Cabo Girão se cuelga una de las medallas de la isla al presumir de ser el cabo más alto de Europa, con 580 metros de altura, y famoso por su plataforma de cristal suspendida desde 2012. Un escarpado acantilado en forma de diamante entre 560 y 589 metros de altura sobre el nivel del mar, ubicado entre los valles de dos ríos que desembocan en el océano.
Es un mirador muy popular tras la instalación de una plataforma de observación con suelo de vidrio en octubre de 2012. Debajo se extiende una pequeña zona de cultivos, las Fajãs de Rancho e do Cabo Girão, a la que solo se podía acceder por mar hasta la construcción de un teleférico.
Desde lo alto de este acantilado podrás observar las muchas de las tonalidades que adquiere la isla, con sus diversos cultivos y terrenos y tomar fotografías increíbles. Es uno de los puntos icónicos de Madeira.
Sus atardeceres son mágicos, reserva alguno en tu ruta.
UN POCO DE HISTORIA
Su nombre fue atribuido por uno de los descubridores del archipiélago, João Gonçalves Zarco.
Lo escogió porque este punto sirvió de referencia como fcomo final del giro del barco.
Ocurrió durante el primer día de reconocimiento de la costa de Madeira
UN POCO DE HISTORIA
Su nombre fue atribuido por uno de los descubridores del archipiélago, João Gonçalves Zarco.
Lo escogió porque este punto sirvió de referencia como fcomo final del giro del barco.
Ocurrió durante el primer día de reconocimiento de la costa de Madeira
2. PLATAFORMA DE CRISTAL: DE VÉRTIGO
El mirador de Cabo Girao ha sido objeto de obras de acondicionamiento, y se ha construido una plataforma de cristal suspendida de las conocidas como skywalk. El balcón del mirador de Cabo Girao es un semicírculo con el suelo de cristal y una barandilla de metal que permite a los visitantes asomarse al vacío y disfrutar de las vistas.
Los colores son sin duda el gran distintivo de Madeira, y un claro ejemplo es Cabo Girão donde se pueden admirar todas las tonalidades de la isla: los verdes claros e intensos, amarillos que se vuelven naranjas, marrones, ocres, grises o rojizos. Todo un mundo tropical de colores que contrasta con el azul del océano.
Debajo se ven lasFajas de Rancho, tierras de cultivo situadas al nivel del mar. Son huertas de tierra muy fértil a las que solo se podía llegar navegando hasta 2003. Desde entonces un teleférico se lo pone más fácil a los agricultores.
Es un lugar privilegiado para practicar parapente y salto BASE por la verticalidad y altura de las paredes de los acantilados. El paracaidista portugués Mário Pardo ha efectuado desde aquí espectaculares saltos en moto.
En los alrededores se encuentra la Capilla de Nuestra Señora de Fátima, construida en 1974 para reemplazar a otro santuario más pequeño que había sido construido en 1931. Es uno de los principales lugares de peregrinación de la isla.
3. ATARDECER OBLIGADO
Los atardeceres son espectaculares desde el mirador acristalado del Cabo Girão. Brinda una de las mejores panorámicas de la isla con las colinas y acantilados sobre los que se asienta el área metropolitana de Madeira. Cientos de casas blancas y amarillas adornan las laderas en busca de los últimos rayos de luz.
Mientras por el horizonte sobre el mar se va escondiendo el sol dejando unas imágenes grabadas en la retina. Cuando estás a cierta altura para ver el crepúsculo da la sensación de que puedes mirarlo a los ojos. En temporada alta está a tope por su proximidad a la capital. En noviembre apenas éramos 20 personas.
4. ¿CÓMO LLEGAR? MAPA GPS
El Cabo Girão se encuentra al oeste de la ciudad de Funchal, entre las localidades de Câmara de Lobos y Quinta Grande. Se extiende a lo largo de 1 km al sur de la localidad de Campanário.
Se puede llegar fácilmente por carretera, está bien indicado en las salidas de la VR1. Otra opción es llegar en autobús utilizando las líneas 7 y 154. Os dejamos el punto exacto en el mapa.
Es el punto de partida para muchos excursionistas que vienen a hacer senderismo o a conocer las localidades de Câmara de Lobos, Campanário, Boca dos Namorados (los famosos paisajes del Curral das Freiras) y Jardim da Serra.
5. UNA PLAYA NEGRA CON TELEFÉRICO
Situada en la falda del lado derecho del cabo Girão, se ubica Faja dos Padres, a sólo diez minutos en coche del mirador acristalado. El ayuntamiento de Ribeira Brava acoge este insólito paraje con una playa negra en medio de unos imponentes acantilados.
La manera de sortearlos pende de un hilo, casi de manera literal, si quieres conocer esta playa negra de Madeira. La única manera de llegar al suelo es descender en teleférico, a no ser que contrates los servicios de una embarcación.
El espectáculo natural desde la cabina de cristal no tiene precio y lo cierto es que las panorámicas son realmente impresionantes. Todo un capricho de la geología, como muchos rincones de esta isla subtropical.
Un agradable paseo en verde te conduce al muelle mientras aparece una panorámica casi idílica. Una playa negra rodeada de flores tropicales y esbeltas palmeras que salpican el paisaje tropical pero salvaje. Hay una granja de agricultura biológica de la que brotan numerosos cultivos de frutas y verduras.
La playa negra crea el fondo elegante e insólito en una isla que ofrece paisajes llenos de contrastes. Flores exóticas adornan una escena tropical rodeada de esa geología inconfundible de los archipiélagos que forman La Macaronesia. Colores que atrapan bajo un cálido sol de noviembre.
