París: una ciudad majestuosa que enamora
- 1. La ciudad de la luz y del amor
- 2. Barrios y zonas relevantes
- 3. Las catacumbas de París
- 4. Museo del Louvre
- 5. Las Tullerías: jardines reales
- 6. Notre Dame y sus cenizas
- 7. Cementerios: espacios vivos
- 8. Calle de Serge Gainsbourg
- 9. La Defense: la nueva ‘city’
- 10. El barrio de Les Marais
- 11. Mercado de las Pulgas
- 12. Torre Eiffel: la estrella
- 13. Sacre Cour y sus vistas
- 14. El bohemio Montmartre
- 15. Pigalle y su Moulin Rouge
QUÉ VER Y QUÉ HACER EN PARÍS
Clásicos Básicos y Monumentales
1. PARÍS: MAJESTUOSA Y SEDUCTORA
París es una ciudad majestuosa, imponente y sublime desde el punto de vista monumental, nadie puede sucumbir al encanto de una ciudad cargada de historia y donde cualquier paseo te traslada a otra época. Allí reside parte de mi familia, lo que me ha hecho conocerla desde otra perspectiva. Una ciudad arquitectónicamente abrumadora con un sinfín de posibilidades culturales, artísticas y comerciales. Tantas que uno no sabe ni por donde empezar.
La ‘Ciudad de la Luz’ o la ‘Ciudad del Amor,’ son algunos de los sobrenombres que la persiguen. Se desconoce con exactitud de donde nace ‘Villa Lumiere’, para unos remite a su fama como centro de las artes y la educación, para otros es debido a su pronta adopción de la iluminación urbana. O quizás sea por las dos cosas. Iluminación no le falta en ningún sentido de la palabra.
Es el destino turístico por excelencia con más de 4 millones de turistas al año.
El París monumental tiene incontables posibilidades, pero nos quedaremos con lo imprescindible. Si bien para gustos, colores y rutas. En el siguiente apartado os dejamos las zonas más relevantes que concentran las paradas patrimoniales, históricas y de ocio.
A mayores os descubriremos las catacumbas de París, los cementerios más importante con sus tumbas de celebridades del mundo del arte y la cultura, además de hacer parada en la que fue casa de Serge Gainsbourg, uno de los hijos pródigos de Francia.
DIARIO DE VIAJE. VOL II – LA OTRA CARA DE PARÍS
En un segundo desarrollo del diario de viaje, incluiremos artículos sobre restaurantes y cafeterías imperdibles, museos y galerías fuera del circuito habitual y rincones verdes con encanto que no aparecen en las guías. Eso será gracias a la inestimable colaboración de mis primas, residentes en la ciudad desde hace décadas.
Dónde comer bien y barato, dónde comprar la mejor repostería, dónde encontrar las mejores tiendas de ropa de segunda mano, dónde revolver entre vinilos vintage o dónde tomarte uno de los mejores cafés y más baratos. Curiosidades y actividades para el que busca conocer una cara más local y menos señorial de París, fuera del epicentro común del forastero.
Esos secretos que los parisinos se afanan por esconder, con el objetivo de preservar espacios íntimos fuera del circuito guiri que asola la ciudad. De la mano de una parisina/gallega os descubriremos una perspectiva más amable y alternativa de la capital. Si tienes alguna consulta concreta escribe un comentario en el post para que se puedan beneficiar otros viajeros de las preguntas. Trataremos de responder lo más rápido posible, siempre en línea directa con la famiila parisina.
2. BARRIOS Y ZONAS MÁS RELEVANTES
TORRE EIFFEL. Imposible no empezar por ella. Tiene el don de la ubicuidad desde cualquier perspectiva. Pasear por la Plaza y jardines del Trocadero, continuar por el Campo de Marte, uno de los espacios verdes más grandes de la ciudad, hasta llegar a Los Inválidos. Es el itinerario más común en torno a la reina de París.
CAMPOS ELÍSEOS. Una vez en Los Inválidos, lo ideal es cruzar el famoso puente de Alejandro III para llegar al Grand Palais y al Petit Palais. Desde ahí estarás a tiro de piedra de una de las avenidas más famosas del mundo, los Campos Elíseos con su Arco de Triunfo, que conmemora la victoria de las tropas napoleónicas en la batalla de Austerlitz.
ÎLE DE LA CITÉ. Se trata de un isla natural que se encuentra en medio del río Sena. Es el verdadero corazón de la capital y lugar de nacimiento de París. Una caminata muy agradable con edificios históricos como la Catedral de Notre Dame o Saint Chapelle, y con calles y plazas ideales para perderse, además de las mercado de las flores de la Place Louis Lépine.
