de una de las mejores panorámicas de todo el archipiélago. Está totalmente en ruinas y hay un cartel que señala un prohibido el paso porque hay riesgo de desprendimientos. Pero tenemos que confesar que, como docenas de personas, entramos a matar la curiosidad. El riesgo de derrumbe es evidente, conste en acta.
Las vistas son similares a las del mirador, pero ganando un poco más de altura si subes a la terraza que hay en la antigua azotea. Se construyó para dar más categoría al sector hotelero de São Miguel, y hoy es pasto del musgo y de microorganismos que han encontrado aquí su hogar.
La naturaleza vuelve a ocupar aquel lugar que un día se le expropió sin permiso.
9. LAS PIÑAS CRECEN EN INVERNADEROS
Se vendían en Covent Garden en la IGM
Sao Miguel es el único sitio del mundo en el que las piñas crecen en invernaderos. Originarias de América Central y del Sur, llegaron a mediados del siglo XIX. Dentro de las estructuras consiguen bloquear el paso del sol y evitar la circulación del aire durante todo el proceso de crecimiento del fruto, alcanzando una temperatura interior de 40 grados.
Cuentan los nativos que fue la desaparición de la naranja la que impulsó su producción empujada por la fertilidad de la isla. El mercado británico supo valorar la especial dulzura de estas frutas y dicen que las piñas se vendían en Covent Garden hasta en la Primera Guerra Mundial.
Los invernaderos de piñas, en Fajã de Baixo, Lagoa y Vila Franca do Campo, mantienen prácticas antiguas que pueden conocerse en una visita guiada. Una piña tarda 2 años en madurar completamente. Cuenta con Denominación de Origen Protegida y su producción asciende actualmente a unas 1.200 toneladas por año.
10. UN PLATO QUE SE COCINA BAJO TIERRA
Es el famoso cozido das Furnas
Uno de los platos gastronómicos típicos de Sao Miguel se cocina bajo tierra. Se trata del cozido das Furnas, un plato a base de carne y verduras cocinado durante varias horas bajo tierra en el Valle de Furnas. Un plato extravagante pero delicioso elaborado lentamente gracias al calor de un volcán.
Un tradicional cocido a la portuguesa que debe su nombre a la freguesía de la isla de Sao Miguel donde se elabora: un pequeño pueblo situado junto a un volcán cuyo cráter está ocupado hoy por hoy por un lago, pero que continúa en activo.
No necesita agua porque se elabora en una olla bien cerrada que se introduce en agujeros excavados junto a las caldeiras de madrugada, para que se cocine durante seis u ocho horas y esté listo a la hora de comer. La carne y las verduras se cocinan con el vapor que desprende su propia agua. Lo encontraréis en la mayoría de restaurantes de Furnas.
Y así terminamos este breve repaso de curiosidades de la isla de São Miguel, para que vayas empapándote de su atmósfera atlántica. Pon música de fado y suelo empredado, y el poema visual aparece en cada esquina.
Un paraíso natural imprescindible para todo aventurero y amante de la naturaleza.
Os facilitamos unas cuantas y excursiones para quien no disponga de coche para acceder a las principales rutas naturales y sus paradas turísticas, o no tenga disposición de conducir demasiado.
Mostramos actividades con cierta adrenalina como un paseo en kayak por la Lagoa das Furnas o un recorrido en jeep por Sete Cidades y la Lagoa do Fogo. Otra opción curiosa es el tour nocturno por las furnas y aguas termales de Dona Beija.
No faltan packs que unen varios espacios naturales en la misma ruta o diversas actividades, entre las que se encuentra también una visita a las plantaciones de té de la isla, únicas en Europa.
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