6. ¿QUÉ HACER EN FAJA DOS PADRES?
Se trata de un entorno limitado por su orografía y eso marca nuestra frontera con la libertad. Si sólo queréis dar un paseo corto os sobrará una hora, pero si queréis disfrutarlo unas tres horas (modo slowtravel) con tiempo para snorkel o unos baños en la playa si el tiempo acompaña.
Recomendamos pasear toda la franja costera de color azabache para admirar los paisajes de acantilados desde diferentes perspectivas. Cuando algo es tan imponente, cambia con cada paso que das. Merece la pena recrearse. La playa no está vigilada pero tiene fácil acceso al mar, con temperaturas agradables la mayor parte del año.
La transparencia de las aguas y la variedad de especies junto a la costa invitan al snorkel desde el muelle bordeando la bahía. Si te apasiona el buceo te recomendamos navegar por nuestra sección underwater.
Hay un restaurante para comer o tomar algo e incluso suele haber un espacio para hamacas y sombrillas en el muelle en temporada alta. Lugar singular que merece una visita. Si quieres saber más sobre este enclave puedes leer este artículo con toda la información y muchas imágenes de Faja dos Padres.
La ciudad de Funchal se fundó en el siglo XV en una bahía cálida y privilegiada. Casi 600 años más tarde se ha convertido en una urbe seductora con aspecto bohemio y decadente con toques de modernidad y un ambiente caribeño.
El mercado de Lavradores es un buen lugar para empaparse de esta atmósfera en cuanto pones un pie en Madeira: olores, colores y sabores de bienvenida. El fuerte de Sao Tiago es una de las tres fortificaciones de Funchal que se mantienen en pie, antaño escollo para corsarios y piratas que navegaban por estos mares. Con un aspecto colonial y muy colorido, acoge en su interior el Museo de Arte Contemporáneo.
Una subida en funicular para ver la panorámica de la ciudad, un descenso por las colinas en carros de mimbre conducidos por los famosos carreiros do Monte o una visita a un extraordinario Jardín Botánico, son otras actividades singulares. No puede faltar una cena con viandas locales mientras de fondo suena un fado en directo.
Península de São Lourenço
En el extremo noroeste de Madeira brota la Península de São Lourenço que se adentra unos cinco kilómetros en el océano Atlántico. Una formación basáltica árida y escasa de vegetación con una geología espectacular gracias a las tonalidades ocres, rojizas y marrones que se vuelven magnéticas a la vista.
Hay una ruta de senderismo que no supera los 10 kilómetros (ida y vuelta) y hasta alcanzar la punta donde se alza un faro. El camino deja patente la esencia volcánica de la isla, regalando paisajes y panorámicas de lujo a las islas Desertas y a Porto Santo.
Los acantilados que acompañan el sendero son variopintos e insólitos, y van moldeando algunas playas de arena negra como Praiña, una de las más agradecidas de la isla. Esta franja de tierra roja se ha convertido en una de las imágenes icónicas de Madeira.
Caniçal: pueblo con encanto
Situado en el extremo de São Lourenço, es ideal para tomarse una cerveza al terminar la ruta en alguno de los bares de su puerto. Las formas de las colinas son sinuosas y parecen aterciopeladas y enclaves como este parecen sacados de una postal que invita como mínimo a dar un paseo.
Subiendo por el Camino de la Virgen hasta una capilla que hay en lo alto de una cima, tenéis unas panorámicas muy chulas, tanto del pueblo de Caniçal como de los alrededores verdes y de los acantilados que fortifican a lo lejos la capital.
Porto Moniz y sus piscinas naturales
A pocos kilómetros del cabo se encuentran las piscinas naturales de Porto Moniz de aguas cristalinas y cálidas. Un lugar donde se puede cerrar el agotamiento de un día de senderismo con un relajado baño. Desde el punto más alto hay una buena panorámica de la zona. Es un lugar muy frecuentando en temporada alta al ser destino de veraneo de los locales.
8. MADEIRA TOP 15: LO IMPRESCINDIBLE
Madeira es la mejor isla del mundo según los World Travel Awards durante siete años consecutivos (2014 – 2020). Algo que se ha ganado a pulso este archipiélago portugués del Atlántico, ubicado al noroeste de África.
Su clima, sus extraordinarios paisajes, sus acantilados y sierras, los bosques de laurisilva y unas playas volcánicas acompañan a su capital Funchal. Una ciudad acogedora y bohemia que pone la guinda a un cócktel con sabor tropical.
Nuestra selección de rincones imprescindibles pasa por bosques, cascadas, acantilados, pueblos con encanto, rutas de senderismo, itinerarios monumentales, playas volcánicas o piscinas naturales. Explora nuestro Top 15 de Madeira en el siguiente artículo para no perderte nada.
Hay opción de pernoctar en Faja dos Padres, para ello lo mejor es contactar a través de esta web oficial. Las ventajas son obvias, el poder disfrutar de este entorno en solitario y poder gozar del atardecer en este reducto portugués en medio del Atlántico. Despertarse tampoco parece mala opción. Disponen de algún apartamento rural y bungalow.
Si ampliamos la búsqueda de alojamiento al resto de la isla, las opciones son variadas: desde casas rurales que invitan a pasar un invierno cálido, a apartamentos de diseño en la capital, sin olvidar los hostels y bed and breakfast para los que buscan presupuesto mochilero además de algunas experiencias alternativas. Te damos algunas ideas para montar tu campamento base en zonas diferentes de Madeira.
Destacan por su relación calidad/precio, por sus valores sostenibles o por la calidad de sus servicios.
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