MUSEO LOUVRE. Próximo a la Isla de la Cité aparece el palacio real convertido en uno de los museos más importantes del mundo. Se continúa por el Pequeño Arco del Carrusel para enfilar las Tullerías y sus jardines. Tendrás a tiro la Asamblea Nacional, el Museo de Orsay, la Plaza Vendome. Los Campos Elíseos se alcanzan fácilmente desde el final del recorrido.
MONTMARTRE. Este famoso y pintoresco ‘barrio de los pintores, se sitúa en una de las colinas de París, donde se ubica la Basílica del Sagrado Corazón y un magnífico mirador con vistas a la ciudad. En la parte baja de la montaña se asienta Pigalle, el barrio donde el sexo es protagonista con su Moulin Rouge como estandarte cabaretero.
LA DEFENSE. Es el distrito de negocios por excelencia, levantado entre rascacielos y edificios de cristales y espejos con un cierto aire futurista. Después de la City de Londres, es el más importante de Europa. Si te interesa la arquitectura puede resultar interesante, de lo contrario puedes obviarlo. Está bastante alejado, no queda otra que coger el metro.
Comenzamos un paseo de puntillas por una de las metrópolis más visitadas del mundo, mientras trabajamos en el segundo cuaderno de bitácora donde te mostraremos otra perspectiva diferente de la ciudad.
Una mirada alejada de las rutas del turismo de masas para quien ya ha pisado más de una vez París y necesita bocanadas de aire fresco más allá de la señora Torre Eiffel.
3. LAS CATACUMBAS BAJO EL SUELO DE PARÍS
Empezamos este recorrido por la ‘Ciudad de la Luz’ de la manera más oscura y tenebrosa, visitando la red de catacumbas subterráneas que se extienden por el subsuelo de la ciudad. Uno de los secretos mejor escondidos del pasado que se puede explorar a 20 metros bajo tierra. De los 300 kilómetros de catacumbas que hay excavados, actualmente sólo puede visitarse una pequeña parte.
Un auténtico laberinto de túneles y cuartos que fueron minas de piedra caliza durante la época romana llamadas ‘Les Carrières de Paris’, que se traduce como ‘Las Canteras de París’. Con ese material se edificaron muchos de los monumentos turísticos actuales. Las minas se convirtieron en cementerio común a finales del siglo XVIII.
El objetico no era otro que combatir las epidemias y enfermedades que asolaban a la población en la épocase decidió trasladar los cadáveres y huesos de distintos cementerios de la ciudad a las catacumbas. El osario alberga más de seis millones de esqueletos humanos, la mayor concentración de este tipo en Europa.
A algunos les parece algo horroroso y escalofriante, pero para otros nos resulta curioso y peculiar el contemplar los infinitos huesos humanos y calaveras agrupados de tal manera que forman una especie de obras de arte macabro.
Se contabilizan unos 250.000 visitantes al año, que son unos cuantos, pero que se quedan muy lejos de las cifras que manejan los monumentos y museos más turísticos de la ciudad, por lo que podemos decir que no es un espacio masificado para todo lo que se mueve en París.
Una exploración original y llena de historia, que ofrece un perspectiva distinta a la capital del lujo y los monumentos escaparate.
ENTRA EN LAS CATACUMBAS DE PARÍS
4. LOUVRE, EL PALACIO CONVERTIDO EN MUSEO
Toda una institución mundial en el terreno de los museos, el Louvre fue en su origen un palacio. De ahí nace su carácter majestuoso e imopnente como marcaban los cánones reales de la época. El Museo del Louvre se encuentra alojado en el Palacio del Louvre, una fortaleza del siglo XII que fue ampliada y reformada en varias ocasiones. En 1989 se construyó una pirámide de cristal rompiendo la monotonía de los grandes bloques grises del museo, que en la actualidad sirve como puerta de acceso al interior.
Algunos monarcas como Carlos V y Felipe II utilizaron el palacio como residencia real donde acumulaban sus colecciones de arte que servirían de base posterior al museo. Tras el traslado de la residencia del Rey al Palacio de Versalles, el impresionante edificio de 160.000 metros cuadrados comenzaría su proceso de transformación en uno de los museos más importantes del mundo.
La colección del Louvre se compone de unas 300.000 obras anteriores a 1948, de las que se exponen aproximadamente 35.000. La inmensa colección está organizada por temáticas en diferentes departamentos: antigüedades orientales, antigüedades egipcias, antigüedades griegas, romanas y etruscas, historia del Louvre y el Louvre medieval, pintura, escultura, objetos de arte, artes gráficas y arte del Islam. Escoge lo que más te interese y vete a por ello, porque de lo contrario puedes quedarte a vivir ahí dentro. Espacios museísticos que salen más rentables para quien es residente y puede disfrutarlos y completarlos a menudo.
CURIOSIDADES
El Museo del Louvre se formó a partir de las colecciones de la monarquía y las expoliaciones del Imperio Napoleónico.
