En esa Galicia aún sin definir, los ríos comenzaron a excavar sus canales con dirección al mar dando lugar con ello a la formación de grandes valles fluviales. Ese proceso de excavación alcanza los 600 metros de profundidad, en diversos puntos de lo que ahora es nuestra comunidad.
Sin olvidar otro factor decisivo para la formación de las rías gallegas, que no es otro que el levantamiento de la Cordillera Cantábrica que llega hasta el conocido como triángulo Becerreá-Sárria-Triacastela, el punto más sensible a los terremotos en Galicia.
Pero hay más estructuras tectónicas como el corredor de Ourense que sigue paralelo a la frontera entre España y Portugal. El segmento de su depresión forma las grandes cuencas terciarias gallegas: Vilalba, Sárria, Monforte de Lemos, Maceda y Xinzo de Limia.