El espacio museístico abrió sus puertas en 1793 mostrando un nuevo modelo de museo nunca visto hasta la fecha.
El cambio marcaría el destino de los museos: de las manos de las clases dirigentes al disfrute del público general.
TRÍO DE ASES EN PINTURA
- La Gioconda de Leonardo da Vinci.
- La Libertad Guiando al Pueblo de Delacroix.
- Las Bodas de Caná de Veronés.
EXPLORA ONLINE EL MUSEO LOUVRE
5. LAS TULLERÍAS: JARDINES REALES
El palacio de las Tullerías fue un edificio imperial y real situado en el centro de París, formando junto al Louvre un único complejo arquitectónico. Construido como maison de plaisance para la reina madre Catalina de Médicis, el palacio se usó puntualmente hasta 1789. Sus deseos fueron órdenes y se acompañó por unos preciosos y extensos jardines de estilo florentino.
El palacio y sus jardines deben su nombre a las fábricas de ‘tuilles‘ o tejas, que antes se encontraban situadas en ese lugar. Pasaron a ser el lugar de celebración de lujosas fiestas entre los verdes parajes, fuentes y esculturas, y franqueados por altos muros que protegían la privacidad de la alta sociedad.
Tras el traslado de la Corte a Versalles, el palacio y los jardines quedaron en el abandono y no volvieron a recuperar su esplendor hasta su vuelta, cuando fueron transformados al estilo inglés. Posteriormente Napoleón ordenó la construcción del Arco de Triunfo del Carrusel, uniendo los jardines con el Museo del Louvre. Hoy en día sus jardines se han convertido es uno de los espacios de relax más concurridos y encantadores de la capital.
Resulta un verdadero placer disfrutar de un paseo por los Jardines de las Tullerías recorriendo la avenida central repleta de árboles y esculturas, mientras los típicos edificios parisinos non recuerdan constantemente donde estamos.
No os perdáis el magnífico paseo que ofrece su excelente ubicación en el corazón de la ciudad, uniendo el Museo del Louvre y la Plaza de la Concordia. Obviamente no son los únicos jardines de la ciudad, hay otros dignos de visitar que os enuneramos.
6. NOTRE DAME, UNA LEYENDA INCENDIARIA
Todos recordamos el devastador incendio del 15 de abril de 2019 que provocó daños graves en el tejado de la Catedral de Notre Dame derribando la aguja de la torre principal. Una tragedia en lo que a patrimonio mundial se refiere sobre el que se planea una inminente reconstrucción. Pero nada será lo que era.
Construida entre 1163 y 1245 en la Île de la Cité, es una de las catedrales góticas más antiguas del mundo. El nombre de la catedral significa Nuestra Señora y está dedicada a la Virgen María. En el templo cristiano se han celebrado importantes acontecimientos como la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra.
En sus ocho siglos de historia, la Catedral de Notre Dame ha sufrido diversas reformas, siendo la más importante la llevada a cabo en la mitad del siglo XIX. A lo largo de estos años se sustituyeron los arbotantes, se insertó el rosetón sur, se reformaron las capillas y se añadieron diversas estatuas.
Las dos torres tan característiacas tienen 69 metros en su fachada. Antes del incendio se podía acceder a la parte superior de las mismas para observar la estupenda panorámica de la ciudad de París. Se visitaba también el campanario en el que vivió el mítico Jorobado de Notre Dame, de nombre Quasimodo. Este personaje principal de la obra Nuestra Señora de París del escritor francés Victor Hugo, se ha hecho famoso en todo el mundo gracias a esta obra de la literatura universal.
Aunque nos parece mucho más interesante poder admirar con detalle las múltiples gárgolas que sobresalen de su fachada. Me fascinan. Monstruosas pero hipnotizantes a la vez. Cuando llueve y el cielo ruge bajo una tormenta, parecen llorar sobre París.
Maravillosas.
Horripilantes y magnéticas estas casi 60 figuras con forma de dragones, demonios y serpientes brotan de las cornisas de la catedral de Notre Dame vigilando, amenazantes la Isla de la Cité desde lo alto. Parecen salidas del mismo infierno de Dante y su fama es mundial. Todas se ubican en la conocida como Galería de las Quimeras, que une las dos torres de la catedral.
Leyendas y mitos aparte, su función real y arquitectónica es servir de caño para la evacuación del agua de lluvia de los tejados. Al expulsar el agua en chorros finos por la boca, las gárgolas evitan que el agua contacte con los muros de piedra impidiendo el deterioro por humedad. En la arquitectura gótica de la Edad Media, fueron muy usadas en iglesias y catedrales con una clara misión simbólica: proteger el templo y asustar a los pecadores, de ahí sus formas terrorificas.
LEYENDA SOBRE LAS GÁRGOLAS
La principal leyenda cuenta que, tras el asesinato de Juana de Arco por hereje, las gárgolas despertaron y bajaron a aterrorizar la ciudad.
Las misteriosas gárgolas inspiraron a Victor Hugo para escribir su celebérrima novela «Nuestra señora de París» en 1831.
7. LOS CEMENTERIOS, ESPACIOS VIVOS EN PARÍS
La cultura europea de cementerios ha convertido estos espacios lúgubres y tétricos en lugares agradables para pasear y leer, o simplemente para escapar del bullicio y ajetreo de una capital como París. También sirven de marco para ciertas actividades culturales como performances, teatro, recitales, o conciertos de música clásica. Un ejemplo de cómo se pueden moldear espacios estigmatizados desde los anales de la historia. Los cementerios de París son arquitectónicamente espectaculares, como ocurre con toda la ciudad.
Muchos han entrado desde hace décadas en las rutas turísticas, no sólo por su valor patrimonial, si no por las tumbas de ‘famosos‘ que acogen en sus límites. Jim Morrison, Man Ray, Edith Piaf, Jean-Paul Sartre, Simon de Beauvoir, Marcel Proust, Julio Cortázar, Balzac, Charles Baudelarie, Oscar Wilde, y como no, el rebelde sin causa Serge Gainsbourg.
Nombres que han dotado a las artes, y sobre todo al mundo de las letras, de un prestigio que perdura con el paso de los siglos. Más adelante os indicaremos en que cementerios podéis encontrar estos sepulcros.
A comienzos del 1800 una orden napoleónica ordenaba crear varios cementerios fuera de la ciudad de intramuros para evitar epidemias, plagas y otras enfermedades. Cuestión de higiene pública que se solventaba apartando a los cadáveres del epicentro de la vida parisina. En las afueras de la capital se situaron los cuatro camposantos que cubrirían las necesidades mortuorias de norte a sur y de este a oeste.
CEMENTERIOS CREADOS A PRINCIPIOS S.XIX
CEMENTERIO PÉRE-LACHAISE
El cementerio de Pére-Lachaise es el más grande, el más antiguo y el más ilustre de todo París. Recibe unos dos millones de visitantes al año, lo que lo coloca como el más visitado del mundo. O por lo menos, nadie dice lo contrario. En la actualidad ocupa más de 40 hectáreas y alberga unas 70.000 tumbas.
Junto al de Montparnasse, se crearon en el siglo XIX, cuando la higiene pública exigía aislar a los muertos en sus tumbas fuera del centro de la ciudad. Después de la Revolución Francesa, aquí se enterraban a los pobres que nadie reclamaba. Su inauguración oficial tuvo lugar a principios de 1804 y durante las siguientes décadas sufrió constantes ampliaciones y remodelaciones.
Una de las tumbas más adoradas es la del artista Jim Morrison, que se considera una de las 5 más visitadas del mundo por detrás de las de Marilyn Monroe, Michael Jackson, William Shakespeare y Elvis Presley. Al final del artículo os dejamos una selección de las tumbas más famosas de cada cementerio. Flores, fotos, recuerdos, notas, velas, alcohol y tabaco son algunos de los objetos que verás depositados sobre las célebres lápidas.
CELEBRIDADES EN PERE-LACHAISE
- JIM MORRISON
- OSCAR WILDE
- MARIA CALLAS
- APOLLINAIRE
- HONORÉ DE BALZAC
- CLAUDE CHABROL
- GEORGE MÉLIÉS
- J. BAPTISTE MOLIÉRE
- MARCEL MARCEAU
- MARCEL PROUST
- AUGUSTE COMTE
- FREDERIC CHOPIN
CEMENTERIO DE MONTPARNASSE
Es el segundo en tamaño tras el Pére-Lachaise. En 1860, Napoleón III decidió ampliarlo y la expansión terminó por incluir a la casa de los muertos de Montparnasse dentro del perímetro de la ciudad, situado en medio de uno de los barrios más famosos de París. Se inauguró oficialmente en el año 1824, y en seguida se convirtió en la última morada de personalidades inmortales de literarios, filósofos y artistas.
Un cementerio con aires románticos, seguramente herencia de todas esas plumas que han marcado grandes etapas de la literatura universal y que ahora promueven sus ideas bajo tierra. La recomendación general es dedicarle un buen paseo con calma, para descubrir otros rincones especiales y singulares, fuera de los sepulcros más famosos. La tumba del artista francés Serge Gainsbourg es una de las más buscadas y engaladas por los admiradores.
Pero no sólo de famosos vive el hombre y también hay otras esculturas alucinantes que salen al paso mientras recorres el espacio convertido casi en un auténtico espacio verde. Mausoléos, panteones y tumbas rivalizan por ser las más impresionantes del recinto. Vamos a destacar el trío que nos parece más curioso por valor escultórico o por su lado bizarro más allá de las celebridades.
TRÍO DE ESCULTURAS EN MONTPARNASSE
- ‘Ángel del sueño eterno’ del escultor francés Horace Daillion. Esta figura de 1902 que pretende homenajear a los vivos que se acercan a rendir culto a los muertos.
- ‘El Beso’ del rumano Constantin Brancusi. Este artista cubista, pionero del arte moderno, realizó esta escultura en respuesta al archiconocido beso de Auguste Rodin.
- Panteón Familia Charles Pigeon. Un joya de la Belle Époque, donde podrás ver al inventor francés en la cama junto a su mujer. Así de literal. Imagen bizarra y romántica a partes iguales.
CELEBRIDADES EN MONTPARNASSE
- MAN RAY
- OSCAR WILDE
- JEAN-PAUL SATRE
- TRISTAN TZARA
- MARCEL PROUST
- JULIO CORTÁZAR
- CHARLES BAUDELEIRE
- GUY DE MAUPASSANT.
- EDITH PIAF
- SERGE GAINSBOURG
8. LA CALLE DE SERGE GAINSBOURG
Barrio de Saint Germain. Distrito 6 de París. Calle de Verneuil. Localizada la casa de Serge Gainsbourg. No hará falta ser un avispado para identificarla. Casi beatificado por su legión de fans, y convertido en todo un hijo pródigo de Francia, sus homenajes se extienden sobre las paredes como si se tratase de una obra de arte en constante renovación y transformación.
Esta fue su fortaleza particular donde resguardar su codiciada intimidad que acrecentó si cabe más sus leyendas. El cantante acumuló recuerdos, objetos, muebles, fotografías, una cava, obras de arte y reliquias de carácter íntimo. La casa es muy singular al estar pintada de negro en todo su interior. Parece ser que el artista imitó el decorado de la vivienda de Salvador Dalí en los años 1950. Pintura negra para vivir en una continua noche.
Desde su muerte, el 2 de marzo de 1991 en esta casa, ella se convirtió en un lugar de recogimiento para todos sus admiradores. Actualmente la casa pertenece a su hija Charlotte Gainsbourg, que se ha rendido a acepta que el antiguo domicilio paterno se convierta en un museo prácticamente intacto.
En los años 2000, Charlotte Gainsbourg pensaba en hacer de la casa un museo porque tenía la autorización del Consejo de París. Durante el verano de 2013 se anunciaron visitas de 40 minutos por grupos pequeños. Pero finalmente no se llegaron a realizar al considerar que la superficie del piso de 130 m2, dividida en dos plantas, era demasiado pequeña.
Se puede descubrir el interior de la casa con el videoclip ‘Lying with you’ del álbum Rest de Charlotte Gainsbourg. También hay editado un libro del fotógrafo francés, Tony Frank. Son las mirillas por las que nos podemos colar en el hogar del mito que nunca muere.
9. LA DEFENSE: NUEVA ‘CITY’ DE PARÍS
Rascacielos, empresas, oficinas, dinero, inversiones, comercio. Eso conforma el engranaje de la zona moderna de La Défense, donde se agolpan cientos de edificios que luchan por ser el que toque el cielo entre el tejido empresarial más destacado de la capital parisina. El distrito de negocios por excelencia. Junto con la City de Londres, son las áreas de ‘business’ más importante de toda Europa. Aquí se maneja medio mundo, o por lo menos medio continente.
El Gran Arco de la Fraternidad, más conocido como el Arco de la Defensa, es una de las principales edificaciones que se erigen en el distrito de La Défense. Su símbolo reconocible e icono del París que abandera la modernidad frente a la historia. Fue unaugurado en 1989, en el bicentenario de la Revolución Francesa siendo uno de los grandesp proyectos del presidente François Mitterrand.
Se trata de un enorme cubo hueco de 110 metros de altura construido en mármol y granito recubierto con placas de vidrio. Está abierto al público y permite contemplar París desde las alturas, ofreciendo unas vistas excepcionales al elevarse más de 100 metros en sus ascensores panorámicos.
Con toques futuristas, La Defense ofrece una amplia oferta de ocio y restauración en el centro comercial Quatre Temps, que tras su construcción en 1980 ostentó el título del mayor centro comercial de Europa. En el año 2009 el barrio contaba con 2500 empresas, con alrededor de 180.000 empleados y 20.000 habitantes repartidos en 71 torres.
Además de las grandes torres de cemento y cristal, el barrio ofrece una exposición de más de sesenta obras de arte contemporáneo a cielo abierto, plazas, fuentes, e incluso cuenta con unos curiosos jardines colgantes. Su nombre es un homenaje a los soldados que defendieron la ciudad durante la Guerra franco-prusiana de 1870.
10. EL COQUETO BARRIO DE ‘LES MARAIS’
El sofisticado barrio de Marais está siempre a la última en medio de bares, restaurantes, boutiques, cabarets y galerías de arte. Una zona muy agradable para pasear con calma y entrar en las tiendas cucas que van apareciendo en medio de paredes repletas de arte urbano, o de arte a secas. Sin duda es uno de nuestros favoritos, fuera de los que son las áreas monumentales de la ciudad.
Pero como en París ningún barrio puede escapar de la historia y en Les Marais también hay parada turísticas, como las mansiones y palacetes de los famosos acaudalados de la socie de la época. El Museo Picasso, el Museo Cognacq-Jay o la Casa de Víctor Hugo. Empezaron a mudarse aquí tras la construcción de la Place Royale, la actual Plaza des Vosges.
Originariamente fue el barrio judío de la ciudad, aún cuenta con numerosos restaurantes de comida kósher, y todavía hoy reside aquí la comunidad judía más grande de Europa, además de conformar el barrio gay por excelencia de la ciudad. Uno de esos lugares para recrearse cuando si ya has visitado alguna vez la capital parisina y buscas descubrir rincones mágicos donde tomar un café, leer un libro o explorar obras de los artistas locales y emergentes.
CASA DE VÍCTOR HUGO
En el número 6 de la Plaza des Vosges se encuentra la que fuera la casa de Victor Hugo entre los años 1832 y 1848.
Se trata de un apartamento organizado siguiendo las tres principales etapas que articularon la vida del escritor.
Poeta, dramaturgo y novelista, fue también político e intelectual de la época muy comprometido con su país.
11. EL MERCADO DE LAS PULGAS
Antigüedades, verdaderas y falsas, se dan cita en un ambiente bohemio y alternativo en el clásico mercado de las pulgas de París. Al parecer el nombre que denomina a estos espacios donde se pueden conseguir eóricas gangas o piezas singulares, pudo tener aquí su origen. Su nombre oficial es ‘Marché de Saint-Ouen’, un espacio que se ha convertido en una parada más de la ruta turística.
Nació como un pequeño submundo exento de los altos impuestos que había que pagar en la ciudad intramuros. Fuera del recinto amurallado, traperos y vendedores se afanaban por vender todo tipo de objetos, tan variados como dudosa era su procedencia. Esta compraventa atraía a la peor calaña y a las clases más bajas de la sociedad en busca de alguna ganga.
En 1885 nace oficialmente como ‘Mercado de las Pulgas’. La ciudad de Saint-Ouen se movilizó para sanear y darseguridad al barrio y los comerciantes comenzaron a necesitar licencias para ejercer su actividad. Incluso la prensa realizó varios reportajes pintorescos entre 1905 y 1914. Se considera el primer mercado de antigüedades del mundo.
Hoy se ha transformado casi en un complejo comercial al aire libre que, aunque parezca caótico y desordenado a primera vista, se organiza a su manera con áreas por temáticas. Unos 500 puestos donde es posible encontrar desde joyas de la realeza a piezas de art decó, objetos ¡bélicos y mucho mobiliario que puede ser interesante. Aunque no es lo ideal para llevarse de vuelta en un avión. Como siempre, para encontrar cosas que merezcan la pena hay que dedicarle el debido tiempo porque su extensión es gigante.
Su carácter bohemio ha sido fuente de inspiración de artistas desde su apertura. El mismo Pablo Picasso lo frecuentaba. Una especie de máquina del tiempo que se convierte en una interesante opción para visitar en el fin de semana y escapar del París monumental. Existen casi 100 repartidos por toda la ciudad, desde mercados de alimentación, ecológicos, tecnológicos, florales, textiles, de antigüedades, de segunda mano o gourmets.
Porque hay un París de mercados y mercadillos donde confluye una incansable acción comercial que ha perdurado durante siglos. Imprescindible si eres de los nuestros, modo callejero a tope. Te contaremos más sobre otros mercados en el desarrollo del DIARIO DE VIAJE POR PARíS que estamos preparando.
¿DE DÓNDE SALEN LAS PULGAS?
El nombre de ‘mercado de las pulgas’ fue otorgado de forma despectiva por la burguesía parisina de la época.
Debido a los rumores de que los bienes allí vendidos se encontraban infestados de pulgas y parásitos.
El nombre se extendió por todo el mundo para designar a los mercados económicos de segunda mano.
12. TORRE EIFFEL, LA REINA INDISCUTIBLE
Podríamos dejar este texto en blanco, porque poco hay que decir de un de las torres más famosas del mundo, ubicada en uno de los destinos más visitados de todo el mundo. París ya no se entiende sin la señora Torre Eiffel. Aunque no siempre estuvo aquí, y esa es la historia que recordaremos brevemente. Será la parte teórica, porque para la práctica, que será ver las panorámicas que ofrece de la ciudad, tendrás que llegar a tu meta.
Esta estructura de hierro, que generó polémica y controversia a finales del siglo XIX, fue construida por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición Universal de 1889 en París. Tras finalizar su función fue utilizada en pruebas del ejército francés con antenas de comunicación, lo que la ha llevado a ser también centro de telecomunicaciones, además de su función evidentemente turística.
Uno de los monumentos más visitados del planeta con una media de más de 7 millones de turistas al año. Todo un símbolo y emblema de Francia que llegó para quedarse en 1889. He estado muchas veces a su alrededor, arriba, abajo, adelante y atrás, y tiene algo que la convierte en mágica. Por mucho que la hayas visto en cine, televisión o libros, la señora Eiffel te seducirá y caerás a sus pies.
CURIOSIDADES DE LA TORRE EIFFEL
- La torre Eiffel se llamó en origen ‘Torre de 300 metros‘
- Fue la estructura más elevada del mundo durante 41 años.
- Fue construida en dos años, dos meses y cinco días.
- Artistas de la época la veían como un monstruo de hierro.
- Es también emisora de programas radiofónicos y televisivos.
La Torre Eiffel se presenta además como el inicio de una ruta estupenda por el París más esplendoroso. Os dejamos con una lista de las paradas que haremos durante ese itinerario que terminará por la puerta grande en el Arco Triunfo.
Todo un clásico básico para el que pisa París por primera vez.
La Torre Eiffel aparece omnipresente desde cualquier perspectiva de la ciudad, ya sea de día o de noche. Con su potente haz de luz, parece llamar a Batman cada noche, como si se tratase de una paradoja.
¿Podría la ‘Ciudad de la Luz’ podría convertirse en un Gotam oscuro? Su foco podría alertar al héroe de un posible apocalipsis. Pero fantasías aparte, por ahora sólo parece eclipsar a las escultóricas figuras que engalanan todas la arquitectura monumental de la capital. Y amansar a las fieras pétreas para evitar que salgan a cazar en la oscuridad.
Lo cierto es que por muchas veces que veas la Torre Eiffel, no te cansas. Es como si fuese esa pieza de fondo de armario que va con todo. Siempre dispuesta a salir de paseo o a ir a un baile de gala cuando se pone el sol. Quién se lo iba a decir, cuando simplemente se fue a París para hacer unos puntuales pases de modelo para aquella EXPO universal de 1889.
13. El SACRE COUR Y SUS VISTAS
La Basílica del Sagrado Corazón, más conocida como Sacré Coeur, es uno de los lugares espirituales más importantes de París. Se ubica en lo alto de Montmartre, una colina de 130 metros de altura desde donde se contemplan unas vistas maravillosas de París.
La basílica, obra de Paul Abadie, comenzó a construirse en 1875 y se completó en 1914. Fue consagrada como basílica a los cinco años de su construcción, el 16 de octubre de 1919. Se puede visitar la cripta y subir hasta su cúpula para contemplar las vistas de la ciudad a unos 80 metros de altura, aunque lo consideramos prescindible dadas las mejores alternativas que posee la ciudad como el Arco de Riunfo, la Torre Eiffel o la Torre Montparnasse.
El mirador exterior es uno de mis favoritos de todo París para ver la puesta de sol sobre la ciudad. Para finalizar una cena en el encantador barrio de Montmartre, contiguo a la basícila, puede ser el colofón. El barrio de los pintores de principios de siglo XX se ha convertido en un bastión turístico del que salvamos un sitio singular para cerrar la jornada.
¿FUNICULAR O ESCALERAS?
Para llegar a la Basílica del Sagrado Corazón se puede tomar el Funicular de Montmartre que entró en servicio en el año 1900.
Su acceso se encuentra muy cerca de la boca de metro Anvers, a uno 10 minutos del barrio de Pigalle.
La otra opción es subir 197 empinados escalones hasta alcanzar el mirador y posteriormente el Sacre Cour y Montmartre.
14. EL BARRIO DE MONTMARTRE
Montmartre fue una población independiente hasta 1860, cuando pasó a convertirse en el distrito XVIII de París. A finales del siglo XIX el barrio adquirió mala fama debido a los cabarets y burdeles que se instalaron en la zona. Pero los artistas bohemios lo consideraban un barrio predilecto y empezaron a trasladarse a vivir allí, como Picasso y Utrillo. Ese fue el germen de lo que hoy conocemos como el ‘Barrio de los Pintores’. Aquella bohemia parisina del siglo XIX y principios del XX fue la cuna del Impresionismo.
El epicentro es la Place du Tertre, situada en la parte alta de la colina, es una de las zonas más agradables del barrio, para cenar en sus terrazas o simplemente para disfrutar de las obras de arte en directo que elaboran docenas de pintores que siguen buscando aquí la inspiración. Y muchos también el aguinaldo del turista.
Porque otra cosa no, pero hay más turistas que pintores. Se multiplican cada año en un espacio diminuto. Encontrar aquella esencia nostálgica de tiempos pasados es complicado. Más que cuadros a la vista, divisas un sinfín de pizarras de restaurantes que se agolpan en las aceras comiendo espacio sin cortarse. Lo camareros rompen la atmósfera bucólica al asaltarte cada dos por tres para ofrecer sus menús. Por si fuera poco, tropiezas continuamente con otros viajeros que colapsan esas estrechas y empinadas callejuelas. Poca magia queda de todo aquello.
La basílica del Sagrado Corazón y su excepcional mirador, conforman uno de los puntos de atracción más destacados. Y todos esos que suben a ver las panorámicas, desfilan más tarde a la parte trasera del Sacre Tour taponando este pequeño submundo que nunca pensó soportar tantas pisadas. Quizás por eso mismo aquel famoso Gato Negro del cabaret del barrio, ha preferido vivir para siempre en los imanes promocionales. Le Chat Noir era uno de los locales favoritos del maestro Picasso.
Montmartre abarca dos áreas muy diferentes, la place du Tertre y la Plaza Pigalle a los pies de la colina. Hoy conforman dos caras de la mism moneda. En la base, el Moulin Rouge aparece como emblema del cabaret en un barrio donde el sexo es el protagonista, como veremos en el siguiente apartado.
CENA EN MONTMARTRE
- Nuestro consejo es quedarse a cenar después del atardecer.
- Los restaurantes están orientados al turista pero hay uno con esencia.
- Una diminuta crepería forrada de notas en la pared de los clientes.
- Forasteros, locales, nativos, extranjeros, viajeros, turistas, residentes.
- Un pequeño piano pone en ocasiones la BSO durante la cena.
- Los crepes están ricos y son económicos para ser París. Salados y dulces.
- Aunque es un sitio guri, conserva esa atmósfera bohemia y singular.
15. PIGALLE Y SU MOULIN ROUGE
La primera vez que estuve en el barrio de Pigalle corría el año 1999 y nos alojamos allí durante el ‘Paso de Ecuador’ de la carrera de Periodismo. El clásico viaje donde se busca ahorrar hasta el último céntimo para poder pagar la aventura con 20 años, y antes de que apareciese la explosión ‘low cost’ del viajar. La última vez que estuve fue el año pasado en 2019, justo 20 años después de aquella primera incursión. Diferente edad, diferente perspectiva.
Las luces de neón anuncian teatros, sex-shops, espectáculos y cabarets entre los que destaca especialmente el mítico Moulin Rouge, inaugurado durante lo que se conoce como la Belle Epoque. Espectáculo de variedades que combina baile, magia, canción o teatro con presencia importante de contenido erótico. Otra característica original es que se trataba de locales de pequeñas dimensiones para permitir un contacto muy directo entre el público y el artista. Esta variedad de revista es derivada del Music Hall británico y se consolidó como género en París marcando toda una época.
Resulta imposible desligar el Moulin Rouge de la figura de Henri de Tolouse-Lautrec, vinculado estrechamente al cabaret. Este extraordinario exponente del arte francés dominaba todas las técnicas pictóricas pero se convirtió en uno de los más grandes cartelistas de su era.
INTELECTO CABARETERO
Muchos exponentes del intelecto europeo sucumbieron al encanto del ambiente festivo de esta época.
Entre ellos están el escritor irlandés Oscar Wilde y el pintor holandés Vincent van Gogh, amigos de Lautrec.
De igual manera Auguste Renoir, máximo baluarte del Impresionismo inmortalizó en su obra este tema.
El cabaret del Moulin Rouge ha pervivido durante más de 129 años y ha sobrevivido a dos Guerras Mundiales.
Sobre su escenario han desfilado Edith Piaf, Charles Aznavour, Frank Sinatra, Liza Minnelli o Dean Martin.
La inauguración del Moulin Rouge coincidió con una época de grandes cambios socioculturales y económicos en toda Europa. Arrancaba el Impresionismo y muchos de sus exponentes tenían en este cabaret su particular refugio. El cartel inaugural del Moulin Rouge fue obra de Toluse-Lautrec y en la siguiente década fue el tema favorito en su obra, junto con la noche bohemia del París de finales del siglo XIX.
Inmortalizó en su obra como nadie al Moulin Rouge y este lo inmortalizó a él creando la simbiosis perfecta entre el artista y el tema. Tolouse-Lautrec a pesar de provenir de una de las más importantes familias de la aristocracia francesa se sentía más a gusto en los burdeles mezclado con las clases más bajas. Tanto es así que bailarinas y coristas se convirtieron en sus musas y en su perdición.
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